Acusa dirigente Antorchista campaña de desprestigio en contra de ese movimiento


Chetumal.- El dirigente de Antorcha Campesina en Quintana Roo, Dimas Romero, aseveró que el movimiento que encabeza es objeto de una campaña de desprestigio, así lo dio a conocer en un comunicado.

Aquí el comunicado:

Hace algunos días, en respuesta a los ataques mediáticos contra el Movimiento Antorchista de Quintana Roo, señalé la existencia de una campaña de desprestigio para combatir la lucha popular que nuestra organización encabeza en el municipio de Bacalar.

Hoy la realidad confirma mi dicho: son los grupos de poder en Bacalar, quienes no cejan en su afán por destruir a la única Organización que ha defendido los intereses de los desprotegidos en este municipio.

Gracias a su lealtad con los pobres de México, el Movimiento Antorchista ha sido blanco de los ataques de los poderosos, que ven con malos ojos el que el pueblo se organice y defienda sus derechos; Bacalar no es la excepción.

Desde su llegada a la región, hace ya 12 años, los grupos de poder establecidos en la zona lo han considerado el enemigo a vencer; y desde la creación del municipio de Bacalar, en 2010, con el reacomodo de los cacicazgos en esta naciente demarcación, esta guerra se radicalizó; no es descabellado, por tanto, que se eligiera el Concejo Municipal como figura de autoridad a fin de impedir la participación de actores políticos incómodos, frenando así a la única Organización con membresía real en 25 de las 52 comunidades que conforman a este municipio.

Han transcurrido casi dos años entre promesas de solución a las demandas legítimas del antorchismo y el manejo acostumbrado para resolver a cuenta gotas; durante todo este tiempo no han cesado los ataques en las comunidades, las calumnias en los medios de comunicación y los intentos de cooptar a los líderes de Antorcha en el municipio; pero todos sus intentos se han estrellado contra su férrea vocación de lucha y sus enemigos lo saben; por ello han recurrido a medidas desesperadas a fin de tender un cerco definitivo contra nuestra organización; como en una película de terror, donde los cadáveres resucitan, convertidos en zombies, los operadores políticos están reviviendo a las organizaciones oficialistas (que desde hace mucho tiempo se hayan convertidas en puros membretes), para dar la pelea en la lucha que se avecina, y al mismo tiempo, en las comunidades, las autoridades tratan de hacer pasar como enlace para la gestoría entre ellas y la población a una misteriosa “Asociación Civil”, cuyo nombre ni siquiera mencionan.

Lo que en realidad ocurre es que en “La laguna de los Siete Colores” se acerca la “fiesta grande de los políticos”, las elecciones municipales y todos los comensales se apresuran a buscar su lugar en la mesa principal; al hacer las cuentas y comparar sus activos no se sienten tan seguros y por ello han decidido abandonar sus pleitos de comadres y unirse para combatir todos juntos al que consideran un enemigo más fuerte; la consigna es pues, todos contra Antorcha.

Algo que evidentemente ignoran los politólogos de Bacalar es que los fenómenos naturales o sociales nunca han podido erradicarse atacando los efectos sin atender las causas que los originan, porque el devenir de la sociedad está sujeto a leyes específicas; ellos se han dedicado a atacar los efectos del fenómeno político que se presenta, no las causas.

El surgimiento y desarrollo de Antorcha responde a una necesidad real de la sociedad mexicana de nuestros días, que no es otra que llenar el vacío que han dejado las organizaciones oficialistas en lo que se refiere a representatividad genuina de los intereses del pueblo; estas organizaciones, que deberían servir como defensoras de los sectores más desprotegidos, han servido, por el contrario, de trampolín político para sus dirigentes, olvidando su labor primordial. Ante la necesidad de mejorar sus precarias condiciones de vida, el pueblo pobre de México ha vuelto los ojos hacia Antorcha, que ha demostrado lealtad y honradez al encabezar sus demandas.

Por tanto, no es con ataques ni con represión como van a derrotar al Movimiento Antorchista Nacional; si lo que quieren es que antorcha desparezca, deben combatir en serio la pobreza; hay que darle a la población vivienda, salud, educación, vestido, calzado, etc., para que no tenga necesidad de organizarse a fin de conseguir todo esto. Ni más ni menos.

Pero las comadres pueden, por el momento, dormir tranquilas; Antorcha no tiene entre sus planes inmediatos participar en la vida electoral de Bacalar; sólo si después de buscar las opciones políticas bacalarenses, no encontráramos alguna que represente los genuinos intereses de nuestros agremiados, consideraremos la necesidad de postular a quien en verdad involucre a todas las fuerzas progresistas de este municipio; mientras tanto, refrendamos nuestra decisión de luchar por una verdadera alternativa para mejorar las condiciones de vida de la población, apoyando a quien esté dispuesto a trabajar y luchar al lado y con el apoyo del pueblo organizado. De ustedes depende.
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