Amarrados, golpeados y amenazados: Nueve casos de violencia familiar estremecen Quintana Roo
En 2024 Quintana Roo registró un incremento del 12% en denuncias por violencia familiar respecto al año anterior, con más de 3,500 casos reportados.
Cancún.- La violencia familiar y las lesiones contra parejas e hijos han puesto en alerta a las autoridades de Quintana Roo. La Fiscalía General del Estado (FGE) informó que nueve personas fueron vinculadas a proceso por estos delitos, en una serie de casos que exponen la gravedad de la violencia intrafamiliar en la región. Los hechos, ocurridos en Cancún, Playa del Carmen, Cozumel, Othón P. Blanco y Felipe Carrillo Puerto, reflejan un patrón preocupante de agresiones físicas, verbales e incluso actos extremos como el uso de objetos punzocortantes o el amarre de menores.
Uno de los casos más alarmantes tuvo lugar en la Supermanzana 259 de Cancún, donde Anallely “N” fue detenida tras ser sorprendida por policías durante un patrullaje. La imputada tenía a sus dos hijos menores amarrados con un cable en la ventana de su domicilio, un acto que desató indignación. Los niños fueron puestos bajo el cuidado de su abuela, quien asumió su tutela como red de apoyo. Este caso pone en evidencia las fallas en la protección de menores en entornos familiares violentos y la necesidad de intervención inmediata.
En Cancún, también se vinculó a Jacob “N” por agredir físicamente a su pareja y a su hijo, y a Alan David “N” por violencia verbal contra su pareja. En Playa del Carmen, José Andrés “N” fue imputado por agresiones físicas y verbales contra su pareja y su hijo, mientras que Cruz “N” enfrentó cargos por golpear a una víctima con una tabla. En otro caso grave, Cristian Gilberto “N” intentó estrangular a su pareja el pasado 8 de junio tras llegar a su domicilio en estado de ebriedad, un delito que subraya cómo el consumo de alcohol puede agravar la violencia doméstica.
En Cozumel, Juan Martín “N” fue señalado por morder la frente de su pareja y amenazarla con un objeto punzocortante durante una discusión tras consumir bebidas alcohólicas. En Othón P. Blanco y Felipe Carrillo Puerto, Demetrio Alejandro “N” y Faustino “N” enfrentan cargos por agresiones físicas y verbales contra sus parejas, respectivamente.
Un problema estructural en aumento
Estos casos no son aislados. Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en 2024 Quintana Roo registró un incremento del 12% en denuncias por violencia familiar respecto al año anterior, con más de 3,500 casos reportados. La combinación de factores como el consumo de alcohol, la falta de redes de apoyo efectivas y la normalización de conductas violentas agrava la situación. Organizaciones locales como el Colectivo Mujeres Seguras han señalado que la falta de programas integrales de prevención y atención a víctimas perpetúa este ciclo.
¿Qué sigue?
Aunque la vinculación a proceso de estos nueve agresores es un paso hacia la justicia, expertos advierten que la impunidad y la reincidencia persisten como retos. La FGE debe garantizar que las investigaciones sean exhaustivas y que las víctimas, especialmente los menores, reciban protección efectiva. Además, urge fortalecer las políticas públicas para abordar las causas estructurales de la violencia familiar, desde la educación hasta la intervención psicológica para agresores.
La sociedad quintanarroense enfrenta un desafío mayúsculo, romper el silencio y exigir entornos seguros para las familias. Estos casos son un recordatorio de que la violencia no es un asunto privado, sino un problema que requiere acción colectiva.