Burdo Montaje: La fantástica historia de la Invasión Masiva de Tulum o el Milagro de la “Manta Sagrada”


Tulum.- La sospechosa invasión masiva de Tulum resultó ser un ridículo y burdo montaje para ensalzar la vapuleada imagen del novel gobernador Carlos Joaquín González. El Domingo los paracaidistas cayeron en terrenos del IPAE, la noche del Martes los desocuparon con la promesa oficial de vivienda y éste Miércoles temprano apareció en los mails de los medios de prensa la foto de una manta de agradecimiento al gobernador por “su rápida intervención y solucionar los problemas del pueblo de Tulum”. Bueno el gobierno joaquinista es tan eficaz, que la bendita Manta ya estaba hecha desde antes del inicio del conflicto.

Desde las cuatro de la mañana del Domingo, cuando empezaron a aparecer los primeros paracaidistas en terrenos del IPAE, en la colonia Mayapax, las condiciones en las que sucedió la invasión no eran “normales” o comunes, por decir lo mínimo.

La invasión fue masiva durante las siguientes 12 horas. Cientos de familias se movilizaron para hacerse de un terreno, siempre bajo la supervisión de los líderes que ya tenían en sus manos las listas de los beneficiarios.


El primer indicio de que se trataba de una maniobra de promoción del gobierno de Carlos Joaquín fue la aparición en el lugar, de Edith Mendoza Pino, la ex presidenta municipal de Tulum encarcelada por el delito de peculado en el primer tramo del gobierno de Roberto Borge.

La ex priista Mendoza Pino se convirtió en presidenta municipal de Tulum en 2011 como parte de la cuota que Félix González Canto le concedió a Carlos Joaquín cuando ese año declinó forzadamente a favor de Roberto Borge, pues desde ese entonces el hoy gobernador ya amenazaba con irse del PRI para buscar la gubernatura, que a la postre logró.

La historia de Mendoza Pino y su conexión indisoluble con Carlos Joaquín es del dominio público.

En las siguientes horas se supo que el también ex priista Miguel Ramón Martín Azueta, ex presidente municipal de Solidaridad y actual Jefe de la Oficina del Gobernador, también estaba operando la invasión masiva.


Martín Azueta abandonó el estado luego de ser balaceado en la carretera camino a Cancún, suceso que dio fin –temporal- a una accidentada trayectoria política llena de señalamientos por corrupción, malversación de recursos públicos y sucesos delictivos.

Su reaparición al lado de Carlos Joaquín es sin duda la mayor sorpresa hasta ahora en el sexenio que apenas comienza.

Acto seguido apareció en escena el también ex priista Jesús Pool, hoy representante del gobierno estatal en la zona norte.

Pool, que operó contra su propio partido y logró colocarse en la campaña de Carlos Joaquín, llegó a Tulum con un acuerdo que los paracaidistas no chistaron en aceptar.

Qué raro que los paracaidistas cedan tan rápido, tan fácil y con una simple promesa. A no ser que todo sea parte de un plan armado.

El acuerdo básicamente es que los paracaidistas desalojan los predios invadidos y a cambio recibirán casas fabricadas y financiadas por el gobierno del estado.

¿Qué fácil no?

Anoche Martes a eso de las 21 horas, los paracaidistas fueron reunidos en el punto de la invasión para ser informados de las albricias joaquinistas.

Los invasores felices aceptaron el acuerdo y de inmediato iniciaron la desocupación de los terrenos.

Fue entonces que en agradecimiento a la “inmediata” intervención y solución del gobernador Carlos Joaquín, los paracaidistas hicieron una manta para agradecer al mandatario.

Lo milagroso fue que los paracaidistas habrían hecho la manta después de las 9 de la noche, cuando ya no hay imprentas abiertas para ello.

Es curioso que no se permitiera el acceso a la prensa anoche en ese lugar para presenciar la aparición de la Manta.


En cambio la mañana de hoy Miércoles temprano –contrario a lo común- un correo del Gobierno del Estado con la foto de la manta apareció en los buzones de los medios de prensa de Quintana Roo.

La foto venía acompañada de un boletín con la fantástica historia de los paracaidistas que felices desocuparon los terrenos ocupados a cambio del acuerdo joaquinista.

Más tarde se supo que la Manta de agradecimiento a Carlos Joaquín ya estaba hecha desde antes del Domingo cuando inició el conflicto.

Incluso algunos de los paracaidistas aceptaron que la manta la mandaron a hacer desde antes del inicio de la invasión masiva, pero dijeron que la hicieron porque “confiamos mucho en nuestro señor gobernador”.

Ajá.
No parece casual que todos los personajes citados en esta historia –Carlos Joaquín, Miguel Ramón Martín Azueta, Jesús Pool y Edith Mendoza Pino-, sean priistas.

Son priistas de clóset.

No todos los paracaidistas se retiraron de los terrenos ocupados como dice el boletín del Gobierno del estado.

Los primeros grupos que aceptaron desocupar gustosos los terrenos forman parte de los “paracaidistas controlados”.

Pero la operación de regalar terrenos fue tan “exitosa” que se les salió de control y no todos los invasores están dispuestos a creer en promesas de papel.

Si el gobierno joaquinista va a construir en efecto cientos de casas para los habitantes de Tulum, es algo que hoy no se puede saber.

Pero en cualquier caso la expectativa puede ayudar a que Carlos Joaquín logre recuperar al menos algo de la credibilidad y entusiasmo que logró entre los quintanarroenses como candidato, pero que hoy como gobernador va perdiendo estrepitosamente.

O al menos eso es lo que sus funcionarios y operadores políticos creen poder lograr a favor del gobernador.
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