Julián, entre la espada y la pared: “A quien dos amos sirve con uno queda mal” o los nombres del desfalco


Julián Ricalde, el alcalde Cancún, quien hace malabares políticos sirviendo a tres frentes a la vez, ya quedó entrampado en sus dichos, pues una aparente falta de conexión entre sentidos, lo ha metido en un embrollo, pues prometió revelar los nombres de los autores del desfalco de 229 MDP de las arcas del Ayuntamiento y aunque este domingo lanzó un Comunicado Bomba, no cumplió su palabra, porque sigue sin dar a conocer nombres, haciendo crecer aún más la duda: ¿quiénes son estos personajes que el alcalde no quiere exhibir?

Por: Esmaragdo Camaz

Era cuestión de tiempo para que sucediera. Al servir políticamente a tres frentes, Julián Ricalde debía quedar mal con uno. Y lo peor de esta alianza tripartita es que ya le quedó mal al que más lealtad le prometió en esa negociación que aseguró sería indivisible.

Lo de las promesas no cumplidas se le da bien a Julián Ricalde. Hombre sin palabra, el alcalde de Cancún prometió el 3 de Noviembre pasado que daría a conocer los nombres de los responsables de un desfalco millonario derivado de un monto de 229 millones de pesos destinados para Obra Pública.

Ese día, al deslindarse del manejo de esos recursos, los reporteros le preguntaron al alcalde:

¿Habrá nombres? 

¡Naturalmente, al haber esto hay responsables. No hay jinete sin caballo!, respondió.

Y anunció que para día siguiente, o sea, el viernes 4, daría a conocer los nombres. Pero ese día no cumplió.

Salió al paso de los reporteros con otra promesa no cumplida.

“Preferimos darles el comunicado por escrito y será en menos de una hora lo tendrán todos ustedes”, aseguró.

Pero la hora y muchas horas pasaron y nada de comunicado, ni de nombres.

Este domingo 6 de Noviembre el Ayuntamiento de Benito Juárez está distribuyendo un boletín de prensa con la historia detallada de los bancos, las cuentas, las fechas, las cantidades y hasta los cargos, de quienes participaron en el manejo directo de los 229 millones de pesos.

Pero sigue faltando lo que Julián Ricalde prometió: los nombres.

¿Por qué no los dice?

En el último párrafo del boletín dice algo de los responsables:

“Toda vez que concluyan las respectivas indagatorias, no sólo se procederá a informar de manera puntual y oportuna a la ciudadanía, sino también, en su caso, fincar las responsabilidades legales a quienes hayan incurrido en posibles anomalías”.

¿Y los nombres?

Entre los políticos, cuando con doble moral rehúsan comprometerse con asuntos de los que quieren deslindarse pero hacerlo afecta a personajes con quienes han hecho alianzas extra partidistas, emiten información a medias para que los periodistas las completen y de esa forma, lavarse las manos a la hora de los reclamos.

Es lo que se llama, “lavarse las manos”, o sea, un “yo no dije, fueron los medios”, y de esa forma, salvar el pellejo ante sus poderosos patrocinadores, términos también válidos en la política.

Y eso es justamente lo que Julián Ricalde está haciendo. No es casual que el viernes pasado al rehusar ante periodistas revelar los nombres que él mismo ofreció develar, también les pidió a los comunicadores, de una forma muy sutil, una “ayudadita”:

“Entonces, para que no quede de manera, ni especulativa, ni se pudiera dudar, preferimos darles el comunicado por escrito y será en menos de una hora lo tendrán todos ustedes y de ahí se puede deducir lo que se está haciendo y lo que vendrá en próximos días”, dijo.

O sea, lo que Julián Ricalde quiere es que los nombres de los responsables surjan de los medios, o de cualquiera otra fuente, pero no de él, y por eso este domingo emitió el boletín de prensa dando “santo y seña” de los responsables, pues con las fechas y los cargos divulgados, ya nada más queda a los periodistas recurrir al archivo reciente o al Google y documentar con todas esas pistas los nombres de los responsables.

Pero sin que Julián Ricalde “se queme” dando los nombres.

En estas circunstancias, la nota no es sólo el destino de los 229 millones de pesos, sino más bien, por qué el munícipe recula un día después de envalentonarse con su estridente denuncia.

Esta estrategia es un viejo recurso de los políticos, particularmente de oposición, quienes han desarrollado a lo largo de los años, un falso discurso combativo, atractivo para los medios, pero puesto en evidencia en casos como el que aquí acontece con Julián Ricalde.

Denunciar públicamente con fines políticos este desfalco en medio del proceso electoral 2012 que ya está en marcha, le ha traído al alcalde una situación no fácil de resolver, pues develar los nombres de los responsables del manejo directo de esos 229 millones de pesos es también exhibir al grupo político al que no pertenece oficialmente, pero sí al que más fidelidad le prometió.

Será Julián Ricalde a quien le corresponda pasar el trago amargo de revelar los nombres de sus aliados. A no ser que, como siempre, haya un oficioso que le haga el trabajo.

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