Cientos se manifiestan en el Mar Caribe a bordo de embarcaciones contra el cuarto muelle de cruceros en Cozumel
El proyecto, aprobado inicialmente por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en diciembre de 2021, ha enfrentado una fuerte oposición desde su anuncio.
Cozumel.— Decenas de embarcaciones y cientos de ciudadanos se congregaron el 9 de mayo en una manifestación marítima para rechazar la construcción de un cuarto muelle de cruceros en Cozumel, proyecto conocido como “Muelle Cozumel, Terminal de Cruceros” (folio 23QR2020H0047). La obra, propuesta por Muelles del Caribe, amenaza con dañar irreversiblemente el arrecife Villablanca y otros ecosistemas marinos cercanos, parte del Sistema Arrecifal Mesoamericano, el segundo arrecife de coral más grande del mundo. Estos ecosistemas son considerados patrimonio natural de Cozumel, un destino reconocido mundialmente por su biodiversidad y actividades de buceo.
El proyecto, aprobado inicialmente por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en diciembre de 2021, ha enfrentado una fuerte oposición desde su anuncio. La construcción, con un costo estimado de 511 millones de pesos (aproximadamente 24 millones de dólares), incluye un muelle en forma de L de 1.16 hectáreas en la costa noroeste de la isla, sobre la Avenida Rafael E. Melgar, y una terminal de dos niveles conectada por un puente peatonal. Está diseñado para recibir cruceros de hasta 362 metros de longitud, como los de la clase Icon of the Seas. Sin embargo, ambientalistas y residentes argumentan que los tres muelles existentes (Punta Langosta, Puerta Maya y el Muelle Internacional) son suficientes, ya que no operaron a plena capacidad ni siquiera en años prepandemia como 2018 y 2019, cuando alcanzaron solo el 54% de su capacidad.
Organizaciones como Conservación, Investigación y Manejo Ambiental de Cozumel (CIMAC A.C.) y la Global Coral Reef Alliance han liderado la resistencia, destacando que el muelle afectaría un área crítica para la restauración de corales. Un censo realizado por CIMAC identificó 20 especies de coral en la zona, incluidas dos en peligro de extinción, mientras que el Estudio de Impacto Ambiental (MIA) presentado por Muelles del Caribe reportó solo siete especies, lo que ha generado críticas por su falta de rigor. Además, la construcción podría destruir dos décadas de esfuerzos para regenerar corales en el arrecife Villablanca, un sitio clave para buzos y snorkelistas.
Cozumel es el puerto de cruceros más concurrido del mundo, con 4.56 millones de pasajeros en 2019 y más de 1,200 recaladas de barcos en años recientes. El turismo representa el 87% de la economía de Quintana Roo, generando 480 millones de dólares anuales. Sin embargo, los opositores señalan que un cuarto muelle no es necesario, ya que el aumento proyectado de cruceros no justifica el daño ambiental ni la presión sobre la infraestructura local. La isla ya enfrenta problemas como escasez de agua, reportada desde 2019 por la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA), que podrían agravarse con más turismo masivo.
La obra también impactaría a pequeños negocios locales, como operadores de tours de buceo y snorkel, al eliminar puntos de acceso a la playa. Asimismo, obligaría a la Guardia Costera a recorrer 500 metros adicionales para acceder al Parque Marino al sur, retrasando tiempos de respuesta en emergencias. Los críticos argumentan que Cozumel debería diversificar su economía hacia el turismo cultural, médico o de retiro, en lugar de depender exclusivamente de los cruceros, especialmente tras la crisis económica de 2020, cuando la isla perdió el 67% de sus visitantes por la suspensión de operaciones de cruceros.
La oposición ha logrado avances legales. En 2022, el Colectivo Ciudadano de la Isla de Cozumel, respaldado por el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), obtuvo una suspensión provisional del proyecto tras presentar una demanda por violaciones a los derechos ciudadanos y al medio ambiente. En abril de 2022, un juez federal ordenó detener la construcción para evitar daños irreparables, aunque el proceso judicial no ha concluido y el camino para la obra no está completamente cerrado. Los activistas han denunciado irregularidades en el proceso de aprobación, como influencias políticas y evaluaciones ambientales deficientes.
Con el plazo de consulta pública del MIA acercándose (6 de mayo de 2025), los ambientalistas intensifican sus esfuerzos. La manifestación del 9 de mayo de 2025, apoyada por miles en redes sociales bajo el hashtag #NoAlCuartoMuelle, busca presionar a las autoridades, incluida la presidenta Claudia Sheinbaum, reconocida por su formación ambientalista. Los manifestantes confían en que Sheinbaum, informada del proyecto, priorice la conservación del patrimonio natural de Cozumel y cancele la obra.
La coalición de opositores, que incluye científicos marinos, empresarios y residentes, pide apoyo internacional para amplificar su mensaje. Solicitan firmas en peticiones, campañas en redes sociales y colaboración con organizaciones de conservación marina. La lucha por preservar el arrecife Villablanca y el equilibrio ecológico de Cozumel continúa, mientras los activistas advierten que el proyecto representa un riesgo no solo para la isla, sino para el futuro del turismo sustentable en el Caribe.