"Charlatanes se dicen profesionales inmobiliarios en Quintana Roo", acusa Lemus
Proliferación de falsos agentes que estafan a compradores en un mercado inmobiliario en auge.
Cancún.— “Hay un montón de charlatanes que se dicen que son profesionales inmobiliarios y cualquiera que llega a Cancún dice, ‘Ah, me voy a dedicar a vender bienes raíces.’ No, amigos, no se puede. Tienen que capacitarse, tienen que registrarse y tienen que demostrar su calidad moral y especialización,” disparó Miguel Ángel Lemus Mateos, presidente de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios de Quintana Roo. Su denuncia apunta al corazón de un problema que el recién lanzado Sistema Inmobiliario de Quintana Roo busca erradicar: la proliferación de falsos agentes que estafan a compradores en un mercado inmobiliario en auge.
Lemus celebró la nueva plataforma digital, presentada por la gobernadora Mara Lezama, como un arma para limpiar el sector. “Estamos de plácemes porque la gobernadora presentó ayer el nuevo sistema inmobiliario de Quintana Roo, un registro público que se moderniza terminando con años de opacidad y corrupción en el manejo de la propiedad pública y privada,” afirmó. Este sistema, que centraliza “más de 1 millón de bienes inmuebles y migró el historial de más de 3 millones de registros,” permite a ciudadanos, inversionistas y desarrolladores verificar la legalidad de propiedades y asesores desde cualquier parte de México, un logro que Lemus calificó como “sin precedentes.”
El sistema no solo pone orden en los registros, sino que también desenmascara a los impostores. “Permite verificar que un agente asesor cuente con matrícula vigente otorgada por la Secretaría de Desarrollo Territorial Urbano Sustentable, la SEDETUS,” explicó Lemus. Con solo el 15-20% de los asesores inmobiliarios en el estado registrados, la plataforma es un filtro crucial para identificar a los profesionales legítimos. “Yo les recomiendo siempre busquen certeza jurídica a través de los intermediarios,” insistió, urgiendo a los compradores a exigir la identificación oficial de los agentes para evitar caer en trampas.
El caso de Tulum ilustra la urgencia de esta regulación. Lemos describió el destino como un imán para inversionistas, pero con serios desafíos: “Tulum tiene una muy alta demanda internacional con tendencias a proyectos Ecoluxury y fuerte presión ambiental. Ahorita tiene problemas que tiene que resolver en materia de infraestructura y de seguridad, pero sigue siendo con una gran demanda y sí tiene un poco de sobreoferta.” En este contexto, el sistema inmobiliario verifica que los desarrollos, desde condominios hasta fraccionamientos, cuenten con “todos los permisos y autorizaciones correspondientes,” protegiendo a los compradores de terrenos irregulares o en zonas de riesgo jurídico.
La plataforma no solo es para profesionales; está diseñada para todos. “Este registro inmobiliario tiene una consulta pública y de transparencia. Cualquier ciudadano puede consultar propiedades, terrenos, condominios, asesores y empresas propietarias y inmuebles registradas. O sea, está abierto totalmente a la ciudadanía,” destacó Lemus. Conectado con el SAT, el INE y el Registro Nacional de Población, el sistema agiliza procesos y pone la información al alcance de un clic, combatiendo “el fraude inmobiliario, muy común en destinos turísticos por la falta de demanda de extranjeros nacionales o internacionales que llegan buscando oportunidades de inversión en este maravilloso Caribe mexicano.”
Quintana Roo crece al 3.5% anual, duplicando el promedio nacional, un ritmo que Lemos llamó “vertiginoso.” Este auge, impulsado por proyectos como el Tren Maya y el aeropuerto de Tulum, atrae a oportunistas que se aprovechan de la falta de regulación. “Los desarrolladores tienen que tener sus proyectos totalmente en orden, su licencia de construcción, su manifestación de impacto ambiental correspondiente, sus congruencias, su protección civil,” enfatizó Lemus, dejando claro que el sistema es un paso hacia un mercado más profesional y confiable.


