La campaña poblana: El financiamiento del triunfo joaquinista, el que paga manda y la siembra del odio


El que paga manda y por eso los poblanos son los que administran el dinero de los quintanarroenses. Son dos los personajes venidos de Puebla que administran los recursos del estado a través de SEFIPLAN, pero detrás de ellos hay una historia de favores, negocios y proyectos políticos que se fue entretejiendo en los últimos años entre los gobernadores Carlos Joaquín y Rafael Moreno Valle. El odio siempre ascendente entre dos familias dominantes de Cozumel deja a los quintanarroneses en medio del revanchismo y a los poblanos les permite irse por la libre.

Por: Esmaragdo Camaz

El dinero, la propaganda y los utilitarios (gorras, playeras, mandiles, vasos, etc.) de la campaña electoral de Carlos Joaquín llegaron a Quintana Roo desde el estado de Puebla, así como los asesores en estrategia política y activismo que tuvieron la rectoría del operativo proselitista, coordinados todos por el ex presidente municipal de Puebla, Luis Paredes Moctezuma, y por Fernando Manzanilla Prieto, éste último cuñado del gobernador poblano, Rafael Moreno Valle.



La campaña electoral de Carlos Joaquín costó algo más de 120 millones de pesos, según la confesión de un operador de primer nivel del equipo joaquinista.

El dinero para financiar la campaña de Carlos Joaquín tuvo sólo dos orígenes. Los bolsillos de la familia Joaquín y los recursos que llegaron del estado de Puebla a través de diversos personajes, pero todos con un común denominador: Rafael Moreno Valle.


Una parte de los recursos de la campaña –probablemente un 60 por ciento- fueron destinados a la estructura, es decir, a los activistas a nivel de tierra, muchos de ellos líderes de colonos, ex priistas que se desprendieron del PRI con todo y su estructura, dirigentes de asociaciones civiles y simpatizantes en general. A todos ellos Carlos Joaquín les quedó debiendo dinero hasta el día de hoy.


El 40 por ciento restante de los recursos de la campaña joaquinista llegaron del estado de Puebla en los conceptos descritos párrafos arriba.

El PAN y el PRD locales no aportaron dinero a la campaña de Carlos Joaquín.


En resumen, la campaña electoral de Carlos Joaquín la hicieron los poblanos con su dinero, con su propaganda, con sus utilitarios, con sus asesores y con sus estrategas.

Dicho llanamente, fue la Campaña Poblana de Carlos Joaquín.

Y por eso a ellos –a los poblanos-, les toca primera mano en la repartición de los beneficios de gobernar Quintana Roo. Y esos beneficios no pueden ser otros más que el control y el manejo del dinero público.

Por eso uno de los poblanos –Juan Vergara-, fue impuesto por Carlos Joaquín como titular de Finanzas del estado.


Técnicamente, el dinero público de Quintana Roo está en manos de un poblano ampliamente reconocido como operador del gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, a quien le debe lealtad.


Quien maneja el dinero tiene el poder –razona una de las fuentes que aportaron datos para este artículo.

¿Pero cómo puede ser esto?

La conexión Carlos Joaquín-Rafael Moreno Valle

Carlos Joaquín fue sub-secretario de Turismo federal del 10 de Diciembre 2012 hasta el 14 de Enero de este 2016, cuando el cozumeleño todavía era priista.

En Octubre de 2012 y para sorpresa del Sector, la entonces secretaria de Turismo, Gloria Guevera, anunció que el Tianguis Turístico –tradicionalmente en Acapulco-, había sido otorgado esta vez al estado de Puebla para Marzo del 2013.


En la foto del anuncio, el gobernador panista de Puebla, Rafael Moreno Valle, sentado a la derecha de Gloria Guevera y Carlos Joaquín sentado a la izquierda de la funcionaria.

Carlos Joaquín en su calidad de sub-secretario de Turismo fue clave para que el gobernador poblano tuviera la sede de tan importante evento. De ahí viene la relación entre ambos.

