Caída en ocupación hotelera amenaza al Caribe mexicano con guerra de tarifas
Caribe Mexicano: ¿Un paraíso en rebaja? La amenaza de la guerra de tarifas hoteleras
Cancún.- El Caribe mexicano, un imán para turistas de todo el mundo, enfrenta un desafío que pone en jaque su reputación como destino de lujo. La ocupación hotelera en Cancún y la Riviera Maya ha caído entre un 10% y un 15% respecto a años anteriores, según datos de la Asociación de Hoteles de la Riviera Maya. Este descenso, agravado por factores como el sargazo y la competencia regional, ha desatado temores de una guerra de tarifas que podría abaratar la experiencia y afectar la percepción de estos destinos, según advierten empresarios y publicaciones recientes en X.
Samantha Frachey López-Lira, vicepresidenta del Consejo y directora ejecutiva del Grupo Turístico Lomas, fue contundente al abordar el riesgo. “No podemos permitir que Cancún pierda su valor como destino premium. Hay hoteles de gran calidad en la Riviera Cancún y Maya que justifican sus tarifas”, afirmó en una conferencia del sector. Frachey destacó que propiedades de lujo en la zona mantienen tarifas de entre 700 y 2,000 dólares por noche (aproximadamente 13,400 a 38,300 pesos), reflejo de su exclusividad y servicios de primer nivel.
Tulum es un ejemplo aleccionador. En los últimos tres años, las tarifas hoteleras en este destino se han desplomado un 35%, pasando de un promedio de 971 dólares por noche en 2021 (18,000 pesos) a 678 dólares en 2024 (12,968 pesos), según la consultora STR Global. La saturación de oferta, la inseguridad y la percepción de menor calidad en algunos servicios han contribuido a esta caída, que no solo impacta los ingresos hoteleros, sino también la imagen de Tulum como un destino aspiracional.





El panorama global complica las cosas. La inflación en mercados clave como Estados Unidos y Europa ha reducido el poder adquisitivo de los viajeros, mientras destinos como Punta Cana y Jamaica compiten con precios más bajos. Además, el sargazo sigue afectando las playas, con reportes de caídas de hasta 35% en ocupación hotelera y 90% en restaurantes en zonas como Playa del Carmen. Sin embargo, ceder a la tentación de bajar tarifas podría ser un error. Reducir precios puede llenar habitaciones a corto plazo, pero a la larga podría atraer un turismo menos rentable y erosionar la exclusividad que distingue al Caribe mexicano.
La disyuntiva es clara: ¿mantener la exclusividad a riesgo de menor ocupación o competir con descuentos? Por ahora, los hoteleros apuestan por reforzar la promoción y la diferenciación, buscando convencer al mundo de que, como dice Frachey, este paraíso “vale lo que cuesta”. El futuro del Caribe mexicano dependerá de su capacidad para mantener ese equilibrio en un contexto cada vez más competitivo.