Alcalde furibundo estalla en plena transmisión de Radio porque apalean a su equipo de béisbol


No es un simple juego de béisbol . Para el presidente municipal de Felipe Carrillo Puerto, la final entre el equipo de sus amores, los “Mayas” y los “Broncos” de José María Morelos, transforma al munícipe en un energúmeno que ya no busca quien se la hizo, sino quien se la pague. Y todo, porque su escuadra, en la nómina del Ayuntamiento y que le produce mucho dinero en su Radio, cayó a palos 13 a 8 y perdió así el campeonato de la liga estatal.

Por: Esmaragdo Camaz

Un juego de béisbol desquicia al presidente municipal de Felipe Carrillo Puerto, Sebastián Uc Yam, pero cuando el equipo pierde, su equipo, los “Mayas” de Felipe Carrillo Puerto, el alcalde pierde por completo el control y en un acto reflejo, arranca cables y mienta madres en la cabina de Radio –de su propiedad-, desde donde está trasmitiendo el encuentro en el que la escuadra de sus amores cae 13 a 8 contra sus vecinos, los Broncos de José María Morelos.


Y es que el presidente municipal le ha apostado todo al equipo de sus amores. Porque su adorada novena no sólo le genera grandes satisfacciones con sus triunfos, sino jugosas ganancias económicas de la publicidad que transmite por su radio durante los partidos de sus “Mayas”.

Pero el negocio es redondo porque además, el Ayuntamiento paga, ya que el equipo completo está en la nómina de la Comuna, y aunque cada quincena los burócratas se truenan los dedos a ver si van a cobrar sus sueldos a tiempos, los peloteros de Sebastián están siempre a salvo, pues para ellos no hay carencias.


Porque el presupuesto del Ayuntamiento de Felipe Carrillo Puerto podrá ser escaso para la obra pública, pero nunca para el apasionante béisbol de Sebastián.

El partido está avanzando y el encuentro está muy cerrado. Sebastián desespera y en un arranque de poder, anuncia al aire que ya está haciendo gestiones para enlistar en la novena de los “Mayas”, a peloteros de gran potencia, puros de importación.


Anuncia refuerzos que traerá de la mata del béisbol latino y mundial, de Venezuela y Cuba. Pero además sorprende a quien lo escucha, pues dice que va a importar también estrellas del Ecuador y de Chile.

Sebastián fanfarronea en el micrófono como esperando que este anuncio asuste a los Broncos, quienes ni se inmutan y sí en cambio, le arremeten a palos contra los desesperados “Mayas”, que a la distancia ven cómo el alcalde está hecho un manojo de nervios.


Entre batazos y corridas, la publicidad está corriendo también al aire y la caja registradora de la radio de Sebastián ya rechina de tanto que se está hinchando, es lo que dice la gente.

Es el momento de la verdad. Es la final de la liga estatal de béisbol y Sebastián no está dispuesto a perder. No puede enfundarse en el uniforma de los “Mayas” y salir al campo a batear, pero desde la cabina en cambio, apoya a los suyos.


La gente que asiste al juego ya no sabe si ver el partido o voltear a ver los berrinches que Sebastián hace cada vez que los Broncos le meten más palo a sus “Mayas”.

Pero lo peor todavía está por venir.

Es la novena entrada y la derrota ya es inevitable. Entonces el presidente municipal del pueblo maya estalla, patalea, arranca cables, mienta madres y da de brincos maldiciendo la hora en que su equipo perdió el campeonato.

El locutor que está en la transmisión tiene que entrar al quite y a como puede, se disculpa con el respetable por el exabrupto de su jefe.

Sebastián sale echando rayos y centellas y la gente, más prudente, intuye que no es momento para acercársele a pedirle o reclamarle promesas no cumplidas.

Entre la comidilla de comentarios, los carrilloportenses exponen una tesis, ahora las cosas se van a poner peor en el Ayuntamiento y en el Municipio, porque el alcalde, encabronada como anda, se va a gastar todo el dinero en los refuerzos, para ver si gana el próximo campeonato.
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