Colisión en la 307: Distracción y velocidad desatan caos en la Riviera Maya
A la altura del hotel Royalton, una van de transporte turístico colisionó contra un camión repartidor de agua Bonafont
Playa del Carmen.- La carretera federal 307, arteria vital que conecta Playa del Carmen con Cancún, fue escenario de un aparatoso choque la mañana de este miércoles, dejando al descubierto, una vez más, los riesgos latentes en una vía donde el turismo y el comercio coexisten en una frágil convivencia. A la altura del hotel Royalton, una van de transporte turístico colisionó contra un camión repartidor de agua Bonafont, en un incidente que, aunque no dejó víctimas fatales, pone bajo la lupa la seguridad vial en una de las regiones más transitadas de México.
Según el reporte oficial de la Guardia Nacional, el accidente ocurrió cuando el conductor de la van, al intentar incorporarse a la circulación desde un retorno, perdió el control del vehículo. Las autoridades señalan que una combinación de exceso de velocidad y una posible distracción –aún bajo investigación– provocó que la van impactara de lleno contra el camión. Este relato inicial, sin embargo, invita a cuestionar: ¿fue realmente una distracción momentánea o hay factores estructurales, como el diseño del retorno o la presión por cumplir horarios en el competitivo sector turístico, que contribuyeron al percance?
El choque dejó dos personas lesionadas, ninguna de gravedad, gracias a la rápida intervención de paramédicos de una ambulancia privada. La zona fue asegurada por las autoridades para evitar mayores riesgos y garantizar la fluidez del tráfico, un aspecto crítico en una carretera que soporta el flujo constante de turistas, trabajadores y mercancías. Las unidades involucradas fueron retiradas y enviadas al corralón, mientras la investigación sigue su curso para determinar responsabilidades.
Contexto preocupante: una carretera bajo presión
La carretera 307, que atraviesa la Riviera Maya, es mucho más que una vía de comunicación; es el motor logístico de una región que genera millones de dólares anuales por el turismo. Sin embargo, su infraestructura, pensada hace décadas, no siempre está a la altura del volumen actual de vehículos ni de las demandas de una industria en constante expansión. Datos de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) muestran que, en 2024, la 307 registró un promedio de 60,000 vehículos diarios en el tramo Playa del Carmen-Cancún, un aumento del 15% respecto a cinco años atrás. A esto se suma la proliferación de retornos mal señalizados y el desgaste del pavimento, factores que han sido señalados por expertos como puntos críticos para la seguridad vial.
El incidente de este miércoles no es un caso aislado. En lo que va de 2025, la Guardia Nacional ha reportado al menos 45 accidentes en este tramo, de los cuales un 60% involucra vehículos de transporte turístico o de carga. La presión sobre los conductores para cumplir con itinerarios apretados, especialmente en el sector turístico, es un factor que no puede ignorarse. Testimonios recopilados por este medio en meses recientes revelan que muchos choferes de vans operan bajo horarios extenuantes, con poco margen para descansos, lo que podría explicar maniobras arriesgadas como la del conductor involucrado en el choque.
¿Y ahora qué?
El accidente, aunque controlado rápidamente, deja preguntas abiertas. ¿Qué medidas concretas tomarán las autoridades para mejorar la seguridad en la 307? La SICT ha prometido en repetidas ocasiones la modernización de la carretera, pero los avances son lentos. La instalación de señalética más clara, la ampliación de carriles y la regulación estricta de los retornos son demandas recurrentes de los usuarios de la vía, pero hasta ahora, los recursos parecen priorizar otros proyectos.
Por otro lado, el papel de las empresas privadas también debe ser escrutado. Tanto las operadoras de transporte turístico como las compañías de reparto, como Bonafont, tienen la responsabilidad de garantizar que sus conductores operen en condiciones óptimas. Capacitación continua, revisiones mecánicas rigurosas y el respeto a los límites de velocidad son aspectos que no pueden quedar en segundo plano.
Un recordatorio urgente
El choque en la 307 no fue tragedia, pero sí un recordatorio de que la seguridad vial en la Riviera Maya no puede seguir siendo una asignatura pendiente. Mientras las autoridades, empresas y conductores no asuman su parte, la carretera que debería ser sinónimo de progreso y conexión seguirá siendo una ruleta de riesgos. La investigación en curso deberá esclarecer las causas exactas del accidente, pero más allá de señalar culpables, urge un compromiso colectivo para que la 307 deje de ser noticia por las razones equivocadas.
Con información de: Quadratín