Cancún no cumple con su propio PDU: En vez de 12 mts cuadrados de áreas verdes por habitante, apenas hay entre 3 y 4 metros, señala DMAS
El déficit de áreas verdes no es un problema menor. Según la Organización Mundial de la Salud, las ciudades deben garantizar entre 9 y 16 metros cuadrados de áreas verdes por habitante.
Por: Esmaragdo Camaz
Cancún.— En Cancún, donde el concreto y el asfalto compiten con zonas verdes, la promesa de un desarrollo urbano sostenible parece desvanecerse. El Programa de Desarrollo Urbano (PDU), actualizado por el Cabildo de Benito Juárez en febrero de 2024 bajo la administración de Ana Paty Peralta, establece que cada habitante debe contar con al menos 12 metros cuadrados de áreas verdes, conforme al artículo 56 de la Ley de Asentamientos Humanos de Quintana Roo. Sin embargo, la realidad dista mucho de esta normativa: según Mónica Abigail Huerta Solís, del área legal de la Asociación Civil Defendiendo el Derecho a un Medio Ambiente Sano (DMAS), en Cancún apenas se alcanzan entre 3 y 4 metros cuadrados de área verde por persona, una cifra alarmante que pone en entredicho el compromiso del Ayuntamiento con su propia regulación y con la calidad de vida de sus habitantes.
“Desde mi perspectiva, si tú vas a construir, si quieres urbanizar, por cada edificio que pongas, tú debes de poner al menos tus 12 metros por habitante. No es nada más así por construir, por construir. Si ya devastaste selva, al menos deja un espacio de por cada habitante que vas a habitar en tu fraccionamiento o edificio, que tengas esos al menos 12 metros a 16 metros de área verde por cada habitante,” sentencia Huerta Solís, evidenciando la desconexión entre las políticas urbanas y su implementación.
El déficit de áreas verdes no es un problema menor. Según la Organización Mundial de la Salud, las ciudades deben garantizar entre 9 y 16 metros cuadrados de áreas verdes por habitante para promover entornos saludables y sostenibles. Estas áreas, que incluyen parques, jardines y bosques, no solo aportan oxígeno y frescura, sino que también mitigan las islas de calor urbanas, incrementan la biodiversidad y mejoran el bienestar psicológico de la población. “Nos ayudan a reducir los niveles de vida en la ciudad, que brindan esta frescura, este oxígeno, que incrementan la biodiversidad, la visita de fauna silvestre, la migración de aves. Incluso hay estudios que dicen que nos ayudan a mejorar los estados de ánimo, salud y estrés,” explica la experta.
Sin embargo, Cancún enfrenta un panorama crítico. Un análisis previo del PDU de 2005, publicado en la Gaceta Oficial del Municipio de Benito Juárez, ya advertía que la ciudad contaba con apenas 2.9 metros cuadrados de áreas verdes por habitante, muy por debajo del estándar internacional de 9 metros recomendado por la UNESCO. Casi dos décadas después, la situación no parece haber mejorado significativamente. Huerta Solís apunta al meollo del problema: “Esto se debe por lo mismo a la falta de planeación urbana, a la falta de infraestructura, a que permitimos que se construya sobre áreas verdes o donde antes habían cenotes, permitimos que las autoridades rellenen.”
La entrevistada no duda en señalar la responsabilidad del Ayuntamiento de Benito Juárez: “Sí, así es,” responde categóricamente cuando se le pregunta si el municipio incumple su propio reglamento. “Lo que nosotros buscamos es que las autoridades busquen que nosotros tengamos ciudades y asentamientos humanos que sean más accesibles, más sensibles, más sostenibles, justos, seguros, porque hasta eso, tener espacios verdes y espacios públicos nos garantiza que tengamos espacios seguros, que no tengamos altos niveles de delincuencia.”