Rafael Moreno Valle –el gobernador poblano- quiere se presidente de México. Y Carlos Joaquín quería ser el gobernador de Quintana Roo.

Moreno Valle llegó al gobierno de Puebla en Febrero de 2011 después del desastre del “Gober Precioso” Mario Marín Torres. El anuncio del Tianguis Turístico en 2012 le significó al nuevo gobernador poblano el primer gran evento de realce nacional e internacional para lanzar su campaña a la presidencia de la República.

Son tres los panistas que aspiran a la candidatura de su partido. Rafael Moreno Valle, el gobernador poblano. Ricardo Anaya, presidente del PAN. Y Margarita Zavala, la esposa del ex presidente Felipe Calderón.


En esa disputa entre panistas, Rafael Moreno Valle ya tiene ventaja en algunos estados, como es el caso de Quintana Roo, donde su imagen ya ha sido promocionada en espectaculares colocados en las principales ciudades del estado.


Su ventaja es tanta en Quintana Roo que sus alfiles ya manejan incluso las finanzas públicas del gobierno estatal.


Una muestra del maridaje Joaquín-Moreno Valle es que el propio Ricardo Anaya, presidente de Acción Nacional y aspirante a la candidatura de su partido para la Presidencia del 2018, abandonó Chetumal antes de la comida el Domingo que Carlos Joaquín juró como gobernador, en protesta por la discriminación de la que fue objeto ante un claro favoritismo del novel mandatario hacia los panistas poblanos. Esto publicado en su oportunidad en una columna de El Universal.

Gracias “Beto”

Paradógicamente, fue Roberto Borge quien más ayudó a Carlos Joaquín a ganar la gubernatura de Quintana Roo.

Roberto Borge cerró a Carlos Joaquín toda posibilidad de participar en la elección interna del PRI para elegir un candidato a gobernador. En Quintana Roo el ex gobernador persiguió, acosó y amedrentó a simpatizantes, activistas, dirigentes cívicos y sociales, periodistas, líderes sindicales, burócratas, empresarios y a todo aquel que con su trabajo y/o activismo le significara algún tipo de apoyo a la campaña joaquinista.


No tuvo empacho en hacer pública esta animadversión hacia el joaquinismo y así Roberto Borge victimizó a Carlos Joaquín ante el electorado apuntalándolo a la victoria en las urnas.

Los intereses poblanos en Quintana Roo

En ese mismo contexto, la conexión Carlos Joaquín-Rafael Moreno Valle funcionó a la perfección. Una evidencia de esta mancuerna fue la incursión de Fernando Manzanilla Prieto -cuñado del gobernador poblano- en la coordinación de los asesores en estrategia política y activismo que llegaron procedentes del estado de Puebla. Información hasta ahora revelada.


Fernando Manzanilla se desempeñó en el primer tramo del gobierno de Puebla como secretario de Gobierno, es decir, el segundo de abordo del gobernador Rafael Moreno Valle. En ese mismo periodo estos personajes se convirtieron en cuñados, cuando Manzanilla desposó a la hermana del mandatario, Gabriela Moreno Valle, en Octubre 2011.

Manzanilla dejó el cargo tiempo después –por supuestas diferencias con su cuñado-, pero en Puebla es reconocida públicamente la versión de que el “cuñadito” –como le dicen por allá-, ahora opera con mucha mayor libertad y eficiencia para alcanzar dos objetivos:

La candidatura presidencial de Acción Nacional para Rafael Moreno Valle y la candidatura independiente al gobierno de Puebla para el propio Fernando Manzanilla. Y en ambos casos los poblanos esperan el apoyo de Quintana Roo para alcanzar sus metas, en reciprocidad por la inversión hecha en la campaña de Carlos Joaquín.


Otro personaje de la política poblana que tomaba decisiones en la campaña de Carlos Joaquín –también una revelación-, es el panista Luis Paredes Moctezuma, ex alcalde de Puebla.


