¡Licuadoras en fuga! Un “genio” del hurto cae en Playa del Carmen
La Secretaría de Seguridad Ciudadana, con su olfato de sabueso, lo detuvo tras un llamado de emergencia que dejó en claro que este no era el Robin Hood de los aparatos eléctricos.
Playa del Carmen.- En el soleado paraíso de Playa del Carmen, donde las palmeras bailan y los turistas gastan, un “emprendedor” decidió que comprar electrodomésticos era cosa del pasado. Eder Daniel “N”, un tabasqueño de 30 años con aparentes sueños de grandeza (o al menos de batidos gratis), fue atrapado con las manos en la masa –o mejor dicho, con dos licuadoras bajo el brazo– en una tienda del céntrico corazón comercial de la colonia Centro. La Secretaría de Seguridad Ciudadana, con su olfato de sabueso, lo detuvo tras un llamado de emergencia que dejó en claro que este no era el Robin Hood de los aparatos eléctricos.
El modus operandi de nuestro protagonista fue tan sofisticado como un chiste malo: intentar salir de la tienda con las dos licuadoras sin pagar, como si los dependientes fueran a aplaudirle la audacia. Spoiler: no lo hicieron. Los empleados lo retuvieron, los policías municipales llegaron más rápido que un turista al buffet, y tras confirmar que no había ni un peso en la transacción, Eder Daniel fue esposado y enviado a un tête-à-tête con la Fiscalía General del Estado. ¡Qué manera de ganarse un viaje todo pagado a la sombra!
Pero no nos riamos tanto, porque este sainete tiene un trasfondo menos divertido. Playa del Carmen, joya del turismo mexicano, está lidiando con una ola de robos que creció un 12% en 2024, según datos de la Secretaría de Seguridad Pública de Quintana Roo. Los comercios del centro, que ya bastante tienen con lidiar con los regateos de los turistas, ahora deben jugar al gato y al ratón con aspirantes a magos del hurto. Y mientras Eder Daniel soñaba con sus nuevos jugos, los comerciantes se preguntan si la próxima patrulla llegará antes de que otro “visionario” decida redecorar su casa gratis.


No es solo la torpeza del detenido lo que llama la atención, sino lo que esto dice de la ciudad. Playa del Carmen atrae a miles con su promesa de sol, arena y oportunidades, pero también parece ser un imán para quienes confunden “oportunidad” con “agárralo y corre”. ¿Y las autoridades? Bien, gracias, atrapando a uno por uno mientras la estadística de robos les guiña el ojo desde el retrovisor. Más allá de las risas, este caso es un recordatorio mordaz de que la seguridad en esta ciudad turística necesita algo más que reflejos rápidos, hace falta un plan que no deje a los comercios jugando a la lotería con su inventario.
Así que, mientras Eder Daniel reflexiona sobre su fallida carrera como “redistribuidor” de licuadoras, Playa del Carmen sigue siendo un paraíso con asteriscos. Porque, al final, el único electrodoméstico que parece funcionar a la perfección aquí es la máquina de generar titulares como este.