Menores usados para traficar drogas: 7 casos prenden la alerta en Quintana Roo


En medio de la alerta del gobierno de Texas contra los destinos turísticos de México y de Quintana Roo, surgen en el estado casos de jóvenes menores de edad que son usados por el crimen organizado para traficar drogas, aprovechando los vacíos legales que los salavan de la cárcel. Hay siete casos en este momento que el DIF tiene bajo control y que deben servir de advertencia para no bajar la guardia ante este flagelo.

Por: Esmaragdo Camaz

Hay siete menores de edad que se encuentran bajo supervisión del DIF y que han prendido la alerta roja, pues éstos jóvenes han sido usados por el crimen organizado para la venta y distribución de drogas, destacando el caso de uno de ellos, de 16 años, del que se sospechan nexos con la banda salvadoreña conocida como la “Marasalvatrucha”.


El robo, recurrente en estos jóvenes, es uno de los principales ilícitos que se cometen en Quintana Roo, de hecho es el principal de los delitos del fuero común que se registran en los 10 municipios del estado.

Sin embargo, lo que más llama la atención es el hecho de que la delincuencia organizada, debido a lo “flexible” de la ley para Menores Infractores, permite que los jóvenes entre los 14 a 17 años sean utilizados para la venta de droga, ya que por su edad no están sujetos a cárcel y apenas pueden ser retenidos en Casas para menores infractores, lo que a su vez se vuelve un hecho muy peligroso.

Este problema ha sido detectado en su mayoría en la zona norte de la entidad, sobre todo en Cancún, donde el grado de delincuencia juvenil es mayor; pero también se ha visto esa situación en la parte Sur, esto con base al número de menores de edad que fueron atendidos el año pasado al registrar al menos 80 jóvenes que fueron enviados a la Casa de Hogar de  Menores en Conflicto con la Ley en su mayoría por robo.


Por eso el uso de menores de edad para insertarlos en bandas del crimen organizado es una llamada de alerta para un estado en el que la percepción de la seguridad pública está directamente ligada al desarrollo económico, pues el turismo se mueve si se siente inseguro.

Acapulco perdió por completo esta temporada el segmento de Springbreakers debido a la inseguridad y la violencia desmedida en el estado de Guerrero, mientras que los destinos del norte de Quintana Roo, libres de este problema en esos niveles, libra su propia batalla contra intereses comerciales en los Estados Unidos, que aspiran a morder una parte del pastel, atacando a Cancún, Cozumel y la Riviera Maya, con “alertas” exageradas que pretenden inhibir el turismo.


Silvia Vanesa González Bado, procuradora de la Defensa del Menor y la Familia, evidenció un punto importante que no sólo tiene que ver con la inseguridad, sino también con el tejido social, pues señaló que la gran mayoría de los menores de edad que ingresan por este tipo de delitos provienen de familias disfuncionales y presentan algún tipo de adicción.

Varios de estos jóvenes dieron positivo al consumo de marihuana y algunos de cocaína, por lo que se les brinda la atención respectiva con psicólogos, trabajos de contención y rehabilitación así como educación académica con el fin de reinsertarlos a la sociedad; situación que ha dado resultado al haber sólo un pequeño porcentaje de reincidencia, explicó la funcionaria.

De los siete casos que actualmente están siendo atendidos en Chetumal- seis varones y una menor de edad- ha llamado la atención un joven de 16 años el cual presenta fuertes indicios de pertenecer a la “Marasalvatrucha”, pandilla que surgió en el Salvador y que ha sobresalido por su grado de violencia; esta persona fue detenida en Chetumal luego de haber cometido un robo en una vivienda.


Así las cosas y en un momento en que la seguridad pública, como el turismo, es un tema de alta prioridad en Quintana Roo, estos casos hoy bajo control, son una alerta clara de que los riesgos que las zonas turísticas del estado enfrentan.
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