¿La casa de descanso que Sedena construye en la Laguna de Bacalar sería un hotel boutique?
La “Casa Bacalar” comenzó a construirse el 15 de enero de 2025 sin una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA)
Bacalar.— La anunciada casa de descanso para militares que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) construye a orillas de la Laguna de Bacalar, frente al Fuerte San Felipe, sería un desarrollo turístico, según fuentes consultadas en sitio, mismas que optaron por el anonimato por temor a represalias. El proyecto, bautizado como “Casa Bacalar”, sería una especie de hotel boutique para capitalizar el auge turístico del Pueblo Mágico, de acuerdo al relato de las fuentes.
La “Casa Bacalar” comenzó a construirse el 15 de enero de 2025 sin una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), en un terreno estratégicamente ubicado entre el Fuerte San Felipe —un monumento histórico del siglo XVIII— y la emblemática Laguna de los Siete Colores. Las obras, que incluyeron dragado y relleno de suelos con maquinaria pesada, han generado alarma por su impacto en el frágil ecosistema de la laguna, hogar de estromatolitos milenarios y especies endémicas. A pesar de que un juez federal ordenó suspender los trabajos el 15 de abril mediante el amparo 241/2025, la Sedena ha continuado las labores, desacatando la resolución.
Este caso no es aislado. Bajo la administración de Andrés Manuel López Obrador, la Sedena asumió un rol protagónico en proyectos turísticos e infraestructura, como el Tren Maya, a menudo pasando por encima de regulaciones ambientales y judiciales. En 2022, en Uxmal, Yucatán, la dependencia presentó un proyecto como “alojamiento para personal de seguridad”, pero construyó un hotel de 160 habitaciones con spa, gimnasio y estacionamiento para 212 vehículos, operado por el Grupo Aeroportuario, Ferroviario y de Servicios Auxiliares Olmeca-Maya-Mexica (GAFSAOMM), una empresa del Ejército. De manera similar, en la Reserva de la Biosfera de Calakmul, Campeche, un supuesto alojamiento militar resultó ser un hotel de 144 habitaciones con capacidad para 400 vehículos, para lo cual incluso se modificaron los límites de la zona protegida.
En Bacalar, la Sedena obtuvo una exención de la MIA por parte de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en tiempo récord, argumentando que la obra es de “bajo impacto” y destinada a la recuperación de militares con estrés postraumático. Sin embargo, ambientalistas y el Consejo Ciudadano de Bacalar cuestionan esta justificación, señalando que el dragado ha dispersado sedimentos que afectan la calidad del agua y amenazan el equilibrio de nutrientes, lo que podría provocar proliferación de algas y alterar los colores característicos de la laguna.
El impacto no se limita al medio ambiente. La construcción, ubicada a 200 metros de la costera entre las calles 20 y 22, obstruye la vista entre el Fuerte San Felipe y la laguna, afectando el valor cultural y turístico de este Pueblo Mágico.
La comunidad bacalarense ha respondido con protestas desde el 19 de marzo, clausurando simbólicamente la obra y recolectando más de 9,500 firmas en Change.org para exigir su cancelación. Organizaciones como Greenpeace México y Grupo Gema del Mayab han respaldado la lucha, mientras el Consejo Regional Indígena y Popular de Xpujil (CRIPX) califica el caso como un “engaño institucional” que involucra a Sedena, Semarnat e INAH.
La fuentes dijeron que el Ejército no acostumbra a acomodar a sus soldados en estancias lujosas tipo hotel ni en lugares turísticos paradisiacos como la Laguna de Bacalar.