La inauguración de algunas obras en Playa del Carmen en manos del presidente López Obrador suponen un apalancamiento electoral para Morena de cara a las elecciones del 2021. Pero estos supuestos deben tomarse con reservas.
No hay que olvidar que el morenismo en Quintana Roo es un enigma. Apenas el domingo se informó que Quintana Roo destaca entre los estados donde Morena no tiene siquiera un Consejo.
Los liderazgos y personajes de Morena en Quintana Roo no terminan de entender que sus triunfos electorales en 2018 fueron de AMLO y no por ellos mismos.
Ya estamos a 8 meses de las elecciones del 2021 y a diferencia del 2018, esta vez hay una serie de factores que presagian para los morenistas estrellarse contra la pared:
Hoy hay una inconformidad masiva y manifiesta en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador por sus múltiples yerros. Morena es un polvorín donde ni siquiera son capaces de elegir a su presidente.
En esos términos, el morenismo sigue siendo un movimiento y no un partido político. Ese “movimiento morenista” está basado en un solo hombre, que es AMLO y éste se desgasta cada vez más.
Cada vez que el presidente destruye una institución, o que fulmina los fideicomisos (109), o que les niega las medicinas a los niños con cáncer, o que agrede a la prensa, o que denosta a los empresarios, o que destruye las pocas inversiones viables, o que desprecia a la ciencia y a los expertos, o que muestra su desdén por las mujeres, o que niega apoyos para el deporte y la cultura, etc, etc, todo esto abona para crear una mayor animadversión en su contra y en contra de su movimiento y por consecuencia en contra también de sus candidatos a cargos de elección popular.
Para sus seguidores, todo lo que AMLO hace está bien y así lo van a manifestar en las urnas. Pero la pregunta es si con estos seguidores les alcanzará a los candidatos de Morena para obtener triunfos en 2021.
No olvidar que AMLO sólo obtuvo 30 millones de votos de los 89 millones de votantes en México. O sea, la mayoría de los mexicanos no comulgan con el lopezobradorismorenismo.
A eso hay que agregarle que los partidos de oposición están avanzando en una inminente mega coalición contra Morena para el 2021 que va a evitar que el voto se fraccione como en 2018, cuando esta pulverización del sufragio favoreció al morenismo.
Este es el nuevo escenario que van a enfrentar los candidatos de Morena, incluidos los de Quintana Roo. No es un escenario alentador. Más bien es un mal presagio para el morenismo quintanarroense.
Por eso algunos con más visión, no entienden por qué tanta euforia y triunfalismo entre los morenistas tras la visita de AMLO el domingo cuando enfrente tienen a una creciente población molesta contra López Obrador y la 4T.
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