Científicos advierten altos niveles de metales pesados en sargazo que arriba a Q.Roo

Mérida.- Un estudio del Centro de Investigaciones Científicas de Yucatán (CICY), realizado conjuntamente con instancias académicas de nivel superior, la Secretaría de Marina y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), reveló que el sargazo que anualmente arriban a la franja costera de Quintana Roo cuentan con altos niveles de metales pesados.

Empero, prevé que estas características del alga no representen mayor problema en su aprovechamiento a futuro.


Asimismo, advirtió que este fenómeno “llegó para quedarse” y que 2022 será un año muy complicado por un alza en la arribazón del alga, comparable con el año de 2018.


En un comunicado, el texto señaló que se trata de un proyecto denominado Estudios técnicos de caracterización de sargazo, orientados a la generación de normatividad asociada a riesgos y a su potencial aprovechamiento productivo.


Está enfocado a identificar cómo está constituido el sargazo para delimitar cuáles pueden ser sus múltiples aplicaciones en beneficio de la sociedad.


Por su lado, el director de la Unidad de Energía Renovable (UER) del (CICY), Raúl Tapia Tussell, explicó que, si bien es cierto que el arribazón de sargazo es un problema que afecta principalmente a la región peninsular en el plano turístico, existen instancias e instituciones que trabajan en crear alternativas para sacar provecho de la potencial materia prima.

 

Precisamente este es uno de los objetivos de los estudios que el CICY desarrolla en colaboración con la Universidad Anáhuac Mayab, la Universidad Autónoma de Campeche (UAC) y el Centro de Investigación en Matemáticas (CIMAT); avalados por la Secretaría de Marina y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

 

Definido como un proyecto multidisciplinario, los estudios dirigidos por la responsable técnica del proyecto e investigadora de la Unidad de Ciencia del Agua del CICY, Rosa María Leal, han demostrado que la presencia de los metales en el sargazo “tienen una temporalidad en dependencia del tiempo y la época de arribo, ya que llegan en diferentes concentraciones”, explicó Tapia Tussell.

 

Esto está demostrándose mediante estudios de trazabilidad, es decir, a indagar a través de múltiples pruebas científicas, si los productos finales tendrán el mismo contenido de metales pesados con los que arriba el sargazo a las playas quintanarroenses.

 

Así, prosiguió, se permitirá que los millones de toneladas que recalan anualmente en las costas del mar Caribe sigan empleándose para la extracción de alginatos (fibras empleadas en la industria alimenticia) y fucoidanos (carbohidratos con aplicaciones en uso medicinal), y ser una fuente de energía renovable al generarse biogás a partir del alga.

 

Al conocer la composición elemental del sargazo, puede también tenerse en cuenta el manejo responsable de la materia y reducir un posible daño al medio ambiente.

Un ejemplo de ello, explica el director de la UER del CICY, está intrínsecamente ligado a la composición líquida del alga (80 por ciento de agua), la cual, al ser recolectada y depositada sobre el suelo, su lixiviado tiene un potencial impacto al manto freático.

 

Paralelamente, un adecuado tratamiento ayudará a controlar el olor que produce la descomposición del sargazo en la playa y la mala imagen que da a los turistas nacionales e internacionales.


Es decir, con los estudios, pretende evitarse la emisión de gases de efecto invernadero como el sulfuro de hidrógeno, dióxido de carbono y metano. 

 

Raúl Tapia Tussell adelantó que los resultados presentados este mes ante la SEMAR y el Conacyt, son cruciales para 2022, pues esperan que sea un año en el que incremente la magnitud del arribazón a las costas de Quintana Roo, equiparándose al registro de 2018.

 

Reconoció que este fenómeno “llegó para quedarse” y por tal motivo, conocer a la materia permitirá que el ser humano pueda manejarlo adecuadamente en su beneficio.


(Infoqroo)

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