Ataque armado en Tulum: La violencia no cesa pese a la llegada del nuevo jefe policial de Diego Castañón
Un nuevo ataque armado en la colonia Yaax Tulum, pone en evidencia la crisis de seguridad que azota a Tulum. La gestión Diego Castañón enfrenta críticas por la falta de resultados.
Tulum.- La noche del jueves, un ataque armado en la colonia Yaax Tulum dejó un saldo trágico, un hombre asesinado y otro gravemente herido tras un tiroteo contra un vehículo Chevrolet estacionado. Este episodio, lejos de ser aislado, es un reflejo del creciente clima de inseguridad que envuelve a Tulum bajo la administración del presidente municipal Diego Castañón Trejo, quien enfrenta críticas cada vez más severas por su incapacidad para contener la violencia que amenaza con sepultar la imagen de este destino turístico.
El ataque ocurrió apenas tres días después de que el capitán Edgar Aguilar asumiera como nuevo Secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, un nombramiento que Castañón presentó como un paso clave para reforzar la seguridad tras el asesinato de su predecesor, José Roberto Rodríguez, el 21 de marzo de 2025. Sin embargo, la ausencia de detenciones en este caso, como en muchos otros, refuerza la percepción de impunidad que ha marcado la gestión de Castañón. Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Tulum registró 3,650 investigaciones abiertas por delitos entre enero y agosto de 2024, superando incluso a Cancún, un municipio con una población mucho mayor.
La administración de Castañón, miembro del partido Morena, ha sido cuestionada no solo por la escalada de violencia, sino también por su aparente desconexión con las necesidades de la ciudadanía. Mientras el edil promociona obras de infraestructura, como la pavimentación en la colonia Ejido o el programa “Blindaje Tulum” con nuevas patrullas y cámaras de vigilancia, los resultados son escasos. En 2023, Tulum reportó 71 ejecuciones, y durante los primeros 20 meses de Castañón como alcalde, se han registrado 170 homicidios dolosos, una cifra alarmante para un municipio que depende del turismo. La promesa de “paz innegociable” que Castañón ha repetido en actos públicos suena cada vez más hueca ante la realidad de las calles.
El impacto de esta violencia en Tulum es devastador. Más allá de las víctimas directas, el miedo ha permeado entre los residentes y turistas, afectando la economía local. Negocios cierran por extorsiones, y el desempleo crece, exacerbado por la percepción de inseguridad que ahuyenta visitantes. Además, escándalos como el abuso policial contra un menor vendedor ambulante en 2025 han evidenciado una policía municipal descontrolada, incapaz de ganarse la confianza ciudadana.
Castañón, quien asumió la presidencia tras la muerte de Marciano Dzul en 2023, ha intentado proyectar una imagen de transformación con proyectos como el “Presidente cerca de ti” y la entrega de equipo táctico a la policía. Sin embargo, las críticas en redes sociales, como las de usuarios que lo acusan de gobernar desde una postura lejana y protegida por escoltas, reflejan un creciente descontento. La falta de avances concretos en seguridad, sumada a irregularidades como construcciones ilegales en áreas protegidas, pone en riesgo no solo la vida de los tulumenses, sino también el futuro de un destino que alguna vez fue un paraíso.
Mientras Tulum se desangra, la gestión de Diego Castañón enfrenta un ultimátum, o implementa medidas efectivas para combatir la criminalidad, o el municipio seguirá deslizándose hacia el caos, sacrificando su reputación y el bienestar de sus habitantes en el altar de la inacción.