El Cancún color Amarillo de Julián Ricalde; el alcalde cree que los taxistas son “servidores públicos”


Todo se está volviendo amarillo en Cancún. La infraestructura que posee el Ayuntamiento de Benito Juárez, de la mano de su alcalde perredista, Julián Ricalde Magaña, está siendo usada para la propaganda política, pintándola deliberadamente con los colores de su partido. En tanto, el alcalde, quien parece no tener llenadera, quiere hacer negocio con los 12 mil taxistas de la ciudad, bajo el argumento de que los trabajadores del volante son “servidores públicos”.

Por: Esmaragdo Camaz

No es que antes no lo hayan hecho los priistas o los panistas, sino que el PRD criticó  duramente en el pasado las prácticas que hoy ellos ejecutan también a la perfección.

Las nuevas motos de la policía, una especie de triciclos, ya son amarillas y su circulación en las calles son -suponen los perredistas-, promoción para su partido, en la víspera de las elecciones del año 2012.


Las patrullas de policía, unas nuevas y otras no tanto, también fueron pasadas por la brocha amarilla. Son dos franjas de buen tamaño que han cambiado el “look” de los carros policiacos.


Los camiones recolectores de basura del Ayuntamiento también pasaron por la pintura amarilla y hoy “adornan” las calles de Cancún.


Las luminarias, que ya eran amarillas desde la administración pasada, se van multiplicando más, siempre en ese mismo color.


“Y todavía faltan las nuevas licencias”, dijo un funcionario del Ayuntamiento.

Y es que ayer sábado, el presidente municipal de Benito Juárez, Julián Ricalde Magaña, salió con la sorpresa de un nuevo negocio.

Tiene la idea de venderle a los taxistas del Sindicato Andrés Quintana Roo una licencia de manejo. El alcalde no quiere decir en cuánto se las a dar, pero la cantidad cualquiera que sea, multiplicada por los 12 mil afiliados que tiene ese gremio, es seguro, un jugoso negocio.

Y el costo de la licencia del taxista debe ser considerable, porque incluye un atractivo paquete de beneficios como “un seguro de vida, sólo la tendrán que sacar por esta vez, eso si va a tener un récord, como está en el Distrito Federal, si te la quitan una vez, si te la quitan dos veces va anotándose, de tal suerte que te la podemos quitar definitivamente, sino conduces bien, sino acreditas una seria de cosas, entonces lo estamos instrumentando para que no sea solo una dádiva sino que se acredite un curso de manejo, una serie de cosas” , dicho esto en las propias palabras del alcalde.

El alcalde destaca mucho que los taxistas sólo tendrán que pagar una vez, pero no aclara si por lo que dure su administración, que será apenas de poco más de dos años, o si de forma vitalicia, lo cual es muy poco probable, pues cada nueva administración maneja sus propios negocios.


Ahora bien, el argumento de Julián Ricalde para venderles nuevas licencias a los taxistas es que, por alguna razón, el alcalde cree que los trabajadores del volante son “servidores púbicos, tal como él mismo lo dijo:

“Que tengamos la certeza de que nuestros servidores públicos, porque son servidores públicos en una facultad del estado a los particulares, sean gente que sea apta para tener esa licencia”.

Es claro que los taxistas son prestadores de servicios al público y no “servidores públicos” que no es lo mismo. Quizá Ricalde no sabe qué es un servidor público, no obstante que él mismo es uno de ellos.

En la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos el concepto de servidor público, en el artículo 108, se resalta al servidor público, a los representantes de elección popular, a los miembros del poder Judicial Federal y del Poder Judicial del Distrito Federal, los funcionarios y empleados, y , en general, a toda persona que desempeñe un empleo o cargo o comisión de cualquier naturaleza en la administración pública Federal o en el Distrito Federal, así como, a los servidores del Instituto Federal Electoral, quienes son responsables por los actos u omisiones en que puedan incurrir en el desempeño de sus respectivas funciones. Es decir que, el concepto integra a los funcionarios y empleados de todos los niveles al servicio del Estado.

Entiéndase pues, los burócratas.
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