Engaño en la isla: El auge de los secuestros virtuales que estremecen a Cozumel
Todo comenzó con una llamada. Los padres de los menores recibieron un mensaje aterrador: sus hijos habían sido "secuestrados"
Cozumel.- En la tranquila isla de Cozumel, conocida por sus playas cristalinas y su ambiente apacible, una nueva forma de delincuencia ha comenzado a sembrar el pánico entre las familias: los secuestros virtuales. Dos menores de edad, identificados como M.O.C. y D.E.O.C., fueron víctimas de un sofisticado engaño telefónico que manipuló su inocencia y extorsionó a sus padres, dejando al descubierto la vulnerabilidad de las comunidades ante estas tácticas criminales.
Un engaño que explota el miedo
Todo comenzó con una llamada. Los padres de los menores recibieron un mensaje aterrador: sus hijos habían sido "secuestrados" y, para garantizar su liberación, debían pagar una suma de dinero. Mientras tanto, los menores, que se encontraban en casa, fueron contactados por un desconocido que, con una mezcla de amenazas y manipulación psicológica, los convenció de buscar dinero entre las pertenencias de sus padres. Encontraron una caja con 10 mil pesos en efectivo y, siguiendo las instrucciones del extorsionador, intentaron depositarlo en un Oxxo. Al ser rechazados por su edad, fueron redirigidos a una sucursal bancaria en la plaza de un supermercado Chedraui.
El plan delictivo, aunque ingenioso, no llegó a completarse. Los menores, tras realizar el depósito, abordaron un mototaxi en la Avenida Juárez, rumbo a la casa de su abuela, cuando fueron interceptados por elementos del grupo Centurión de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC). La rápida respuesta policial, activada tras la denuncia al 911, evitó una tragedia mayor y permitió el resguardo de los menores.
Una modalidad en aumento
Los secuestros virtuales no son un fenómeno nuevo en México, pero su incidencia ha crecido alarmantemente en los últimos años. Según datos del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, en 2023 se reportaron más de 1,800 casos de extorsión telefónica a nivel nacional, con un aumento del 20% respecto al año anterior. En Quintana Roo, destinos turísticos como Cancún y Cozumel no han sido inmunes a esta modalidad, que explota el temor de las familias y la falta de preparación para identificar estas artimañas.
Lo que hace particularmente inquietante este caso es el uso de menores como instrumentos del delito. Los criminales, conscientes de la confianza que los niños depositan en las figuras de autoridad, los manipulan con instrucciones precisas, aprovechando su falta de experiencia para ejecutar las transacciones. En Cozumel, un lugar donde la comunidad suele sentirse segura, este incidente ha encendido las alarmas sobre la necesidad de educar a la población, especialmente a los más jóvenes, sobre cómo responder ante estas amenazas.
Respuesta policial y apoyo a las víctimas
La intervención de la SSC fue clave para resolver el caso. Tras la denuncia, los protocolos de búsqueda se activaron de inmediato, y la localización de los menores en un mototaxi en la intersección de la Avenida Juárez y la Avenida 8 de Octubre demostró la efectividad de las fuerzas locales. Sin embargo, más allá de la acción policial, el caso puso en relieve la importancia del acompañamiento a las víctimas. El Grupo Especializado de Atención a la Violencia Familiar y de Género (GEAVIG) brindó apoyo psicológico a la familia, que quedó profundamente afectada por el trauma de la extorsión.
El conductor del mototaxi, un testigo involuntario del drama, relató a las autoridades que los menores parecían nerviosos pero no dieron señales de estar bajo amenaza física directa, lo que refuerza la naturaleza "virtual" del delito. Este detalle subraya la astucia de los extorsionadores, quienes logran controlar a sus víctimas sin necesidad de presencia física.
Un llamado a la prevención
Este incidente en Cozumel no es un caso aislado, sino un síntoma de un problema mayor. La facilidad con la que los delincuentes acceden a información personal, como números telefónicos o datos familiares, plantea preguntas sobre la protección de datos en un mundo hiperconectado. Además, la falta de campañas educativas dirigidas a menores y sus familias deja a muchas comunidades desprotegidas frente a estas tácticas.
Expertos en seguridad recomiendan medidas básicas pero efectivas: no contestar llamadas de números desconocidos, verificar siempre la ubicación de los seres queridos ante cualquier amenaza, y educar a los niños sobre los riesgos de seguir instrucciones de extraños. En el caso de Cozumel, las autoridades locales han anunciado planes para reforzar las campañas de prevención, pero la responsabilidad también recae en la sociedad para mantenerse alerta.
Una isla bajo amenaza
Cozumel, un paraíso turístico que vive de su reputación de seguridad y hospitalidad, enfrenta ahora el desafío de proteger a sus habitantes de un enemigo invisible. El caso de M.O.C. y D.E.O.C. es una advertencia: los secuestros virtuales no solo buscan dinero, sino que erosionan la confianza y el sentido de comunidad. La rápida acción de las autoridades evitó un desenlace trágico, pero la pregunta persiste: ¿está preparada la isla para enfrentar esta creciente ola de delitos?
Mientras las familias afectadas intentan sanar, la sociedad cozumeleña debe reflexionar sobre cómo blindarse contra estas amenazas. La inocencia de dos menores fue el blanco de un engaño cruel, pero también un recordatorio de que, en la era digital, la seguridad comienza con la información y la vigilancia colectiva.