El abandono educativo en Playa del Carmen: un ciclo escolar al borde del colapso
El tiempo hábil restante en el ciclo escolar es “insuficiente"
Playa del Carmen.- En Playa del Carmen, una de las joyas turísticas de Quintana Roo, miles de estudiantes de educación básica están atrapados en un torbellino de incertidumbre. Desde el 27 de febrero de 2025, un paro de labores de docentes ha paralizado las aulas, dejando a niñas y niños sin clases y acumulando un rezago académico que amenaza con marcar el ciclo escolar 2024-2025 como un punto de inflexión en la crisis educativa del municipio. Este no es un problema aislado, sino el reflejo de un sistema educativo que lucha por mantenerse a flote en medio de conflictos laborales, infraestructura precaria y promesas que, hasta ahora, parecen insuficientes.
Un paro que paraliza el futuro
Según Jesús Lizama, director municipal de Educación, Desarrollo Humano y Bibliotecas Públicas, el paro ha generado un “desfase significativo” en los aprendizajes, afectando a miles de alumnos en un municipio donde la población escolar crece al ritmo de su boom turístico. A esto se suman los días de asueto programados para mayo, que, lejos de ser un respiro, agravan la crisis al reducir aún más el tiempo lectivo disponible.
En Quintana Roo, la situación se complica por el contraste entre el desarrollo económico impulsado por el turismo y las carencias estructurales del sistema educativo. Mientras hoteles y resorts de lujo dominan el paisaje de Playa del Carmen, muchas escuelas carecen de lo básico para operar, desde materiales didácticos hasta infraestructura adecuada.
Estrategias a contrarreloj: ¿suficientes o paliativas?
La Secretaría de Educación de Quintana Roo ha prometido implementar estrategias para recuperar los aprendizajes perdidos, pero Lizama no oculta el pesimismo: el tiempo hábil restante en el ciclo escolar es “insuficiente”. Esta declaración pone en evidencia la magnitud del desafío. Recuperar meses de clases perdidas en un sistema ya sobrecargado requiere no solo voluntad política, sino recursos humanos y materiales que, hasta ahora, no se han concretado de manera clara.
Entre las propuestas en la mesa está la implementación del modelo de escuelas de tiempo completo, una iniciativa que busca maximizar el aprovechamiento escolar mediante jornadas extendidas. Sin embargo, su viabilidad está en entredicho. Lizama señaló que el modelo depende de la capacidad de los planteles para ofrecer comida caliente a los estudiantes, un requisito que choca con la realidad de muchas escuelas en el municipio. La nueva normativa alimentaria, que busca garantizar comidas nutritivas, exige infraestructura que no todos los planteles tienen: cocinas equipadas, personal capacitado y presupuesto para insumos. En un estado donde el 43.6% de la población vive en pobreza, según datos del CONEVAL (2022), la promesa de comidas calientes suena más a utopía que a plan factible.
El trasfondo: una crisis estructural
El rezago educativo en Playa del Carmen no es solo consecuencia del paro. Es el síntoma de una crisis más profunda en el sistema educativo mexicano, donde la desigualdad, la burocracia y la falta de inversión convergen. En Quintana Roo, el crecimiento demográfico impulsado por el turismo ha desbordado la capacidad de las escuelas públicas. Según el INEGI, la población del municipio creció un 22% entre 2015 y 2020, un ritmo que las autoridades educativas no han podido acompañar con infraestructura ni docentes suficientes. A esto se suma la presión de un modelo económico que prioriza el desarrollo turístico sobre las necesidades sociales, dejando a la educación en un segundo plano.
El modelo de escuelas de tiempo completo, aunque bien intencionado, no es una solución mágica. Experiencias previas en México han demostrado que su éxito depende de una implementación rigurosa, algo que requiere tiempo, capacitación y recursos que Playa del Carmen no parece tener en el corto plazo. Además, la falta de transparencia sobre los acuerdos alcanzados con los docentes en paro genera dudas sobre la estabilidad del ciclo escolar. ¿Qué garantiza que las aulas no volverán a cerrarse en las próximas semanas?
Un llamado a la acción
La situación en Playa del Carmen exige más que promesas y estrategias improvisadas. Los estudiantes, que no tienen voz en las negociaciones entre docentes y autoridades, son los principales perjudicados. Cada día sin clases es una oportunidad perdida para su desarrollo, especialmente en un contexto donde la educación es una de las pocas herramientas para romper el ciclo de la desigualdad. Las autoridades municipales y estatales deben priorizar la reapertura inmediata de las escuelas, garantizar las condiciones laborales de los docentes y diseñar un plan de recuperación educativa que sea realista y sostenible.
El futuro de miles de niños y niñas está en juego. Playa del Carmen, conocida por sus playas y su vibrante vida turística, no puede permitirse que su sistema educativo se convierta en una postal de abandono. Es hora de actuar con la urgencia que la crisis demanda.
Con información de: Quadratín