¿Y las camionetas?: Diputados Eduardo Martínez Arcila y Emiliano Ramos esconden sus autos de lujo ante el público


Por: Esmaragdo Camaz

Los diputados Eduardo Martínez Arcila y Emiliano Ramos del Congreso de Quintana Roo esconden sus lujosas camionetas de la vista del público. Esa es la forma de estos dos para responder a la andanada de expresiones de repudio que los quintanarroenses les han propinado en los últimos días en las redes sociales a partir de la publicación del dispendio que como empleados ciudadanos hacen del erario público transportándose con tanto lujo a expensas del dinero del pueblo.

El panista Eduardo Martínez Arcila -diputado y líder del Congreso- y el perredista Emiliano Ramos -diputado y presidente del PRD en Quintana Roo-, ya no usan el estacionamiento del edificio de la Cámara de Diputados para que la gente no los vea llegar en su Suburban y en su Durango, respectivamente. 


La Cámara de Diputados, ubicada sobre el Bulevar Bahía, cuenta con un estacionamiento externo, en donde cada diputado tiene asignado un cajón. El número uno, que se ubica a unos pasos de la escalinata de acceso al inmueble, le corresponde al líder del Congreso, en este caso Eduardo Martínez Arcila, el mismo que se compró una Suburban de +800 mil pesos para su uso personal y con cargo al erario público. El lugar número dos le corresponde al también diputado Emiliano Ramos, quien renta una Durango para su uso personal a razón de 900 pesos diarios y con cargo también al erario público.


Los diputados sesionan normalmente los martes y jueves y esos días los cajones 1 y 2 están ocupados por los personajes ya descritos, con sus respectivas camionetas de lujo. Eventualmente cuando hay una sesión extraordinaria, estos espacios también están ocupados por los diputados en cuestión. En todos los casos el público se da cuenta de los lujosos vehículos de los legisladores porque cada cajón de estacionamiento tiene el nombre del legislador al que le corresponde el lugar que ocupa. 


Y aún si no hay sesión nadie usa los lugares de los diputados, pues está prohibido y hay vigilancia permanente que impide que alguien haga uso de esos espacios. Así ha sido siempre desde el mes de Septiembre pasado cuando estos dos personajes llegaron de carambola al Congreso. Eduardo Martínez Arcila era dirigente del PAN y Emiliano Ramos todavía lo es del PRD. Ambos matraqueos del entonces candidato ex priista Carlos Joaquín.


Pero a partir de la publicación de los excesos de estos diputados y de cómo se gastan el dinero público en sus lujos, Eduardo Martínez Arcila y Emiliano Ramos ya no usan el estacionamiento de la Cámara de Diputados para que la gente no vea sus lujosas camionetas, que por cierto se han convertido en un morboso atractivo para quienes llegan a ese recinto o pasan por ahí con la “curiosidad” de conocer los autos de estos dos diputados.


Pese a estar presentes en el interior del inmueble -en el pleno de sesiones-, los diputados finos estacionan sus lujosas camionetas fuera del estacionamiento para que no las vean. El miércoles 18 de Enero durante una sesión extraordinaria, los dos diputados asistieron al Congreso pero dejaron sus camionetas fuera del edificio de la Cámara de Diputados para evitar que la gente los viera llegar montados en su acostumbrado lujo.



Eduardo Martínez Arcila se estaciona ahora en la parte posterior de la Cámara de Diputados. Ahí deja su flamante camioneta Suburban blanca con un precio de lista de +800 mil pesos. El presidente del Congreso usa un acceso privado que fue construido en el pasado por su homólogo, el priista Pedro Flota, quien en ese entonces no quería ser molestado, al igual que hoy el panista no quiere que la gente lo moleste por sus excesos. 


Emiliano Ramos deja su Durango por la que paga una renta de 900 pesos diarios, a dos cuadras del Congreso, en la esquina de las avenidas Carmen Ochoa de Merino y Reforma, justo abajo de una sombrita. De tal forma que el flamante legislador ya llega caminando a la Cámara de Diputados, aunque sea dos cuadras para engañar a la gente, una costumbre muy suya.



Durante el tiempo que estos dos diputados estuvieron en el pleno de sesiones el miércoles 18 de Enero, sus cajones en el estacionamiento del edificio camaral estuvieron vacíos, lo cual tampoco pasó desapercibido a los ojos del público observador. Si a los Eduardo Martínez Arcila y a Emiliano Ramos les da vergüenza que el público los vea en sus camionetas de lujo o si no tienen argumento para explicar el despilfarro que hacen del dinero público, quizá sea buena idea que devuelvan sus camionetas de lujo y que metan una solicitud para que el Congreso les compre un Tsuro, un Atos, o algo más económico y de acuerdo a su nivel de empleados ciudadanos.
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