El PDU de 2022, según el propio Ayuntamiento, fue elaborado con consultas públicas y avalado por expertos, cumpliendo con las disposiciones legales. No obstante, las palabras de Huerta Solís reflejan una percepción distinta: “La ley está impuesta, firmamos miles y miles de convenios, pero solo por firmar no les ponemos atención. Yo creo que ese es el grave problema, que autorizan muchos proyectos urbanos de lujo, pero que no tienen abasto, no contemplan coberturas.” Este señalamiento pone en tela de juicio la eficacia de las consultas ciudadanas y la transparencia en la ejecución del PDU, especialmente cuando los cambios de administraciones municipales, cada tres años, generan discontinuidad en las políticas de conservación. “Dentro de cinco años con las nuevas administraciones, con el constante cambio de administraciones de los municipios, hay quien busca hacer lo que ellos quieren sin contemplar la ley, sin contemplar a los ciudadanos y que tengan un nivel de vida adecuado,” añade.
El impacto de esta carencia no es solo ambiental, sino también social y humano. “Si no tenemos una ciudad bien planeada, una ciudad bien hecha, entonces no veo la manera de garantizar que esa ciudad crezca ordenada y sosteniblemente,” advierte Huerta Solís. La falta de áreas verdes se traduce en una violación a los derechos colectivos, como lo estipulan los organismos internacionales: “Por algo lo marcan los organismos internacionales de que este derecho a tener áreas verdes son derechos colectivos, no son solo de unas cuantas personas, sino que nos compete a todos.”
A pesar de los esfuerzos reportados por el municipio, como el remozamiento de más de 9 millones de metros cuadrados de áreas verdes entre 2013 y 2016, la brecha persiste. Proyectos como el Parque de la Equidad, impulsado por la Agencia de Proyectos Estratégicos de Quintana Roo en 2020, buscan revertir esta tendencia al recuperar 89 hectáreas para espacios verdes y públicos, promoviendo la integración social. Sin embargo, estos esfuerzos parecen insuficientes frente a la magnitud del problema y la presión del desarrollo urbano desmedido.
Huerta Solís hace un llamado urgente a la ciudadanía: “Queremos incentivar a la población, a quien intervenga en estas audiencias que de repente realiza el municipio, cuando se pretende hacer una actualización nueva de los PDUs, que ellos defiendan sus áreas verdes. Si ya tienen una área verde, que la defiendan, que se informen, que en los planos del PDU vean ellos mismos, los vecinos, que está esa área verde como uso de suelo de área verde y no como uso de suelo de equipamiento o de construcción.”
La situación en Cancún es un reflejo de un desafío mayor: conciliar el crecimiento urbano con la sostenibilidad y el respeto a los derechos humanos. Mientras el PDU de 2022 sigue siendo el marco legal vigente, su cumplimiento sigue siendo una asignatura pendiente. Como resume Huerta Solís: “Tanto las leyes mexicanas como la ley estatal nos garantiza que se debe de respetar el mundo para cada habitante tener al menos 9 metros cuadrados de área verde. Las autoridades deben de respetar que se cumplan con estas leyes, que es lo que buscamos, que el medio ambiente, que representa también estas áreas verdes, que se respeten, que entiendan que es un derecho colectivo.”
En un destino turístico de talla mundial como Cancún, la falta de áreas verdes suficientes por persona no solo compromete la calidad de vida de sus habitantes, sino también su identidad como una ciudad que debería ser ejemplo de sostenibilidad. La pregunta sigue en el aire: ¿hasta cuándo el Ayuntamiento de Benito Juárez asumirá su responsabilidad para cerrar la brecha entre la ley y la realidad?
Puede consultar información de la Asociación Civil Defendiendo el Derecho a un Medio Ambiente Sano (DMAS) en su sitio web oficial: https://dmas.mx/02_somos_dmas/
Otras iniciativas ambientales de como la Ley Once Por Cuatro la puede consultar directamente en su sitio oficial: https://www.onceporcuatro.org