Elección Judicial en Quintana Roo: ¿Un Juego Amañado por el Teqroo?
El nuevo formato, ya presentado, obliga a los ciudadanos a votar en bloque por las listas completas postuladas por cada Poder del Estado, en lugar de elegir candidato por candidato
Chetumal.- En un giro que ha desatado una tormenta de críticas y sospechas sobre la imparcialidad del proceso electoral, el Tribunal Electoral de Quintana Roo (Teqroo) ha sido acusado de torcer las reglas del juego en la próxima elección judicial del 1 de junio de 2025. La controversia estalló cuando el Teqroo, encabezado por el magistrado Sergio Avilés Demeneghi, instruyó al Instituto Electoral de Quintana Roo (Ieqroo) modificar el diseño de las boletas electorales, una decisión que, según candidatos y analistas, pisotea la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (Legipe) y amenaza el derecho de los ciudadanos a elegir libremente a sus magistrados. Ahora, el caso está en manos de la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) en Xalapa, Veracruz, donde los inconformes confían en que se haga justicia.
El origen del conflicto
Todo comenzó el 1 de abril de 2025, cuando el Consejo General del Ieqroo aprobó el diseño original de las boletas para los comicios judiciales. En ellas se enlistaban 91 candidatos propuestos por el Poder Legislativo, 107 por el Judicial y 117 por el Ejecutivo, permitiendo a los votantes seleccionar individualmente a sus preferidos. Sin embargo, esta estructura no duró mucho. Carlos Felipe Fuentes del Río, consejero jurídico del Gobierno del Estado, presentó un Recurso de Apelación (RAP/009/2025), argumentando que el diseño generaría confusión entre los electores. El pasado jueves, el Pleno del Teqroo, con el aval de Avilés Demeneghi, dio la razón a Fuentes del Río y ordenó un cambio radical en las boletas.
El nuevo formato, ya presentado, obliga a los ciudadanos a votar en bloque por las listas completas postuladas por cada Poder del Estado, en lugar de elegir candidato por candidato. En total, las boletas incluyen 315 nombres, de los cuales 87 están repetidos, lo que ha levantado sospechas de una maniobra para diluir la competencia y consolidar el control sobre el resultado. Este cambio, según los críticos, no solo limita la libertad de elección, sino que parece diseñado para favorecer a candidatos alineados con el oficialismo, en particular con la llamada "4T", el proyecto político impulsado por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
La reacción: impugnaciones y críticas
La decisión del Teqroo no pasó desapercibida. Diversos actores políticos y sociales han alzado la voz, denunciando que el nuevo diseño de las boletas viola flagrantemente la Legipe, que garantiza el derecho de los ciudadanos a seleccionar a sus representantes judiciales sin restricciones arbitrarias. Para muchos, esto es un ataque directo a la democracia y una señal de que el Teqroo, lejos de actuar como árbitro imparcial, está supeditado a los intereses del poder en turno.
Dos candidatos del Poder Legislativo, Pedro Javier López Castro y José Gabriel Marín Yacamán, tomaron cartas en el asunto y, durante el fin de semana, promovieron impugnaciones ante la Sala Regional del TEPJF en Xalapa. Identificados como los juicios CU/JDC/002/2025 y CU/JDC/003/2025, estos recursos buscan echar abajo la instrucción del Teqroo, argumentando que el formato en bloque vulnera sus derechos político-electorales y los de los votantes. Los promoventes sostienen que el diseño favorece descaradamente a candidatos oficialistas, lo que podría comprometer la independencia del Poder Judicial en Quintana Roo.
Un proceso bajo la lupa
La elección judicial en Quintana Roo no es un asunto menor. De ella depende la designación de los magistrados que impartirán justicia en el estado, un pilar fundamental para la estabilidad democrática y el estado de derecho. Por eso, cualquier sombra de manipulación en el proceso despierta alarma. Las críticas han apuntado directamente a Sergio Avilés Demeneghi, magistrado presidente del Teqroo, a quien se acusa de actuar como un operador político más que como garante de la legalidad. Su aval al recurso del Gobierno del Estado ha reforzado la percepción de que el tribunal está alineado con la 4T, un señalamiento que pone en entredicho su legitimidad.
¿Qué sigue?
El balón está ahora en la cancha de la Sala Regional del TEPJF en Xalapa, que deberá resolver las impugnaciones en las próximas semanas. Los inconformes confían en que las "evidentes transgresiones a la ley" —como ellos las llaman— serán suficientes para que el fallo revierta la decisión del Teqroo y restituya un diseño de boletas que respete la voluntad popular. Sin embargo, el desenlace de este caso va más allá de Quintana Roo: será una prueba de fuego para medir hasta dónde los tribunales electorales federales están dispuestos a frenar lo que muchos ven como un avance del oficialismo sobre las instituciones democráticas.
Mientras tanto, la ciudadanía observa con recelo. En un país donde la confianza en las instituciones ya está erosionada, este episodio podría ser un clavo más en el ataúd de la credibilidad electoral. La pregunta que queda en el aire es clara: ¿se impondrá la ley o los intereses políticos? La respuesta definirá el rumbo de la justicia en Quintana Roo y, tal vez, el futuro de la democracia en México.