La incursión de Paredes Moctezuma en este pasado proceso electoral de los quintanarroenses no debe pasar desapercibida, pues se trata de un distinguido miembro del Yunque, la derecha extrema del panismo que en algún momento cobrará con creces su intervención en el triunfo electoral de Carlos Joaquín en Quintana Roo.

El ex alcalde de Puebla y el cuñado de Moreno Valle coordinaron la estrategia y el activismo de la campaña joaquinista. Y eso no es cualquier cosa.

La aparición de Juan Vergara

En el contexto de las relaciones Carlos Joaquín-Rafael Moreno Valle, es decir, la conexión SECTUR y el Gobierno de Puebla, surge otro personaje que hoy ya es ampliamente conocido en Quintana Roo y profusamente repudiado por la burocracia y los joaquinistas quintanarroenses. Se trata de Juan Vergara, actual secretario estatal de Finanzas y Planeación.


Juan Vergara es la cabeza visible del canal cablero de televisión Mexico Travel Channel. Esta empresa –creada por el hoy encargado de las finanzas de Quintana Roo-, nació originalmente en Xicotepec de Juárez, Puebla, en el año 2008.

Pero “De ser un canal modesto, México Travel Channel ya se convirtió en todo un emporio con inversiones por 300 millones de pesos en los últimos tres años”, reza un artículo publicado en el portal eConsulta, en Febrero de 2014.


No es casual que el vertiginoso despegue de este “modesto” canal de Televisión poblano haya ocurrido a partir del 2011. Ese mismo año Rafael Moreno Valle llegó al gobierno de Puebla. Y desde el 2012, cuando Carlos Joaquín apareció en la sub-secretaría de Turismo, el Mexico Travel Channel alcanzó su esplendor financiero, a través de contratos publicitarios para difundir los atractivos turísticos de México.

No, no es casual.

Moreno Valle le inyectó millones de pesos al canal a través de contratos de publicidad para difundir las “bellezas” de Puebla y de su propia imagen como gobernador y como miembro de la CONAGO.


Y posteriormente la Secretaría de Turismo del gobierno federal, a la que Carlos Joaquín perteneció como sub-secretario hasta Enero 2016, le otorgó también contratos publicitarios para difundir los atractivos turísticos de todo México por sumas que se cuentan en millones de pesos.

Y por ahí se cierra la estrecha relación política, de confianza y de negocios entre la triada Carlos Joaquín-Juan Vergara-Rafael Moreno Valle.


No sobra decir que en Noviembre de 2012 y ya fortalecido política y económicamente, Juan Vergara perdió la nominación del PRI a la presidencia municipal de Huachinango, Puebla.

Se supone que Juan Vergara –contador público de profesión-, es algo así como un mago de las finanzas, que tiene súper conexiones con bancos y otras instituciones financieras y que con este bagaje “hará maravillas” con las finanzas públicas de Quintana Roo.

Lo malo es que entre los antecedentes financieros de Juan Vergara figuran fraudes, chanchullos, sociedades e intereses personales y de grupo poco claros que abonan a las dudas de los quintanarroenses.

Se le atribuyen fraudes con su fundación “Juan Vergara”, con la que habría obtenido millones de pesos de SEDESOL y otras instituciones públicas. También se le señala por fraudes en Aguascalientes con una constructora supuestamente de su propiedad.

Y recientemente surgió la versión pública de que el verdadero dueño del Mexico Travel Channel es el ex gobernador Joaquín Hendricks y que Juan Vergara sólo es un prestanombres.


Estas últimas versiones circulan en medios de prensa y en redes sociales.

La Gubernatura de Quintana Roo, el mejor negocio

Pero de todos los negocios, complicidades, planes y proyectos citados en esta historia, el mejor de todos es la gubernatura de Quintana Roo.

Es un “bisne” de no creerse –expresa con emoción un joaquinista que se frota las manos.

