Universidad Sexosa de JMM: “viola principios del comportamiento responsable y ético del profesor”, califica alto funcionario de la SEP


José María Morelos.- En una carta abierta enviada a la comunidad universitaria de la Intercultural Maya, casa de estudios en la que el propio rector, Francisco Rosado May, está acusado por el estudiantado de mantener relaciones sexuales con alumnos, el coordinador general de Educación Intercultural y Bilingüe (CGEIB) de la SEP, Fernando Salmerón Castro, calificó el caso de la Universidad Sexosa en estos términos: “Las prácticas personales, tanto del profesor como de la estudiante, que llevaron al surgimiento de este conflicto en la UIMQROO violan todos estos principios del comportamiento responsable y ético del profesor”.

La misiva del alto funcionario de la SEP se refiere al caso de la alumna que tuvo un hijo con su profesor en la Universidad Intercultural Maya de Quintana Roo, casa de estudios en la que el propio rector, Francisco Rosado May, también es señalado de mantener relaciones sexuales con los alumnos, según la acusación de los propios universitarios.

Aquí el texto completo de la carta abierta de Fernando Salmerón Castro.

Carta abierta a la comunidad de la Universidad Intercultural Maya de Quintana Roo (UIMQROO)
Fernando I. Salmerón Castro
Coordinador General de Educación Intercultural y Bilingüe
Estimadas y estimados estudiantes, profesores, personal administrativo y consejeros de la UIMQROO:

La organización de los sistemas de aprendizaje en el mundo moderno ha dado origen a espacios dedicados específicamente a la transmisión y el cultivo de saberes. En ellos se espera que todos los participantes del proceso establezcan lazos de interacción conducentes a la transmisión y la generación de conocimiento. Esto lleva, sin duda, al establecimiento de relaciones personales y de trabajo que son complejas y están llenas de tensiones y exigencias que, en muchas ocasiones, son difíciles de compaginar. La experiencia acumulada sobre estos temas en las instituciones académicas ha impulsado conjuntos de normas y reglamentos para facilitar ese esfuerzo. Sin embargo, una parte sustancial de él se basa mayormente en la convicción de que las y los profesores, las y los estudiantes y demás personal pueden establecer lazos de interacción y comunicación sobre bases de responsabilidad ética. Salvo casos extremos, los códigos éticos únicamente pueden exigirse mediante el acuerdo y el consenso entre los participantes dentro de una comunidad. En particular, de las y los profesores y de las autoridades universitarias se espera una responsabilidad ética mayor puesto que son quienes deben formar a las futuras generaciones de profesionales.

La falta de integridad y el comportamiento no ético dentro del sector educativo contradice uno de los principales propósitos de la educación que consiste en formar “buenos ciudadanos”, respetuosos de la ley, de los derechos humanos y de la rectitud. Resulta también incompatible con cualquier estrategia que considere a la educación como un instrumento significativo para la lucha contra la corrupción. Estas máximas resultan muy claras cuando hablamos de fraude, de deshonestidad académica, o de otras formas visibles de corrupción. Otras veces, en cambio, cuando entramos a temas más sutiles centrados en las relaciones interpersonales, la línea es más difícil de trazar de manera inequívoca. No obstante, quiero subrayar que es justamente allí donde las y los profesores universitarios debemos tener mayor claridad de comportamiento, porque nuestro desempeño tiene implicaciones pedagógicas y ejemplares.
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La estructura de edad y prestigio que impera en las instituciones de educación superior provoca que el profesor o la profesora tengan una posición especial de poder y respeto entre sus estudiantes. Se trata de una relación privilegiada en la que el comportamiento del docente tiene características particulares. El desarrollo de relaciones sexuales entre profesores y estudiantes, en este sentido, se considera inapropiado por múltiples razones. Se trata de un comportamiento que vuelve borrosas las líneas de la relación profesional, puede llevar a situaciones de acoso, puede producir situaciones de conflicto en la comunidad, produce conflictos de interés y, como fue el caso de la UIMQROO, puede traducirse en reclamos de los padres de familia y la comunidad en contra de la institución.

En la consulta de casi cualquier código de ética de instituciones de educación superior encontrarán que los estándares mínimos del comportamiento ético consideran que los profesores y las profesoras deben poner particular atención a los siguientes puntos:

Mantener relaciones profesionales con las y los estudiantes;
Reconocer y respetar la naturaleza privilegiada de la relación maestro- alumno;
Demostrar respeto consistente e imparcialidad con relación a todos los estudiantes y las estudiantes como individuos con necesidades de aprendizaje y capacidades distintivas;
Respetar la información confidencial sobre las estudiantes y los estudiantes;
Ser ejemplo de respeto de la dignidad humana, los valores sociales y culturales, la libertad, la justicia, la democracia y el medio ambiente;
Trabajar con los colegas de la institución para crear un entorno profesional que contribuya al desarrollo social, físico, intelectual, espiritual, cultural, moral y emocional de los estudiantes;
Establecer relaciones con padres, madres y tutores de los estudiantes y las estudiantes, sobre bases de respeto, confianza y comunicación, que los consideren como parte del propósito educativo;
Cooperar con las y los profesionales de otras instituciones en el interés de las y los estudiantes;
Actuar con integridad, honestidad, equidad y dignidad;
Respetar la naturaleza confidencial de la información sobre otros miembros de la institución en el curso de su práctica profesional;
Cumplir con normas y reglamentos; y
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Recomendar a los responsables, de manera profesional, aquellas políticas o prácticas institucionales que deban ser revisadas o modificadas.

Las prácticas personales, tanto del profesor como de la estudiante, que llevaron al surgimiento de este conflicto en la UIMQROO violan todos estos principios del comportamiento responsable y ético del profesor.

Más allá de las circunstancias particulares de este caso, en términos generales puede decirse que las estudiantes y los estudiantes tienen menos experiencia y conocimientos que las y los docentes. Por tal razón, depositan su confianza en las y los profesores y esperan que su ética como profesionales de la educación y sus responsabilidades profesionales les impidan gratificar necesidades personales obteniendo provecho de la relación con estudiantes. El involucramiento sentimental entre maestro y alumno pone seriamente en duda este acuerdo tácito. Por esta razón, las relaciones sexuales o amorosas entre estudiantes y profesoras(es) se consideran no éticas. Las instituciones académicas suelen tener códigos de conducta o códigos de ética que advierten sobre estos temas y señalan sanciones a los infractores, tanto estudiantes como docentes. La mayor parte de los códigos de ética señalan con precisión que toda conducta sexual (coqueteo, seducción, acoso, hostigamiento, extorsión, contacto físico, relación sexual) entre un docente quien tiene una relación para evaluar (progreso, graduación) y un candidato o alumno no es ético ni profesional. Los miembros docentes son educadores y guías profesionales importantes. Tales conductas pueden afectar de manera adversa la conducta profesional futura del candidato o alumno. Por todas estas razones, dichas conductas se estiman reprobables y no deberían pasarse por alto en una institución de educación superior.

Entiendo que algunos de los miembros de la comunidad involucrados en la disputa reciente en la UIMQROO son personas muy apreciables cuyo compromiso con la institución ha sido encomiable en muchos sentidos. Sin embargo, en mi opinión, es nuestro deber reiterar las normas éticas que deben regir el comportamiento de los profesores/profesoras y de las y los estudiantes, haciéndoles ver los problemas que genera para la Universidad el desviarse de su cumplimiento. A ellos y a todos los demás miembros de la comunidad de la UIMQROO les pido que consideren estos puntos para llevar a cabo su importante labor en la transmisión y generación de conocimiento.

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