Hasta mil pesos de multa por circular en patines, scooters o bicis, en Playa del Carmen, si el Ayuntamiento aprueba modificaciones a su reglamento de Tránsito
El reglamento propuesto prioriza la seguridad vial al delimitar espacios exclusivos o compartidos para estos vehículos
Playa del Carmen.— Scooters eléctricos, patines (o monopatines) y bicicletas eléctricas, esos vehículos que prometían libertad y sostenibilidad, ahora enfrentan un marco normativo que impone registro obligatorio, luces reflectantes y límites estrictos de circulación, en caso de que el Ayuntamiento de Playa del Carmen apruebe las reformas a su reglamento de Tránsito, actualmente en evaluación. Pero, ¿es esta regulación un paso genuino hacia la seguridad o una excusa para recaudar multas en una ciudad que aún patina en su infraestructura? Fuentes oficiales y voces disidentes en redes sociales pintan un panorama mixto, donde el entusiasmo oficial choca con la realidad de banquetas invadidas y ciclovías fantasmas.
El nuevo reglamento, en fase final de elaboración e integrado al Plan de Desarrollo Urbano (PDU), clasifica estos dispositivos como “vehículos ligeros” y establece obligaciones claras para sus usuarios. Según declaraciones del regidor Javier Santos Morales, presidente de la Comisión de Movilidad, el objetivo es “prevenir accidentes antes de que sucedan”, respondiendo a un aumento reportado en colisiones que involucran estos aparatos, especialmente en la zona turística de la Quinta Avenida. La iniciativa, impulsada desde enero de 2025 por el regidor Orlando Muñoz Gómez, busca alinear el municipio con la Ley de Movilidad de Quintana Roo, reformada ese mismo mes, que define la micromovilidad pero deja la implementación local en manos de ayuntamientos como este.
Zonas de circulación: ¿Libertad compartida o ilusión confinada?
El reglamento propuesto prioriza la seguridad vial al delimitar espacios exclusivos o compartidos para estos vehículos, prohibiendo su uso en banquetas peatonales congestionadas, aceras y zonas verdes. Para scooters y patines eléctricos, la norma indica circulación en carriles designados o banquetas amplias, con velocidades inferiores a 25 km/h y obligación de portar cascos y equipo protector. Las bicicletas eléctricas, por su parte, deben ceñirse a ciclovías existentes o carriles bici, con luces frontales blancas y traseras rojas, y un límite de edad para menores (hasta 12 años con supervisión adulta).
Avances concretos incluyen el rediseño de la Avenida 10, donde se prevé un carril compartido para ciclovías y micromovilidad, junto a estacionamientos con parquímetros y cableado subterráneo para evitar obstrucciones. Además, se traza un plan para conectar ciclovías desde la salida de Playa del Carmen hasta Punta Esmeralda, con mantenimiento a las existentes y un carril exclusivo para peatones y micromovilidad en la Décima Avenida. Sin embargo, el director de Tránsito, Juan Carlos Tun Centeno, ha reconocido en mesas de trabajo que estas mejoras son incipientes: “El PDU contempla espacios, pero la implementación depende de presupuestos y obras en curso”.
¿Está toda Playa del Carmen lista? Lejos de ello. Expertos como Javier Reséndiz Fernández de Lara, coordinador del proyecto Bicineta, denuncian una “falta crónica de infraestructura” que obliga a usuarios a invadir arroyos viales, exponiéndose a riesgos innecesarios. Fernando Peimbert Palomares, propietario de una tienda de monopatines, coincide: “La micromovilidad crecerá más del 100% este año por su accesibilidad, pero sin ciclovías seguras y cruces protegidos, las normas son papel mojado”. La directora de Tránsito, Aureny Sugeydi Martín Manzanilla, no descarta un censo de vehículos para mapear necesidades, pero admite que el Cabildo aún analiza cómo financiar estas obras en un municipio donde el turismo prima sobre la movilidad sostenible.
Multas: ¿Educación o extorsión disfrazada?
El talón de Aquiles de esta regulación son las sanciones, que priorizan la “prevención” pero incluyen multas escalonadas en Unidades de Medida y Actualización (UMA, alrededor de 100 MXN por unidad en 2025). Infracciones como circular sin registro, sin luces o invadiendo carriles peatonales podrían costar de 1 a 5 UMAs (100-500 MXN) inicialmente, escalando a 10 UMAs (1,000 MXN) para reincidentes, con posible suspensión temporal del uso del vehículo. Para equiparar la cancha, se proponen “sanciones pareadas” a automovilistas, taxis y transporte público que invadan espacios de micromovilidad, aunque sin tabulador específico aún.
Críticos ven en esto un doble estándar: ¿por qué multar a un ciclista por falta de luces mientras los autos estacionan impunemente en ciclovías? Fernando Peimbert subraya la inequidad: “Si nos exigen a nosotros, que también sancionen a quienes nos obligan a salir a la calle”. La presidenta municipal, Estefanía Mercado, ha convocado a consultas públicas vía redes para pulir estas normas, pero el regidor Santos Morales enfatiza que la educación vial precederá a las multas, con campañas de concientización dirigidas a usuarios y conductores.
Playa del Carmen, pionera en Quintana Roo, enfrenta un dilema: ¿será este reglamento el catalizador de una movilidad inclusiva o un parche que ignora la raíz del problema? Con aprobación prevista para finales de octubre, la ciudadanía espera no solo reglas, sino calles que las hagan viables. Mientras tanto, scooters y patines siguen zumbando en el limbo, recordándonos que la sostenibilidad no se decreta: se construye.


