Los venados de Playa del Carmen: ahora atrapados entre una malla ciclónica en Playacar
Ahora enfrentan una amenaza más inmediata: están atrapados en un espacio reducido, rodeados por una malla ciclónica que les impide escapa.
Playa del Carmen.— La crisis de los venados en Playacar ha alcanzado un nuevo capítulo. Los venados cola blanca, emblemáticos de la zona, ahora enfrentan una amenaza más inmediata: están atrapados en un espacio reducido, rodeados por una malla ciclónica que les impide escapar, sin acceso a comida ni rutas seguras para sobrevivir, como se ve en estas imágenes.
Desde hace meses, los vecinos de Playacar han denunciado el impacto del proyecto "Legacy by AWA" de Inzigna Capital Group, un desarrollo que ha arrasado con más de 3,000 metros cuadrados de selva sin un plan adecuado de manejo ambiental. La tala, que comenzó a finales del año pasado, desplazó a decenas de venados y otras especies endémicas, obligándolos a buscar refugio en áreas urbanas.
En abril, un venado fue visto deambulando por la Quinta Avenida, un episodio que terminó con su reubicación en Río Secreto, pero que dejó en evidencia la magnitud del problema. Otros no han corrido con la misma suerte: el 19 de mayo, un venado fue atropellado en la Fase 2 de Playacar y trasladado a una clínica veterinaria, mientras que una hembra y su cría murieron en otro incidente similar, víctimas del tráfico y la falta de corredores ecológicos.
Las fotos más recientes muestran a varios venados atrapados detrás de una malla ciclónica en un terreno donde antes había selva densa. El espacio, ahora reducido a un terrenos de suelo pavimentado, hojas secas y vegetación escasa, no ofrece las condiciones necesarias para que estos animales sobrevivan. Sin comida ni posibilidad de escape, su destino parece sellado.
El contexto de esta tragedia es un reflejo de las tensiones entre el desarrollo urbano y la conservación en Quintana Roo. Playacar, conocido por sus áreas verdes y su coexistencia con la fauna, ha sido durante años un oasis en medio del crecimiento turístico de Playa del Carmen. Sin embargo, proyectos como el de AWA Signature han puesto en jaque ese equilibrio. La clausura de un predio el pasado 16 de mayo por parte del Ayuntamiento de Playa del Carmen, tras verificar un desmonte que excedió los límites autorizados, fue un primer paso, pero claramente insuficiente.
Samantha Álvarez Hernández, titular de la Secretaría de Medio Ambiente municipal, anunció rondines para reubicar venados y notificó a Profepa para dar seguimiento, pero estas imágenes de hoy demuestran que las acciones no han sido efectivas.
Más de 400 personas, entre vecinos y activistas, han alzado la voz en protestas recientes, exigiendo sanciones para Inzigna Capital Group y un programa serio de restauración ambiental. El Gobierno de Quintana Roo ya abrió una investigación formal contra la empresa, pero los venados, atrapados y sin recursos, no tienen tiempo que esperar. Organizaciones civiles han pedido criterios ecológicos más estrictos y controles vehiculares para evitar más atropellamientos, pero la falta de voluntad política y la presión del sector inmobiliario complican el panorama.
La situación de los venados de Playacar es un microcosmos de lo que ocurre en todo el estado: el desarrollo a costa de la naturaleza, sin planes reales de mitigación. Si no se actúa de inmediato—con reubicaciones efectivas, corredores ecológicos y sanciones ejemplares—los venados de Playacar podrían convertirse en un recuerdo más de lo que alguna vez fue un paraíso natural. Mientras tanto, detrás de esa malla ciclónica, estos animales esperan una solución que, para ellos, podría llegar demasiado tarde.