Cámaras Clandestinas en Playa del Carmen: La IP Exige Respuestas
Una red de vigilancia ilegal sacude Playa del Carmen
Playa del Carmen.- En un destino turístico de renombre mundial como Playa del Carmen, la seguridad es un pilar fundamental para mantener la confianza de visitantes y residentes. Sin embargo, la reciente detección de más de 70 cámaras de videovigilancia presuntamente operadas por el crimen organizado ha encendido las alarmas, particularmente en municipios clave como Playa del Carmen, Cozumel, Cancún y Chetumal. La noticia, que ha generado un profundo malestar en el sector empresarial, pone en entredicho la eficacia de las estrategias de seguridad en una región que vive del turismo y cuya economía depende de su imagen de estabilidad.
Lenin Amaro Betancourt, presidente de la Comisión de Turismo y coordinador sureste de la Asociación Nacional de Consejos Empresariales Regionales (ANCER), ha levantado la voz con una exigencia clara: un barrido tecnológico exhaustivo en los 11 municipios del estado. “Es urgente hacer un barrido tecnológico en los 11 municipios, ya que generan gran preocupación: nadie sabe con certeza quién las colocó, cuándo ni cómo, y podrían estar siendo usadas para delitos graves como el secuestro o la extorsión”, declaró Amaro. Su preocupación no es infundada. Según reportes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de Quintana Roo, entre abril de 2025 se han desmantelado 96 cámaras no autorizadas en seis municipios, algunas de ellas vinculadas a inmuebles previamente cateados por actividades delictivas.
Contexto: Un paraíso bajo amenaza
Quintana Roo, y en particular Playa del Carmen, ha enfrentado durante años desafíos relacionados con la delincuencia organizada. La región, que recibe millones de turistas anualmente, es un punto estratégico para el crimen debido a su alto flujo de efectivo, su relevancia económica y su ubicación geográfica. Informes previos, como el de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en 2020, señalaban la presencia de hasta siete cárteles operando en el estado, un cóctel delictivo que incluye extorsión, narcomenudeo y cobro de piso, especialmente en zonas turísticas como la Quinta Avenida de Playa del Carmen.
El descubrimiento de estas cámaras clandestinas, instaladas en postes de luz, árboles y parques, agrava un panorama ya de por sí complicado. Según Julio César Gómez Torres, titular de la SSC, muchos de estos dispositivos se encontraban en lugares no destinados a la vigilancia oficial, lo que sugiere un esfuerzo deliberado por parte de grupos delictivos para monitorear tanto a ciudadanos como a autoridades. La falta de claridad sobre quién las instaló y desde cuándo operan ha generado un clima de desconfianza, especialmente en un momento en que el estado busca consolidar su recuperación económica tras la pandemia y proyectar una imagen de seguridad.
Un llamado a la acción: Más allá de la indignación
La exigencia de ANCER no se limita a señalar el problema. Amaro Betancourt ha pedido una investigación profunda para identificar a los responsables, esclarecer el propósito de las cámaras y garantizar sanciones ejemplares. Este llamado resuena en un contexto donde la percepción de inseguridad ya ha sido un lastre para el sector empresarial. En 2023, la Asociación de Hoteles de la Riviera Maya y la Cámara Nacional de Restaurantes (Canirac) denunciaron un “estado de indefensión” tras una serie de ataques en la Quinta Avenida, señalando que la violencia había dejado de ser un hecho aislado para convertirse en una constante.
El sector empresarial también enfrenta un dilema estructural. Aunque el turismo en Playa del Carmen ha mostrado signos de recuperación —impulsado por factores como la apreciación del dólar y la operación del Tren Maya—, la inseguridad amenaza con frenar inversiones y ahuyentar visitantes. La instalación de cámaras oficiales conectadas al Centro de Control, Comando, Comunicación, Cómputo y Calidad (C5) ha sido un avance, con más de 2,200 dispositivos operando en la zona norte del estado desde 2021. Sin embargo, la coexistencia de una red clandestina pone en evidencia las brechas en la coordinación entre autoridades y la falta de controles estrictos sobre la infraestructura de vigilancia.
Análisis crítico: ¿Quién vigila a los vigilantes?
El caso de las cámaras clandestinas plantea preguntas inquietantes. ¿Cómo es posible que una red de vigilancia ilegal opere sin ser detectada durante un tiempo indeterminado? ¿Qué tan permeadas están las instituciones locales por intereses del crimen organizado? La historia reciente no es alentadora. En 2023, el regidor Gabriel Mendicuti Loría señaló posibles nexos entre fiscales y redes de extorsión en Playa del Carmen, una acusación que, aunque no fue desmentida, tampoco derivó en acciones concretas. Asimismo, la ciudadanía ha expresado en redes sociales un creciente temor hacia las fuerzas de seguridad, incluyendo la Guardia Nacional, percibidas por algunos como parte del problema más que de la solución.
El camino adelante: Transparencia y coordinación
La exigencia del sector empresarial es un recordatorio de que la seguridad no puede ser solo un discurso. Para recuperar la confianza, las autoridades deben actuar con transparencia y rapidez. Un barrido tecnológico, como propone ANCER, es un primer paso, pero debe ir acompañado de una auditoría exhaustiva sobre los permisos y protocolos de instalación de cámaras, así como una revisión de posibles complicidades internas. La ciudadanía y el sector privado merecen saber no solo quién está detrás de estas redes clandestinas, sino también cómo se permitió su proliferación.
Playa del Carmen no puede permitirse que las cámaras clandestinas se conviertan en un símbolo de impunidad.
Conclusión: Un desafío que no admite demoras
El descubrimiento de cámaras clandestinas en Playa del Carmen es más que un incidente aislado; es un síntoma de los retos estructurales que enfrenta una región atrapada entre su vocación turística y la sombra del crimen organizado. La exigencia de ANCER refleja la urgencia de actuar con determinación, pero también la frustración de un sector que ve en la inseguridad una amenaza existencial. Playa del Carmen, joya de la Riviera Maya, merece un futuro donde la vigilancia sirva para proteger, no para intimidar. La pelota está en la cancha de las autoridades encabezadas por Estefania Mercado: la respuesta que den definirá no solo la seguridad de Playa del Carmen, sino su viabilidad como destino de clase mundial.
Con información de: Quadratín