En Cancún, se gasta lo mismo en obra pública que en asesorías


En seis años, un promedio anual de 110 millones de obra pública. Apenas el doble de lo que se gasta en publicidad, y 10 veces menos que la nómina.

Por: Hugo Martoccia

A veces, para entender porqué las cosas pasan de un modo particular, lo mejor es sustraerse de toda especulación e ir hacia los hechos duros.

Va aquí un ejemplo: durante todo 2010, la inversión en obra pública en Cancún será igual a lo que se pagó como comisiones para reestructurar la deuda municipal. Ese sólo dato, que ronda los 100 millones para cada uno de esos ítems, dice demasiado de las prioridades y la planificación de las autoridades. 

Va otro dato: Entre 2005 y 2010, mientras la deuda municipal se triplicó y la nómina se duplicó, el recurso para la obra pública aumentó apenas un 20 por ciento.

Cinco alcaldes pasaron por el Palacio Municipal en esos años. A todos los habremos oír hablar de que su obra pública es enorme y hasta fundacional. Gregorio Sánchez decía, hasta hace escasos meses, que él había hecho más obra que los últimos cinco alcaldes juntos.

Pero los números no mienten. De acuerdo a los reportes de la tesorería, en esos seis años se invirtieron 668 millones de pesos en obra pública, que es apenas el doble de lo que se gastó en publicidad, y apenas un 60 por ciento de lo que se gasta en un año en la nómina.

Con esa distribución de los recursos, es evidente que los rezagos sociales seguirán aumentando.   
  
La falacia de las reestructuras de deuda

Un dato interesante tiene que ver con lo que puede dar una reestructuración. Como ya ha sucedido en este municipio hace cientos de años (fue en 2005, pero parece que el tiempo, la memoria y el olvido tienen su propia dinámica en Cancún) estos procesos de pedir un préstamo para pagar otros son presentados como el fin de todos los males, y el inicio de un época de prosperidad y progreso. La realidad, luego, desmiente esa euforia.

Vamos a la historia entonces, y veamos qué ha pasado con un caso similar.   

En 2005, Francisco Alor logró reestructurar la deuda municipal por un monto de 570 millones de pesos, que incluía alguna partida para nueva obra.

A pesar de ello, en 2005 se invirtieron para obra 85 millones de pesos, y en 2006 la cifra bajó hasta 62 millones, lo que es igual a un 3.9 por ciento del presupuesto. El contexto de esos años, sin embargo,  no fue normal. El paso de Wilma afectó todo el proceso.

El año 2007 fue quizá el único en el cual la contención de la deuda se notó: se invirtieron 186 millones de pesos en obra, que fue el monto neto y porcentaje más alto de todos estos años para la inversión pública.

En 2008, con el cambio de gobierno en medio, la inversión se desplomó un 60 por ciento, hasta 78 millones de pesos.

En 2009 hubo un avance hasta 157 millones, y en 2010, entre elecciones y crisis política, la inversión en obra pública se estima en 100 millones de pesos, aunque podrían ser menos.

100 millones de pesos es  lo que cobrarán la empresa Vace Partners y el Instituto para el Desarrollo y Financiamiento del estado por asesorar sobre la reestructura que presentó Jaime Hernández y aprobaron todos los regidores excepto los del PAN.

Según este proyecto, que aun debe pasar la onerosa aduana del Congreso, para el 2011 habrá entre 150 y 250 millones de pesos para obra pública (específicamente hablan de 230 millones) lo cual no sería (de suceder) una novedad, porque se trata, en su mayoría, del dinero del crédito ya aprobado a Gregorio Sánchez para obra pública.

Hasta el momento, la administración ha contratado obras por 176 millones, y sólo se han realizado obras por 45 millones, o sea que aún deben realizarse otras por 130 millones.

Como ese crédito es parte de la reestructuración, no hay motivo para que no se cumpla la obra, por lo cual la medalla de esos 176 millones de pesos en obras no se las podrá colgar ni el actual ni el próximo alcalde, como tampoco pudo hacerlo Gregorio Sánchez.

Dicho sea de otro modo: no hace falta un máster en administración para realizar obras con dinero prestado.
  
Utopía

La ciudad que nos legará la nueva reestructura de deuda es esta, según el tesorero Jaime Zetina: la inversión en obra pública de los próximos 4 años será de 230, 238, 246 y 255 millones de pesos, sucesivamente. O sea, cantidades inéditas a la historia de Cancún.  

El servicio de deuda exigirá pagos de 90.3, 96.9 y 147.3 millones de pesos en los próximos tres años, lo cual generará superávit de 50 y 142 millones en los próximos dos años, para llegar a 337 millones en 2015.

Según eso números fácilmente derramados en el papel, todo parece demasiado lógico e inevitable, y nos conduciría a un Cancún absolutamente distinto al que hoy tenemos. Ojalá que la terca realidad no se encargue de despertarnos del sueño.  
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