Poco saben todos los beneficios que Carlos Joaquín obtuvo de la negociación que en Marzo de 2010 sostuvo para retirarse de la contienda por la gubernatura. En ese entonces amagó con irse a la oposición (PAN) y el resultado le fue tan favorable, que hoy, ante un escenario similar, esta vez por la senaduría, la versión de que el diputado federal se va con los azules es inminente, aunque para algunos de sus allegados, esto los pone en riesgo, pues dicen, esto lo convierte en un negociador de ocasión.
El 26 de Marzo 2010, en la víspera de las elecciones
para gobernador, el diputado federal, Carlos Joaquín González, anunció su
decisión de retirarse de la contienda electoral y dejar el paso libre a Roberto
Borge Angulo, lo que a decir de la clase política de Quintana Roo, permitió al
hoy gobernador, junto con otros factores, obtener el triunfo.
Los seguidores de Carlos Joaquín, que no son pocos,
siempre se quedaron con la duda de saber qué pasó con su candidato en un punto
en que -se decía-, sino contendía por el PRI, lo haría por el PAN, pues su
candidatura era en ese entonces firme y por ende la gubernatura se descontaba
como algo seguro para él y su grupo.
Previo a este anuncio, Carlos Joaquín se dejó
fotografiar con panistas y perredistas, evidenciando ante la opinión pública y
con un mensaje directo para su partido, el PRI, su cercanía con estos grupos
políticos.
Una fotografía hoy clásica, en la que Carlos Joaquín
recorre las playas de Cancún en una camioneta acompañado de Gregorio Sánchez
Martínez, en ese momento alcalde de Benito Juárez y seguro futuro candidato del
PRD a la gubernatura, y de Gustavo Ortega Joaquín, diputado federal del PAN y
ex alcalde de Cozumel, dibuja el contexto en que se produjo la dimisión del
también ex presidente municipal de Solidaridad.
Ese 26 de Marzo, cuando se supo su dimisión, Carlos
Joaquín dijo en un comunicado, “he decidido actuar en congruencia y
dedicar mi trabajo político a dicha encomienda”, en respuesta a un llamado previo que le hizo dos días antes la entonces
presidenta nacional del PRI, Beatriz Paredes, para mantenerse al frente de la
estrategia nacional de ese partido, de impulsar “un gran acuerdo nacional de
turismo que integre la actividad turística como prioridad en nuestra Carta
Magna”.
Esta salida, que fue parte de un acuerdo celebrado
entre las partes en disputa dentro del PRI de Quintana Roo, no convenció a los
seguidores de Carlos Joaquin y hubo de pasar algún tiempo, para que, poco a
poco, el propio diputado federal filtrara a través de sus operadores políticos
y de acuerdo a sus propias estrategias, algunos detalles de esa negociación,
mientas el paso de tiempo hacía su labor para calmar las aguas dentro de sus
grupos de apoyo que se dijeron decepcionados con él por su dimisión.
La negociación no obstante, trajo por sí mismo
beneficios a muchos de sus allegados, lo que ayudó a calmar las aguas, aunque
esto no dejó necesariamente contentos a todos los grupos a su alrededor.
En ese sentido, un personaje extremadamente cercano a
él, dijo en son de justificación, que la negociación que había obtenido Carlos
Joaquín era tan buena y jugosa, que hubiera sido imposible para cualquiera
rechazarla:
• Cincuenta millones de pesos.
• Una curul en el senado.
• Tres presidencias municipales para los suyos.
• Un número indeterminado de regidurías para los suyos.
• Cuatro diputaciones locales para los suyos.
• Y el 40 por ciento de la plantilla laboral del gobierno
del Estado en cargos de Dirección y Jefaturas de Departamento para insertar ahí
a los suyos.
El diputado federal, quien ha mantenido desde esta
negociación un bajo perfil, ha echando a andar hace unos días, otra vez la
maquinaria electoral que lo ha movido en el pasado.
Hoy en un escenario similar al del año pasado, el
legislador apunta, ante la versión de
que su partido, el PRI, dará la candidatura al senado al ex gobernador
Félix González Canto, y no a él, hacía una inminente fuga al PAN.
SE REPITEN
CIRCUNSTANCIAS Y ACTORES POLÍTICOS
En este sentido, el escenario político y los personajes
se repiten en la búsqueda de Carlos Joaquín, en esta ocasión, por un escaño en
el Senado de la República.
Por un lado, la versión de que su partido, el PRI, no
lo va a abanderar, es similar a la de hace un año.
En ese entonces para el PRI el enemigo a vencer era
Gregorio Sánchez Martínez y Carlos Joaquín podía ser en el PAN, el peso que
decantara la balanza a favor de éste, razón por la que el tricolor, aceptando
esta lógica, quiso asegurar con el jugoso acuerdo, la fidelidad del diputado
federal a favor de su partido.
Hoy nadie duda que Greg Sánchez regresa a la contienda
política para, abanderado por el PRD y PT, contender por la senaduría, lo que
pondría ora vez a Carlos Joaquin, ante la versión de cambiarse al PAN, en una
posición en la que su partido, el PRI, tendría que ofrecerle una nueva
negociación para garantizar otra vez su fidelidad hacía su causa.
En esa lógica, el diputado federal, quien procura
mantener ante la opinión pública la imagen de un político apegado a los
intereses del ciudadano, queda expuesto a una realidad en la que las
negociaciones y vaivenes con diversos grupos políticos, incluso ajenos a su
propio partido, lo dibujan como un negociador de ocasión.
Entre los seguidores de Carlos Joaquín, muchos de ellos
dentro del PRI-Gobierno, no están seguros que este vaivén del legislador les
favorezca y aún peor, si llegado el momento este cambia de partido y se va al
PAN, temen la persecución y el desamparo político.
Carlos Joaquín vendió a muchos la idea de que los
llevaría al gobierno de Quintana Roo y cuando no pudo cumplir, los recompensó
con cargos resultado de una negociación que hoy los mantiene en posiciones al
menos relativamente seguras.
Pero esta vez dicen algunos de sus seguidores, Carlos
Joaquín al querer repetir la estrategia del año pasado que le trajo grandes
beneficios -muchos de ellos personales-, pone en riesgo más que su capital
político, la estabilidad de personajes que le han seguido con fidelidad.
¿Los joaquinistas priístas cambiarán del PRI al PAN
para seguir a Carlos Joaquín?, es una de las preguntas. ¿O los panistas le
alcanzarán a Carlos Joaquín para ganar la senaduría?, es otra.
En esta disyuntiva, el camino que los seguidores de
Carlos Joaquín tomen parece ser un enigma.
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Comentarios
la verdad ojala que nunca sea gobernador, con lo que he escuchado es suficiente para saber que no nos conviene como gobernador
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