FONHAPAZO: entre mentiras y verdades a medias surge el ícono del funcionario valemadrista
Por:
Expediente Quintana Roo
Publicado:
El asunto del FONHAPO dejó al descubierto
un sistema de gobierno caduco e inoperante, por su falta de resultados. Algo
que hace muchos años se veía venir y que hoy este caso surge como un ícono del
valemadrismo de los funcionarios de gobierno, en este caso municipales, pero
que podría ser lo mismo en cualquiera de los otros dos niveles de la
administración pública.
Por: Esmaragdo Camaz
Este texto no ofrece información, sólo
cuestionamientos. Las respuestas, las verdaderas, sólo los protagonistas las
saben. Y la experiencia, la del paso de los años y la del pasado muy reciente,
el pasado de hace apenas unas horas, confirma que en este campo, las respuestas
siempre son inciertas.
El crédito de FONHAPO –como ya aceptaron
ambas partes-, fue contratado hace 22 años por Mario Villanueva Madrid, quien
no lo pagó.
Esta es la lista de los personajes –todos
ellos presidentes de Benito Juárez-, que no pagaron el crédito en cuestión:
Jorge Contreras Castillo
Carlos Cardín Pérez
Edmundo Fernández Meza
Rafael Lara Lara
Magaly Achach Solís
Juan Ignacio García Zalvidea
Carlos Canabal Ruíz
Francisco Alor Quezada
Gregorio Sánchez Martínez
Latifa Muza Simón
Jaime Hernández Zaragoza
Julián Ricalde Magaña
Son 12, 13 contando a Mario Villanueva.
¿No pudieron entre 13 individuos que
administraron la ciudad en 22 años pagar un crédito contratado por el Ayuntamiento
de Benito Juárez?
En todos estos años, realizaron dos
reestructuras, pero tampoco cumplieron con el compromiso. Y sí en cambio, esto
le está costando al Ayuntamiento una millonaria cifra por la negligencia de
estos administradores.
Este sistema de administración de gobierno
es muy cómodo, pues nadie se hace responsable de las deudas y sí en cambio,
cada nuevo alcalde va pidiendo más y más créditos impagables en este sistema.
Además, sin que nadie los llame a cuentas.
Julián Ricalde Magaña le recibió el
gobierno a Jaime Hernández Zaragoza.
¿Sabe Julián lo que le recibió?, porque el
propio Ricalde dice que esta deuda no estaba en la documentación de la
entrega-recepción.
¿Entonces para qué firmó si no averiguó
bien lo que estaba firmando? Luego entonces, si firmó, está adentro.
Los directivos de FONHAPO vinieron en
Octubre a informarle a Julián Ricalde del embargo, pero no les dieron
audiencia. Entonces lo intentaron con el tesorero, pero tampoco fueron
recibidos.
Y si Ricalde no atiende los asuntos de gran
importancia para el Ayuntamiento –pues el caso FONHAPO se considera muy
importante-, ¿a qué se dedica el alcalde entonces?
¿Cuál es el trabajo de Ricalde o de
cualquier alcalde?
¿Quién lo supervisa?
¿Quién lo califica?
¿A quién le rinde cuentas?
El asunto de FONHAPO se volvió importante hasta
el momento en que al Ayuntamiento le costó 112 millones de pesos, antes, como
consta en la historia de la ciudad, no era trascendente.
O sea, sólo cuando FONHAPO le cobró al
Ayuntamiento a lo chino, fue cuando sus administradores sí se pusieron a buscar
una solución a un asunto pendiente hace 22 años.
Este esquema “chino” aplica en el más
elemental sistema de cobranza. Quien otorga el crédito se cobra con la garantía
cuando el contratante del empréstito no paga porque no tiene dinero con qué
responder o cuando a éste le vale madre pagar.
Parece mentira, pero este sistema de
Gobierno está funcionando como aquellos casos en que el abonero llega a la casa
a cobrar la vajilla, y no como una institución seria capaz de responder a sus
compromisos y obligaciones.
El Ayuntamiento de Benito Juárez ha tenido
dinero suficiente para pagar esta y otras deudas durante los últimos 22 años,
de eso no hay duda.
¿Entonces porqué no pagó en todo ese tiempo
la deuda con FONHAPO?
¿Les valió madres Cancún a estos 13
individuos que juraron que la ciudad y sus habitantes eran lo más importante
para ellos?
¿Mintieron todos ellos?
¿O es que sólo son valemadristas?
Julián Ricalde no atendió el asunto de
FONHAPO en Octubre, cuando vinieron a informarle del embargo, pero en Enero,
cuando ya le habían retenido 112 millones de pesos, fue corriendo a buscar a
los empresarios para que lo respaldaran por un trabajo que él hizo mal. Por un
trabajo que no atendió en tiempo y forma…
En el medio empresarial, donde el dinero sí
tiene dueño, a Julián Ricalde ya lo hubieran despedido en un tris. Alguno de
los empresarios que asistieron a esa reunión se hubieran desecho de él por
mucho menos de lo que hizo, si se tratara de uno de sus empleados.
Cuando los empresarios salieron de la
reunión, dieron su respaldo a Julián.
¿Y qué más podían hacer los empresarios?
La información que tenían era sólo parcial,
la que el mismo alcalde les había proporcionado. Pero además, los empresarios
no tienen autoridad legal para aplicarle un correctivo al alcalde, así que ser
positivo y respaldarlo por el bien de la ciudad es una actitud más positiva y
plausible.
Además, los empresarios, como el resto de
la población, está más ocupada en actividades productivas, viendo los primeros
como sacar el dinero para pagar la quincena y los segundos viendo cómo le hacen
para estirar el dinero de forma que alcance para toda la familia, en vez de
estar al pendiente de lo que Julián hace o deja de hacer.
Los empresarios y la sociedad civil en su
conjunto no son responsables de la ineptitud de sus gobernantes.
El tesorero del Ayuntamiento, Leonel Sauri
Galué, le dijo a Novedades desde el DF, al final del encuentro con funcionarios
federales, que FONHAPO reconoce que el crédito ya estaba pagado.
El tesorero ve la tempestad y no se hinca.
Julián Ricalde, más moderado, reconoció que
FONHAPO tiene documentación del crédito que él no tiene, de la misma forma que
él tiene documentos que el FONHAPO desconocía.
Ricalde reconoció la buena disposición del
gobierno federal y se dijo en espera de dos semanas para conocer la solución
final, sin que por ahora se pueda cantar victoria.
En resumen, ni priistas, ni perredistas,
así como tampoco funcionarios de todos los partidos que tienen o han tenido una
cartera en el Ayuntamiento de Benito Juárez en estos 22 años, resolvieron el
problema.
O sea que, la administración pública es tan
inoperante, que necesita que le cobren a lo chino, para responder a sus
obligaciones.
En un futuro cuando surja un nuevo caso
similar a este, ya sea que reviente en las manos de Julián Ricalde o en la de
aquellos que serán más adelante los nuevos alcaldes, se dirá que al munícipe en
turno, “ya le recetaron un Fonhapazo”.
El asunto del FONHAPO dejó al descubierto un sistema de gobierno caduco e inoperante, por su falta de resultados. Algo que hace muchos años se veía venir y que hoy este caso surge como un ícono del valemadrismo de los funcionarios de gobierno, en este caso municipales, pero que podría ser lo mismo en cualquiera de los otros dos niveles de la administración pública.
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