Cancún enfrenta un repunte caótico de sargazo en sus playas, pero "este sería el último mes fuerte", afirma Esteban Amaro
Amaro detalló que la biomasa de sargazo, que inicialmente se desplazaba hacia el sur, afectando áreas como Othón P. Blanco, Bacalar, Felipe Carrillo Puerto y Tulum, ha cambiado de rumbo.
Cancún.— Las playas de Cancún, especialmente en la zona sur como Playa Delfines y Playa Marlín, han sufrido un fin de semana “caótico” debido a un fuerte recale de sargazo, según explicó Esteban Amaro, director de la Red de Monitoreo Ambiental y Cambio Climático del Mar Caribe, en entrevista radiofónica difundida este martes. Aunque Cancún había sido relativamente afortunado en temporadas anteriores, Amaro señaló que “estos últimos días sí le ha pegado bastante fuerte”. No obstante, el experto consideró que el sargazo ya va de salida: “se espera que ya este sea el último mes fuerte, ya prácticamente septiembre ya esperemos que disminuya de manera importante el sargazo”.
Dinámica cambiante del sargazo
Amaro detalló que la biomasa de sargazo, que inicialmente se desplazaba hacia el sur, afectando áreas como Othón P. Blanco, Bacalar, Felipe Carrillo Puerto y Tulum, ha cambiado de rumbo. “El sargazo se está desviando hacia el norte”, afirmó, impactando incluso zonas que habían permanecido limpias, como la parte continental de Isla Mujeres, donde “hoy también empezó a ver recales importantes”. Este cambio, según el experto, se debe a que “el sargazo es muy dinámico y tiende a hacer cambios en su trayectoria que son afectados por las corrientes marinas, pero sobre todo por el viento”. Además, destacó que “en estos últimos años ha habido grandes alteraciones, sobre todo debido al cambio climático”.
A pesar del repunte, Amaro indicó que el balance global de sargazo en las costas de Quintana Roo muestra una disminución. “Hemos estado teniendo una disminución en el balance general del sargazo en toda la costa de Quintana Roo”, aseguró, y agregó que la Secretaría de Marina (SEMAR), la Oficina de Proyectos Estratégicos del Estado de Quintana Roo (OFEMAT) y la Secretaría de Medio Ambiente (SEMA) han recolectado “más de 63,000 toneladas de sargazo” este año. Según los modelos matemáticos, “se espera que ya este sea el último mes fuerte, ya prácticamente septiembre ya esperemos que disminuya de manera importante el sargazo”.
Imágenes satelitales y proyecciones
Amaro compartió imágenes de la Universidad del Sur de Florida que muestran la dinámica del sargazo en el Caribe. “Vemos como a la altura de Quintana Roo se está formando un brazo que está pasando por la parte de atrás, por la parte del este de la isla de Cozumel y que se está llevando el 98% del sargazo que tenemos en las costas mexicanas”, explicó. Sin embargo, una fracción menor, influenciada por “la corriente marina y por acción del viento”, continúa afectando Cancún, Puerto Morelos, Tulum e Isla Mujeres. Añadió que los modelos indican que “prácticamente el sargazo ya va de salida para el próximo mes”, proyectando una disminución significativa en septiembre.
El experto también describió un mapa dinámico que muestra corrientes secundarias que, combinadas con el viento costero, provocan recales en la zona norte del estado. “Aunque la corriente principal se va para el norte, tenemos corrientes secundarias que vienen en retroceso y esas, aunadas a la velocidad y a la dirección del viento costero, es lo que hace que el sargazo que esté más cercano a la costa esté recalando ahorita en nuestras playas”, afirmó. Sin embargo, reiteró que “arriba del 98% se está yendo por la parte trasera de Cozumel”, lo que sugiere que el impacto actual es “momentáneo” y representa “las últimas patadas de ahogado del sargazo”.
Estrategias para el futuro
Para mitigar el problema a largo plazo, Amaro destacó varias iniciativas. “Se va a duplicar la cantidad de barreras marinas” y se planea “adquirir más barcazas sargaceras por parte de la SEMAR”, comentó. Además, se está retomando un proyecto de barreras oceánicas diseñadas para desviar el sargazo en lugar de contenerlo. “Podría ser una herramienta muy importante poder utilizarlo para desviarlo”, dijo, refiriéndose a barreras de menor dimensión que las propuestas inicialmente, enfocadas en proteger destinos como Tulum y Cancún. Este proyecto, discutido con el secretario Óscar Rébora, evalúa “la viabilidad y la factibilidad de hacerlo tanto en la parte técnica como en la parte económica”.
A nivel internacional, Amaro propuso una colaboración en el arco de las Antillas, donde se concentra gran parte del sargazo. “A futuro, tendría que ser un proyecto de colaboración internacional y a gran escala, donde se pudiera allí poner estructuras que desviaran el sargazo hacia otras latitudes”, explicó, reconociendo que esto implica “cuestiones de política internacional” para coordinarse con otros países del Caribe. Localmente, una barrera entre Cozumel y Tulum podría desviar el sargazo hacia el canal de Yucatán, aunque “ese sargazo finalmente a algún lugar va a tener que llegar”.
Hacia un alivio en las playas
A pesar de los desafíos, Amaro se mostró optimista: “Yo espero que ya esto sea momentáneo, así nos lo dicen las imágenes del satélite, así nos lo dicen los modelos de la modelación del sargazo”. Las autoridades y expertos continúan trabajando para reducir el impacto del sargazo, con la esperanza de que las corrientes sigan desviando la biomasa hacia el este de Cozumel, brindando alivio a las playas de Quintana Roo en las próximas semanas.


