El desorden de la vida privada del
presidente municipal de Cozumel ya está afectando su vida pública y eso afecta
a su vez, a diversos sectores de la sociedad, por eso es que en la Isla ya se
cuestionan si Aurelio Joaquín González está en condiciones para seguir
gobernando. Lito –como le dicen-, golpeó a su esposa María Luisa Pietro de
Joaquín, primera dama y presidenta del DIF en la Isla, es la versión
generalizada, y eso ya molestó a muchos.
Por: Esmaragdo Camaz
Aurelio Joaquín González, el presidente
municipal de Cozumel –Lito, como le dicen-, golpeó a su esposa, la presidenta
del DIF Municipal, la señora María Luisa Prieto de Joaquín. La lastimó
severamente, tanto que los padres de la primera dama cozumeleña tuvieron que apresurarse
a llegar a la Isla desde Monterrey, para llevársela y ponerla a resguardo.
Lito estaba borracho o drogado. O ambas
cosas. La señora Pietro de Joaquín dejó la Isla después de las fiestas del
Cedral.
Esta es la versión que se conoce en Cozumel.
Es la misma que ya se publica en redes sociales y es exactamente igual a la que
filtran amigos y autoridades cercanas al presidente municipal.
Algo está pasando con este personaje.
La señora Pietro de Joaquín no está en
Cozumel y su ausencia es notoria. En los boletines de prensa con información
del DIF Municipal, en los que siempre figuraba su imagen, hace tiempo que ya no
aparece.
Hace unos días el presidente municipal
apareció en un boletín de prensa acompañado de su madre, la señora Beatriz
González de Joaquín, y de sus dos hijos, en una información de un evento
relacionado con el DIF Municipal.
Pero la señora Prieto de Joaquín sigue sin
aparecer en las actividades propias de su investidura.
Expediente X reveló días atrás que Lito
salió de su casa y desnudo, se paseó por las calles. La policía lo detuvo y
tras un intercambio de palabras, los uniformados pudieron regresar al alcalde a
casa y ponerlo bajo resguardo.
En las redes sociales hay testimonios de
cozumeleños que dicen tener conocimiento de estos hechos, y algunos incluso
afirman haber presenciado en incidente.
Por cierto, la publicación en Expediente
Quintana Roo sobre este asunto surgió a partir de una fuente oficial.
En este suceso también se presume que Lito
estaba borracho o drogado, o ambas cosas.
Ya siendo presidente municipal electo y
previo a su llegada al Palacio, Aurelio Joaquín estuvo en una clínica de
rehabilitación en los Estados Unidos. Él mismo desmintió esta versión, pero
muchos cozumeleños, incluidos sus amigos y autoridades más cercanas, no le
creen, todavía hoy.
El tema de estos desfiguros del presidente
municipal de Cozumel van abriendo una caja de pandora.
Lo que inició en Cozumel como una versión
para el chisme y el escarnio, ahora se está transformando en una preocupación
real de ciudadanos, grupos de poder y desde luego, también de adversarios y
detractores, que ven en Lito a un personaje que, quizá no está en condiciones
de seguir al frente de la Comuna.
Un comportamiento atípico y por momentos
violento es parte de la personalidad del Lito de hoy, es el reporte de sus
allegados.
Como siempre sucede en estos casos, las
primeras informaciones surgen desde el anonimato. Pero en algún momento, cuando
se trata –como en este caso-, de un gobernante, los cuestionamientos se van
haciendo públicos.
Adicionalmente a estas sucesos
protagonizados por Lito y que algunos adjudican a un comportamiento enfermizo,
las deudas de la Comuna con proveedores, así como la histórica primera vez que
no se pagó una quincena completa en el Ayuntamiento de la Isla, son hechos que
ya tienen una afectación al colectivo y por eso las acciones del presidente
municipal, van pasando del interés personal al público.
Hace apenas unos meses, la periodista
Carmen Aristegui cuestionó el derecho ciudadano de que, ante las insistentes
versiones de que el presidente Felipe Calderón era un alcohólico, el mandatario
aceptara someterse a un examen médico, a fin de que los mexicanos pudieran
estar seguros de que su máxima autoridad estuviera limpio de adicciones.
De haber resultado un presidente con
adicciones, seguramente hubiera tenido que dejar el cargo, al menos por un
tiempo, mientras encontraba cura a ese mal.
Pero ya todos sabemos lo que pasó. A la
periodista la corrieron del trabajo, el presidente hizo mutis y si siguió
empinando el codo o no, eso sólo lo saben sus compañeros de parranda, si es que
bebe o no.
Los ciudadanos se quedaron con la duda y
sin poder hacer valer sus derechos.
Hoy en Cozumel está surgiendo una situación
similar. El incidente con la señora María Luisa Prieto de Joaquín es grave
desde todo ángulo, pues no sólo es la primera dama de a Isla y esposa del
alcalde, así como funcionario y madre, sino que simple y sencillamente se trata
de una mujer y con una que sufra violencia intrafamiliar es suficiente para
actuar en consecuencia.
El futuro mediato sobre Lito y su trabajo
como presidente municipal empieza a ser incierto. Una de sus funcionarias,
quizá la más cercana a él, es también quien lo ha cuestionado.
Y quizá el hecho de que sea mujer no es
casual. Adriana Teissier, la síndico municipal y quien fue tiempo atrás primera
dama de Cozumel, ya hizo un primer intento por poner orden a las finanzas de la
Comuna.
La reacción del presidente municipal
Aurelio Joaquín González fue echarle encima la fuerza del Ayuntamiento para
desmentirla y orillarla, luego de que la funcionaria, haciendo uso del derecho
que le asiste, pidió una auditoría para revisar las malogradas finanzas
públicas de Lito.
Estos últimos hechos, delicados por
tratarse de las finanzas públicas, habrían ocurrido en el inter de tiempo en
que Lito habría golpeado a su esposa, de acuerdo a las referencias ya citadas.
Y ese es el problema que se plantean en
Cozumel. La vida privada de Lito ya está impactando su vida pública y eso trae
consecuencias a diversos sectores de la Isla.
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