El arribo de sargazo en el Caribe Mexicano se intensificará en el Verano, advierte el hidrólogo Esteban Amaro, de la RMZ
Amaro explicó que las corrientes marinas y los vientos estacionales juegan un papel clave en el transporte del sargazo hacia las costas mexicanas.
Puerto Morelos.- El Caribe Mexicano enfrenta una nueva oleada de sargazo que promete intensificarse con la llegada del verano, según advierte Esteban Amaro, hidrólogo y director de la Red de Monitoreo de Sargazo. Amaro confirmó que los recales de esta macroalga, que han afectado las costas de Quintana Roo durante más de una década, están incrementándose desde la primavera, tal como se había pronosticado a inicios de año. “Conforme nos acerquemos al verano, va a haber más recales con un poco más de intensidad”, señaló, subrayando un panorama preocupante para el turismo, la economía local y los ecosistemas marinos.
El sargazo, una macroalga parda que flota en grandes cantidades en el Atlántico, ha sido un problema recurrente en el Caribe desde 2011, cuando se detectaron las primeras llegadas masivas. Según datos de la Secretaría de Marina de México (Semar), en 2024 se recolectaron más de 60,000 toneladas de sargazo en las playas de Quintana Roo, un esfuerzo que involucró a gobiernos locales, empresas privadas y comunidades. Sin embargo, el aumento proyectado para 2025 podría superar estas cifras, agravando los desafíos logísticos y financieros para su manejo.
Amaro explicó que las corrientes marinas y los vientos estacionales juegan un papel clave en el transporte del sargazo hacia las costas mexicanas. “Lo arrastran, lo arriman a la costa y hace que recale”, afirmó. Este fenómeno, potenciado por el calentamiento global y el aumento de nutrientes en el océano —provenientes de actividades agrícolas y descargas residuales—, ha convertido al sargazo en una crisis ambiental de proporciones regionales. Un estudio publicado en 2023 por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señala que el Gran Cinturón de Sargazo del Atlántico, una masa de algas que se extiende desde el Golfo de México hasta las costas de África, ha crecido significativamente en los últimos años, alimentado por el cambio climático y la contaminación.
El impacto del sargazo no se limita al deterioro estético de las playas, un factor crítico para el turismo, que representa el 8.7% del PIB nacional según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). La acumulación de algas también afecta la vida marina, al reducir los niveles de oxígeno en el agua y bloquear la luz solar necesaria para los corales y pastos marinos. Además, su descomposición libera gases tóxicos como el sulfuro de hidrógeno, que pueden causar problemas de salud en las comunidades costeras.
Sin embargo, Amaro vislumbra un factor que podría mitigar parcialmente el problema: la temporada de huracanes. “Siempre los huracanes vienen y arrastran el sargazo o lo hunden en el mar”, explicó. Según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC), se espera una temporada de huracanes por encima del promedio en 2025, con entre 15 y 21 tormentas con nombre, de las cuales 6 a 10 podrían convertirse en huracanes. Si bien esto podría dispersar el sargazo, también plantea riesgos adicionales, como daños a la infraestructura costera y la interrupción de las labores de limpieza.
A pesar de los esfuerzos por controlar el sargazo, que incluyen barreras marinas, recolección manual y el desarrollo de proyectos para aprovechar la biomasa en industrias como la cosmética y la agricultura, las soluciones a largo plazo siguen siendo esquivas. Expertos como Amaro enfatizan la necesidad de abordar las causas estructurales, como la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y el control de la contaminación marina. Mientras tanto, las comunidades costeras y el sector turístico se preparan para un verano desafiante, con la esperanza de que la ciencia y la cooperación internacional ofrezcan respuestas más efectivas.
La batalla contra el sargazo no es solo un problema local, sino un reflejo de los retos globales que el cambio climático impone. Como señala Amaro, el futuro inmediato dependerá de cómo se gestione esta crisis en un contexto de incertidumbre climática y económica. Por ahora, las playas del Caribe mexicano, uno de los destinos turísticos más importantes del mundo, enfrentan una marea que no parece retroceder.