La basura de Diego Castañón: alcalde de Tulum incapaz de resolver el depósito de desechos sólidos a más de un año de la clausura del relleno sanitario
Paga Diego Castañón Trejo 82 millones de pesos a Playa del Carmen para que se hagan cargo de su basura
Tulum.- A más de un año de la clausura del relleno sanitario de Tulum en noviembre de 2023, el municipio sigue atrapado en una crisis de basura que expone la ineficiencia y frivolidad del presidente municipal, Diego Castañón Trejo. Mientras la basura se acumula y el municipio depende del relleno sanitario de Playa del Carmen a un costo de 82 millones de pesos, Castañón ha sido señalado por su indiferencia, en plena crisis, fue fotografiado disfrutando de un restaurante de lujo en Miami acompañado de una mujer, una muestra de su actitud superflua frente a los problemas de Tulum.
La clausura del basurero local en noviembre de 2023, ordenada por irregularidades ambientales, dejó a Tulum sin infraestructura propia para manejar sus desechos. Desde entonces, Castañón ha sido incapaz de cumplir con su promesa de construir un nuevo relleno sanitario, un proyecto que, lejos de avanzar, se ha enredado en conflictos sociales y sospechas de corrupción. Mientras tanto, los costos de traslado a Playa del Carmen continúan drenando las arcas municipales, y los ciudadanos enfrentan las consecuencias de un servicio de recolección deficiente.
Un terreno en disputa y riesgos ambientales
El intento de establecer un nuevo relleno sanitario en un terreno de 40 hectáreas en la comunidad de Manuel Antonio Ay ha desatado una fuerte oposición de ejidatarios y pobladores. Los habitantes denuncian que el proyecto, impulsado por Castañón, representa una amenaza ambiental para los cenotes, ríos subterráneos y la selva de la zona, recursos vitales para Tulum. “No queremos que nuestra tierra se convierta en un basurero que contamine todo”, afirmó un ejidatario durante una asamblea en junio de 2024.
La resistencia no es solo por los riesgos ecológicos. Los pobladores han señalado irregularidades en las negociaciones para adquirir el terreno, que involucran a Ramiro Susunaga García, un empresario ligado a Red Ambiental, la compañía encargada de la recolección de basura en Tulum. Según fuentes locales, Susunaga habría actuado como intermediario en una transacción poco transparente, lo que ha generado sospechas de un acuerdo a espaldas de la comunidad. “Todo esto huele a negocio privado, no a una solución para Tulum”, denunció un vecino de Manuel Antonio Ay.
El descontento alcanzó su punto álgido el 17 de junio de 2024, cuando decenas de pobladores de Manuel Antonio Ay se manifestaron frente al Palacio Municipal de Tulum para exigir la cancelación del proyecto. Con pancartas que advertían sobre la contaminación de cenotes y la destrucción de la selva, los manifestantes denunciaron la opacidad en las negociaciones y el riesgo ambiental que implicaría un relleno sanitario en la zona. La protesta, que bloqueó por horas las principales vialidades, dejó en claro el rechazo de la comunidad a las decisiones de Castañón.
Omisión e ineficiencia: el sello de Castañón
La gestión de Castañón ha sido duramente criticada por su falta de acción. A pesar de los millonarios gastos en el traslado de basura, el alcalde no ha presentado un plan viable para resolver la crisis. La Auditoría Superior del Estado ha señalado opacidad en el manejo de los recursos destinados a este rubro, mientras que los ciudadanos enfrentan las consecuencias de un servicio de recolección deficiente y el riesgo de acumulación de desechos en las calles. La imagen de Castañón en Miami, lejos de los problemas de Tulum, ha avivado las críticas sobre su compromiso con el municipio.
Organizaciones ambientalistas han advertido que la dependencia del relleno sanitario de Playa del Carmen no es sostenible y que la falta de un sitio propio pone en peligro el entorno natural de Tulum, un destino turístico cuya imagen depende de su riqueza ecológica. “Es inadmisible que, en un municipio que vive del turismo, el gobierno no pueda resolver algo tan básico como la basura”, señaló un representante de una ONG local, que pidió el anonimato.
Un problema que no da tregua
A más de un año de la clausura del relleno sanitario, la crisis de la basura en Tulum no muestra signos de resolverse. Diego Castañón, lejos de ofrecer soluciones, parece atrapado en un ciclo de promesas vacías, decisiones cuestionables y escapadas que indignan a la población. Mientras los desechos de Tulum siguen viajando a Playa del Carmen y las negociaciones para un nuevo basurero se enredan en conflictos, los ciudadanos y el medio ambiente pagan el precio de una administración que no da la talla.
La pregunta que resuena en las calles de Tulum es clara: ¿hasta cuándo seguirá la basura siendo el sello de la gestión de Diego Castañón?