Expedientes X: Juanita no se disculpó; "Rómpanle su madre a la Sra. Peraza"
Este suceso es una mala señal para el periodismo.
Por: Esmaragdo Camaz
Juanita Alonso Marrufo no se disculpó. Le valió. El 13 de abril de 2023, policías municipales de Cozumel —en el gobierno de la entonces alcaldesa Juanita Alonso Marrufo— detuvieron arbitrariamente a los periodistas Silvia Peraza y Gabriel Aguilar mientras cubrían un accidente de tránsito, acusados sin fundamento de cruzar una línea de resguardo y con la orden expresa de la alcaldesa de “rómpanle su madre”. A Silvia la esposaron y la encerraron en una celda sucia con excremento. Este trato indigno afectó la salud y la economía de la comunicadora, pues tras su liberación —gracias a las protestas ciudadanas— ya no pudo vender publicidad porque todas las puertas le fueron cerradas. Meses después, Juanita fue relegada y excluida de las candidaturas a las presidencias municipales, lo que le impidió la reelección. En cambio, Morena en el poder, hizo una especie de enroque. A Juanita la mandaron como directora de Fundación de Parques y Museos de Cozumel, y a José Luis Chacón, quien se desempeñaba en ese cargo, lo hicieron candidato y presidente municipal. El viernes, se llevó a cabo la ceremonia en la que los agraviados recibirían una disculpa pública, de acuerdo a un mandato de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, pero ninguno de los agresores de los periodistas asistió a la cita, lo cual es por si mismo, un nuevo agravio contra los comunicadores.
Este suceso es una mala señal para el periodismo. A falta de contrapesos, la mujeres —que hoy son mayoría— en cargos de poder, ejercen con la fuerza electoral de Morena, acciones represivas y de censura contra periodistas. Lo más paradójico de esto es que se trata de una agresión de Mujer contra Mujer, en una época en que las mujeres en el poder se dicen sororas.
¿Cuál es el mensaje que el gobierno manda a los suyos? Da la impresión de que el mensaje es: “Madrea a un periodista y serás premiado”. Al menos eso es lo que pasó con Juanita Alonso Marrufo porque ya habiendo sido descartada de repetir en la presidencia municipal, la premiaron con un alto cargo en vez de mandarla a la banca, como suele suceder en el relevo de cargos públicos.
No sobra decir que la Fundación de Parques y Museos de Cozumel es un organismo tan importante y poderoso en Cozumel, que se ahí han salido presidentes municipales, como Pedro Joaquín Delbouis y el propio José Luis Chacón.
Por cierto, Silvia Peraza —de una larga trayectoria informativa en Cozumel— aceptó la disculpas, pero bajo protesta, debido a la ausencia de su agresora, quien rehusó disculparse.
Es claro que hay un desprecio a los periodistas. Está muy marcado. Es obvio que los autores del agravio quieren que ese desprecio se note. Lo hacen muy evidente
Aquello de que Juanita Alonso Marrufo dio la orden de “partirle su madre” a Silvia Peraza, es una versión de que la propia periodista ha difundido en base fuentes que así se lo han confiado. Cualquiera que se diga periodista sabe que las fuentes suelen filtrar datos contra sus propios jefes cuando hay una inconformidad manifiesta. Y también cualquiera que ha ejercido el oficio sabe que para un informante es importante ganar la confianza de un periodista por que le abre un canal que algún día puede necesitar para una fuga mayor.
Sólo resta reflexionar sobre el hecho de que la agresora de Silvia Peraza continúa en un cargo de poder. No debe ser grato para ninguna periodista tener que toparse con su agresora en los eventos a los que debe asistir a dar cobertura informativa, cosa que no es teoría, ya que por el trabajo de ambas, tarde o temprano esas coincidencias suceden.
Y si al menos la agresora le hubiera ofrecido una disculpa, para la agraviada sería menos lastimoso un eventual encuentro. Pero no siendo ese el caso, no queda más que continuar ejerciendo e informando, porque a diferencia de los políticos, los periodistas no están para el aplauso, están para informar aunque duela. O mejor dicho, aunque les duela.