Ayuntamiento de Othón P. Blanco pretende triplicar su deuda; en 100 días ya escaló un 60 por ciento

En 100 días, el gobierno de Othon P. Blanco aumentó su deuda en un 60 por ciento. Y tiene la autorización para pedir otros 360 millones mediante confusos mecanismos legales. La decisión del alcalde Carlos Mario Villanueva no es otra cosa que un adelanto de lo que viene con el gobierno del estado y las demás administraciones municipales, que no pueden operar si no reciben recursos frescos. El incierto destino de Quintana Roo.

Por: Hugo Martoccia

En sus primeros 100 días de administración, Carlos Mario Villanueva Tenorio, con el apoyo de su Cabildo, pidió créditos o adelantos de participaciones (que, en los hechos, actúan como préstamos) por un monto de 130 millones de pesos, que podrían ser apenas el inicio de un acelerado proceso de endeudamiento.

De acuerdo al último reporte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) este municipio tenía a fin de 2010 una deuda bancaria de 172.6 millones. Sin embargo, la pasada Legislatura le autorizó al ex alcalde Andrés Ruiz Morcillo créditos por 213 millones de pesos, por lo cual la deuda real del municipio es una incógnita. 

En cualquiera de los casos, la nueva deuda que ha pedido Carlos Mario Villanueva corresponde a un 50 o un 70 por ciento de la deuda anterior. 

Este tema debería abrir un debate serio que se ha querido ocultar, y tiene que ver con la viabilidad del estado y los municipios si continúan con este ritmo de endeudamiento. 

El debate, sin embargo, parece que no se hará porque no le conviene a nadie. Todos los alcaldes y el gobierno estatal ya han hecho público su interés de “reestructurar”  sus deudas.

Hasta marzo de 2011, estado, municipios y paraestatales debían 10 mil 264 millones de pesos. Los datos oficiales dicen que la deuda aumentó más de 4 veces en cada uno de los dos últimos sexenios (el de Joaquín Hendricks y el de Félix González Canto) y es toda una incógnita saber hasta dónde llegará el actual gobernador, Roberto Borge, que aun no ha dado señales de cuál es el eje central de su gestión. 

100 días 

Carlos Mario Villanueva Tenorio no desaprovechó el primer tramo de su gestión. Si aquella creencia de que los primeros 100 días de un gobierno marcan lo que será el resto del trienio, en el caso de Othon P Blanco es para preocuparse. 

A pocos días de iniciado su gobierno, el alcalde pidió al Cabildo que le autorice un crédito por 50 millones de pesos con el banco Interacciones.

Un mes después, a mediados de mayo, solicitó un segundo préstamo de 56 millones de pesos con el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras) para hacer frente a los problemas financieros del municipio. 

En  este caso, se trata de un anticipo de hasta 25 por ciento del Fondo de Infraestructura Social Municipal, que al tratarse de un adelanto de participaciones opera exactamente como un crédito a corto plazo. 

Pero además, en junio pasado  el Cabildo aprobó por unanimidad la contratación de un tercer crédito por 24 millones de pesos también con Banobras.

En total, 130 millones de pesos, a los que se debe sumar una extraña autorización para que el municipio pueda acceder a otros 360 millones de pesos.

Este último caso surge de un proyecto de obras públicas que el alcalde presentó a  la Federación. El proyecto total contempla obras por 1038 millones de pesos, e incluye una autorización del Cabildo al alcalde que le otorga “capacidad de negociar recursos federales extraordinarios y celebrar convenios, contratos y fideicomisos derivados de las gestiones, con la responsabilidad de supervisar y dar puntual seguimiento a los proyectos y programas”.  

La autorización incluye “celebrar convenios con autoridades federales, estatales, municipales e internacionales, así como un fideicomiso para el mejoramiento del desarrollo municipal, de manera que pueda financiar diversos proyectos para el mejoramiento del nivel de calidad de los othonenses en los renglones de seguridad pública, desarrollo forestal, servicios públicos, ecología, imagen urbana, vivienda y desarrollo económico”.

El monto, como se dijo, es de 360 millones de pesos, y de todo esa confusión de palabras, lo mejor que puede decirse es que podría convertirse en una forma de esconder nueva deuda mediante otros mecanismos legales.

A estos números hay que sumar la deuda histórica que recibió el ex alcalde Andrés Ruiz Morcillo, de 57 millones de pesos, más lo que el Congreso le autorizó a ese gobierno en el trienio pasado, que fue:

*Decreto 92, publicado en el Periódico Oficial del estado el 20 de febrero de 2008. 

Un endeudamiento por 37 millones de pesos para obra pública, que serviría para acceder a programas federales y estatales de infraestructura y rezago de energía y construcción de pisos firmes. 

*Decreto 102, publicado 3 de abril de 2009.  

Adeudo de 25 millones de pesos para el refinanciamiento o reestructuración del saldo de la deuda pública, y 20.8 millones al programa de modernización catastral.

*Decreto 315, publicado 22 de octubre de 2010. 

Aprobación de un endeudamiento de 130 millones de pesos a 20 años, para inversión pública productiva. 

A ello se suma la el Decreto 418, publicado el 10 de febrero de 2011, en el cual se autoriza un contrato irregular para la Instalación, mantenimiento y sustitución de luminarias por 15 años, con la empresa Avances Lumínicos Plus SA de CV.

Se trata de un contrato a 180 meses, con pagos por parte del municipios de 3.6 millones cada mes. En 15 años, se pagarán 656 millones de pesos. 

La semana pasada, ciudadanos de Chetumal exigieron al alcalde que le de mantenimiento a algunas de esas lámparas, que ya presentan problemas.  

Sólo para dar una idea general de lo complejo de la situación, debe decirse que en 2010 el municipio tuvo un déficit de 23.6 millones de pesos, que no pudo cubrir ni con los millonarios préstamos que pidió.   

Estos números que asustan deben entenderse en el contexto que viene: Chetumal es apenas la punta de lanza de un grupo de administraciones que podrían marcar el final histórico del ciclo de prosperidad del estado.