El gobierno de Quintana Roo ingresa unos 5 millones de pesos diarios por concepto de diversos impuestos. Esto equivale a unos 150 millones de pesos cada mes. O sea, más de mil millones de pesos al año. Es decir, serán por lo menos unos 6 mil millones de pesos y más, hasta el final del sexenio de Carlos Joaquín. Éste no es un dato consultado en “Transparencia”, el sistema donde el Gobierno publica lo que quiere. Este estimado proviene de una fuente de primera mano al interior de la Hacienda estatal.


Estos ingresos son apenas la caja chica del gobierno del estado. Y no sobra decir que mucho de este dinero –por no decir que todo-, se maneja de forma discrecional, es decir, a la mano.

Mención aparte las sumas estratosféricas de dinero que el estado recibirá por concepto de aportaciones de la Federación y de otros impuestos y servicios que el Estado tiene presupuestados como ingresos de Ley.

O sea que los 120 millones de pesos invertidos en la campaña de Carlos Joaquín son una bicoca y se recuperan en un mes. Y ese mes se cumple dentro de dos días. Y todo lo demás es pura ganancia.

El dinero de los quintanarroenses en manos de los poblanos

Y es Juan Vergara con sus compromisos y conexiones poblanas quien maneja todo este dinero que pertenece a los quintanarroenses y que de acuerdo a la Ley, debe ser usado para el desarrollo y beneficio de los mismos.

Como ya se ha publicado ampliamente en medios de prensa, Juan Vergara y su equipo de poblanos no cuentan con los cinco años mínimos de residencia que exige la Ley para ejercer tan altos e importantes cargos dentro de la administración pública estatal.

Y también se ha documentado públicamente que Luis Torres Llanes, el alcalde ex priista de Othón P. Blanco, hoy panrredista bajo las órdenes de Carlos Joaquín, ha otorgado constancias de residencia chetumaleña a los poblanos para “saltar” las barreras que impone la Ley.


Juan Vergara nombró a la también poblana, Gabriela Valderrama Izquierdo, como sub-secretaria técnica hacendaria de SEFIPLAN. Esto en cristiano significa que esta mujer es la que maneja en la práctica y de forma directa el dinero de los quintanarroenses. Claro eso sí, subordinada a las indicaciones de su jefe.

Gabriela Valderrama se hizo conocida rápidamente en Chetumal y todo Quintana Roo, gracias a sus dotes despóticos con los que llama ladronas, sinvergüenzas, rateras y otros calificativos ídem, a las secretarias de su propia oficina, algunas de ellas ya echadas a la calle por la furibunda funcionaria que llegó con la espada desenvainada a correr gente “nefasta”, como les dice a los burócratas que sirvieron –algunos de ellos- durante varios sexenios a la administración pública estatal.

Este comportamiento de Gabriela Valderrama se conoce por la denuncia pública echa por Xóchitl Álvarez Pérez, la secretaria que fue humillada y echada a la calle por la poblana.

Con llanto la secretaria narró a la prensa que Gabriela Valderrama la acusó de tener la “etiqueta” del borgismo y la responsabilizó –irracionalmente- del endeudamiento de las finanzas públicas de Quintana Roo.

Y en una escena que indigna aún al más indolente, la ex secretaria le juró entre sollozos a los periodistas que ella nunca manejó documentación clasificada, que sólo tuvo acceso a información administrativa y los invitó a su casa para conocer la estreches en la que vive y las deudas acumuladas producto de un módico salario, que a diferencia de los altos funcionarios de gobierno, a ella nunca le permitió ascender a un mejor nivel de vida. Con esas cartas credenciales se presentó la poblana Gabriela Valderrama.

En concreto, Carlos Joaquín depositó en las manos de estos dos poblanos “morenovallenistas” –Juan Vergara y Gabriela Valderrama-, el dinero de los quintanarroenses.

Más allá de la inversión

La desproporción del dinero invertido por los poblanos en la campaña de Carlos Joaquín contra la utilidad que les representa administrar el dinero de los quintanarronses es tan distante que recuperar el dinero de esa inversión no es en realidad el objetivo de los poblanos “morenovallenistas”.


