Albañiles en Cancún víctimas de extorsión, consumo forzado de drogas y reclutamiento en cárteles, sin que el gobierno municipal de Ana Paty Peralta garantice la seguridad para ese sector
El crecimiento del 7.8% en la construcción en 2024, según el INEGI, ha convertido a Cancún en un imán para cárteles como el del Pacífico y el Jalisco Nueva Generación.
Por: C.C. Mayo
Cancún.- En las obras que alimentan el auge turístico de Cancún, los albañiles enfrentan una realidad brutal, extorsión semanal, consumo forzado de drogas y reclutamiento por cárteles. Mientras el crimen organizado se infiltra en el sector de la construcción, que emplea a unos 35,000 obreros, la alcaldesa Ana Paty Peralta no ha implementado medidas efectivas para proteger a este pilar de la economía local, dejando a los trabajadores en la indefensión y a las empresas asumiendo costos adicionales.
Una industria bajo asedio
El crecimiento del 7.8% en la construcción en 2024, según el INEGI, ha convertido a Cancún en un imán para cárteles como el del Pacífico y el Jalisco Nueva Generación. Los albañiles, muchos migrantes y en condiciones de informalidad (32% sin contrato formal), enfrentan cuotas de “derecho de piso” de hasta 500 pesos semanales, amenazas para vender o consumir drogas y, en casos extremos, desapariciones. De enero a julio de 2024, Cancún registró 64 de las 109 denuncias por extorsión en Quintana Roo, con la construcción como uno de los sectores más golpeados. La cifra real es mayor, ya que el 97% de estos casos no se denuncian por miedo o desconfianza.
Casos como las desapariciones en el Planet Hollywood (2020) y los operativos sin resultados en obras de colonias como El Templo en 2022 reflejan una crisis que persiste bajo la gestión de Ana Peralta Peralta. La Fiscalía General del Estado reporta 18 casos de desapariciones sin resolver desde 2020, y la falta de avances en 2024 sugiere que el problema sigue sin control.
Nadie quiere hablar
Apenas un reportero se acerca a una obra en construcción, la tensión sube. Los albañiles cambian el rostro y el que menos, denota preocupación, por no decir temor. Apuntar con la cámara hacia la obra es una señal de alarma. Las construcciones están “discretamente” vigiladas por halcones del crimen organizado que reportan cualquier movimiento. En otro contexto, alguno que otro albañil acepta a hablar con la garantía del anonimato. Temen por ellos y sus seres queridos.
Del lado de los empresarios y directivos de las obras no es muy diferente. Se niegan a hablar abiertamente del tema y los directivos de cámaras del sector prefieren optar por la cautela, aún cuando “off the récord” reconocen la gravedad del tema.
La respuesta fallida de Ana Paty Peralta
Desde que asumió la alcaldía en 2022, Ana Paty Peralta ha promovido iniciativas generales, como 1,000 cámaras de vigilancia y la conferencia “Unidos contra la extorsión” en 2024. Sin embargo, no hay evidencia de acciones específicas para proteger a los albañiles. Su informe de gobierno de septiembre de 2024 destaca pavimentaciones y alumbrado, pero omite la inseguridad en las obras. La destitución de policías por extorsión en febrero de 2025, tras un video viral, expuso la corrupción en las fuerzas municipales, pero no resuelve la infiltración del crimen en la seguridad pública.
Mientras tanto, las constructoras han asumido un 4% adicional en costos de seguridad, implementando cercos, sistemas biométricos y perros adiestrados. Esta carga evidencia la ausencia de un gobierno municipal capaz de garantizar la protección de un sector clave.
Un sector vulnerado, una ciudad en riesgo
La inacción de Ana Paty Peralta no solo expone a los albañiles a la violencia, sino que encarece los proyectos y afecta al turismo, motor de Cancún. La “Ciudad del Bienestar” que promueve la alcaldesa contrasta con la realidad de obreros extorsionados y amenazados. Sin operativos focalizados, protección laboral y una limpieza profunda de la policía, los trabajadores seguirán siendo presa del narco.
La administración de Ana Paty Peralta debe pasar de los discursos a los hechos. La seguridad de los albañiles no puede seguir dependiendo de las empresas ni de la resignación de los obreros. Cancún merece un gobierno que defienda a quienes construyen su grandeza, no que los abandone a su suerte.