La reelección de Remberto: El efecto Borge y su impacto en el propósito del alcalde de Cancún


Por: Esmaragdo Camaz 

Remberto Estrada Barba quiere reelegirse como presidente municipal de Benito Juárez en el 2018. Pero el efecto del Borgismo está obrando en su contra y en consecuencia, sus decisiones equivocadas y sus compromisos político-personales ya le están cobrando la factura ante los cancunenses. Así le será muy difícil alcanzar su propósito. Y es que el público no entiende todavía bien a bien cómo es que su segundo de a bordo –o sea su secretario general de gobierno, Mauricio Rodríguez Marrufo- fue a parar a la cárcel estando en plenitud de funciones cuando al mismo tiempo estaba sujeto a una investigación por desempeño irregular de la función pública y acusado por un millonario fraude cometido durante su reciente –muy reciente- gestión como titular de Desarrollo Urbano en el gobierno estatal saliente. 

El público debe saber –o recordar aquellos que se hayan informado con oportunidad- que el nombre de Mauricio Rodriguez Marrufo apareció a finales del año pasado en una especie de "lista negra" que el gobernador Carlos Joaquín González difundió en el noticiero de Carlos Loret de Mola advirtiendo que los interfectos formaban parte de los funcionarios que participaron con Roberto Borge en el fraude de miles de hectáreas que fueron rematadas a precios irrisorios en beneficio de familiares, amigos y empresarios afines al ex mandatario estatal. 

Remberto Estrada Barba estuvo informado y conciente desde ese momento que su funcionario más importante –nada más ni menos que el secretario general del Ayuntamiento- estaba siendo investigado justamente por su dudoso desempeño como funcionario público.  

Incluso en una comidita con periodistas celebrada a finales del año pasado con motivo de la Navidad y a la que Remberto Estrada Barba asistió, el tema de Mauricio Rodríguez Marrufo saltó a la mesa. Pero el alcalde rechazó la posibilidad del separarlo del cargo, lo cual hubiera sido lo correcto para no interferir con las investigaciones, tal como suele suceder en estos casos. Remberto en cambio defendió a su funcionario y dijo que lo mantendría en el cargo hasta en tanto no hubiera una acusación y/o investigación seria en su contra, cosa que al final no cumplió. 

Remberto nunca separó a su funcionario del cargo de secretario general del Ayuntamiento pese a que ya se sabía semanas antes de su detención que Mauricio Rodríguez Marrufo tenía una demanda en su contra y que estaba siendo investigado de manera formal por la Fiscalía de Quintana Roo.  

En ese contexto Remberto pudo separar del cargo a su alto funcionario para permitir el libre desempeño de la Fiscalía. Pero el alcalde rechazó esa oportunidad que lo hubiera encumbrado ante los cancunenses como un gobernante respetuoso de la Ley y de las instituciones y no como un defensor y encubridor de funcionarios corruptos, imagen que al final es la que prevalece hoy sobre su persona entre el público cancunense. 

Tras la detención de Mauricio Rodríguez Marrufo, el alcalde quiso componer su discurso y se dijo respetuoso de la Ley en un escueto comunicado de prensa. Pero el esfuerzo de Remberto de salir "mejor" librado del "bochornoso" incidente fue demasiado tarde porque para al público le quedó claro que el alcalde defendió y mantuvo a su funcionario en el cargo hasta el último momento pese a las evidencias de que el indiciado debía haber dejado el despacho tiempo atrás. 

De hecho la Policía Ministerial literalmente se lo arrebató y le dejó el despacho acéfalo. De no haber sucedido así, quizá Rodríguez Marrufo seguiría todavía hoy en la climatizada oficina de la Secretaría General del Ayuntamiento bajo las enaguas de Remberto y no en la cárcel de Chetumal donde ahora se encuentra.  

Este pasaje evidenció ante los cancunenses a un Remberto poco confiable. Un alcalde cancunense más dedicado a cuidar sus intereses personales por encima del bien público. Como secretario general del Ayuntamiento, Rodríguez Marrufo tuvo en sus manos temas tan sensibles como la política del Municipio, cosa delicada tratándose de un personaje que se sabía, habría operado de manera fraudulenta recientemente en un alto cargo del gobierno estatal. Eso es lo que el presidente municipal le dio a sus gobernados. 

¿Así o más irresponsable Remberto?  

Pero si la salida forzada del secretario general del Ayuntamiento es un hecho "bochornoso" que deja en evidencia a Remberto, no menos trascendental es la incursión de un nuevo secretario general del Ayuntamiento que también es cuestionado por sus antecedentes del pasado reciente. Muy reciente. 

Se trata de Guillermo Brahms González, personaje que se desempeñó como contralor del gobierno municipal saliente de Paul Carrillo de Cáceres, tarea que el nuevo funcionario de Remberto no habría hecho bien, pues no se explica cómo el entonces contralor no "detectó" los millonarios fraudes de los que se acusan hoy a esa administración. 

Tan sólo en el caso del ex director de Ingresos de la administración municipal pasada, de nombre Hugo Bonilla, pesa una denuncia penal por un fraude superior a 48 millones de pesos. Pero la cosa no para ahí. El propio Remberto Estrada encabeza una estrategia legal para evitar que el Congreso del Estado revise las cuentas públicas de su antecesor, una postura que se contrapone al dicho de la voz populi: "el que nada debe nada teme". 

Y no sería raro que en una investigación a fondo sobre las operaciones de Hugo Bonilla y otros funcionarios del gobierno municipal saliente tuviéramos que ver al nuevo secretario del Ayuntamiento de Remberto mínimo teniendo que responder cuestionamientos por probables omisiones en su calidad de entonces contralor. 

En éste último caso de la defensa a ultranza de las cuentas de Paúl Carrillo, el público también percibe a Remberto como un protector de la corrupción, pues contrario a lo que los políticos quieren creer, el ciudadano –los cancunenses en este caso- ya no les creen y a priori descalifican sus dichos y sus promesas. 

En el descrédito púbico que Remberto Estrada ha acumulado en tan pocos meses al frente del gobierno de Cancún destacan otros episodios que lo han dejado en ridículo ante los cancunenses, esto por decir lo menos. Los temas son muchos pero serán tópicos de las próximas entregas. 

El alcalde de Cancún pretende pasar a la historia como el primer presidente municipal reelecto del todavía joven municipio Benito Juárez. El público debe saber que esto ya es legalmente posible, pues la Constitución Política del Estado de Quintana Roo fue modificada para dar paso a la reelección de alcaldes a partir del presente periodo.

Pero la pregunta es, ¿Para qué querrían los cancunenses reemplear a un alcalde poco confiable que protege los intereses propios y los de su grupo por encima del bien público?
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