El negocio es mucho más amplio. Más grande. Mucho más jugoso. Contratos para re-negociación de deuda pública (que es mucha). Contratos para obra pública. Convenios de publicidad y promoción turística a gran escala. Contratos por concepto de asesorías e imagen. Concesiones para prestar una infinidad de servicios al gobierno y al público. Y concesiones, cambios de uso de suelo y autorizaciones para todo tipo de desarrollos, no sólo en materia turística, sino del agro y de otros recursos naturales con los que cuenta el rico y todavía casi virgen estado de Quintana Roo.

El saqueo será monumental, tal como lo advirtió la diputada federal panista, Patricia Sánchez Carrillo, quien en su ya famoso video le advierte al gobernador Carlos Joaquín que los fuereños saquearán al estado y lo conmina a que rectifique y le entregue los cargos públicos importantes a los quintanarroenses.


Pero en la lógica de Carlos Joaquín, a los panistas y a los perredistas locales sólo les tocan cargos inferiores pues ellos no aportaron dinero para su campaña. Los cargos importantes, donde está el dinero, son para los poblanos, con quien –ahora se sabe-, viene haciendo negocios hace años.

Por eso Carlos Joaquín le respondió a la diputada federal panista que está “mal informada” y que en su video está defendiendo sus intereses de grupo que se han visto afectados.

Odio entre quintanarroenses

Carlos Joaquín ganó la gubernatura de Quintana Roo a cualquier precio. Se alió a los poblanos porque éstos son su equipo, su gente. En ellos confía. Los quintanarroenses que se fueron sumando a su campaña sólo son una consecuencia de su avasallador arrastre electoral, pero no le representan la parte toral de su andamiaje.

Muchos quintanarroenses se sienten decepcionados, molestos y traicionados por Carlos Joaquín porque han perdido sus empleos y otros porque no les dieron lo que esperaban.

Pero muchos de estos personajes –aún cuando se le unieron- son motivo de desconfianza para el gobernador. Carlos Joaquín no olvida que en todos los sectores hay borgistas convertidos al joaquinismo, unos por conveniencia y otros por desesperación, pero pocos por verdadera convicción.

Aunque Carlos Joaquín diga lo contrario, lo cierto es que en su gobierno existe una claro revanchismo contra Roberto Borge y todo lo que pueda tener una liga hacia el anterior gobierno.

Los funcionarios de Carlos Joaquín primero preguntan a todo aspirante a burócrata qué rol jugó en la campaña joaquinista y dependiendo de su respuesta el contratante decide si le da el trabajo o no.

Es lastimoso decirlo pero se está sembrando el odio en Quintana Roo.

Este exacerbado revanchismo tiene muy en el fondo la motivación de viejas rencillas y disputas entre las familias cozumeleñas dominantes. Desavenencias que tienen sus orígenes incluso en la niñez de los que ya siendo adultos han gobernado Quintana Roo en años recientes. Si es que se les puede llamar verdaderos adultos.

En Cozumel -de niños-, a Roberto Borge le decían “Betito Cagón” y a Carlos Joaquín “Chespirito”. Ya de adultos los apelativos no han desaparecido entre ellos y todavía hoy les sirven a ambos bandos para ofenderse mutuamente. Ofensas que se traslapan a sus respectivas familias, los Joaquín y los González-Borge.


Un alto funcionario de primer nivel del gobierno de Carlos Joaquín me confió que ex funcionarios borgistas espetaban con profundo odio que “se habían llevado todo” para no dejarle nada con qué operar el Gobierno al novel gobernador, esto último dicho entre todas las palabras y términos altisonantes que Usted se pueda imaginar. En contra parte, los funcionarios joaquinistas tratan con odio y humillan a todo aquel que tenga algún tipo de antecedente borgista. En ambos casos hay cualquier cantidad de integrantes de las dos familias.

Y en medio de esta ascendente corriente de odio entre las dos familias cozumeleñas están los quintanarroenses -que ni vela tienen en este entierro- y los poblanos –que muy astutos-, están capitalizando para su beneficio personal y de grupo esta amorfa situación.
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