Mario Villanueva, exgobernador de Quintana Roo, en estado crítico por posible infarto y problemas respiratorios
A sus 76 años, el político enfrenta una situación crítica, un posible infarto combinado con complicaciones respiratorias derivadas de acumulación de líquido en un pulmón.
Chetumal.- La madrugada del 14 de mayo de 2025, Mario Villanueva Madrid, exgobernador de Quintana Roo, fue ingresado de emergencia al área de cuidados intensivos del hospital del ISSSTE en Chetumal. A sus 76 años, el político enfrenta una situación crítica, un posible infarto combinado con complicaciones respiratorias derivadas de acumulación de líquido en un pulmón, según fuentes cercanas a su familia y confirmado por su jefe de prensa. Su estado, reportado como delicado, mantiene en vilo a quienes han seguido su controversial trayectoria.
Villanueva, quien gobernó Quintana Roo entre 1993 y 1999, no es ajeno a los titulares. Su mandato estuvo marcado por acusaciones de vínculos con el narcotráfico, lo que lo llevó a enfrentar procesos judiciales y años de prisión en México y Estados Unidos. Estas experiencias, sumadas a las condiciones de reclusión, han deteriorado significativamente su salud, con padecimientos crónicos que lo han dejado vulnerable. La pregunta que surge es inevitable, ¿hasta qué punto el peso de su pasado político y legal ha contribuido a esta crisis?
El contexto de su hospitalización no puede desligarse de su historial. Villanueva ha sido una figura polarizante, admirado por algunos por sus políticas de desarrollo en Quintana Roo, pero condenado por otros tras ser extraditado en 2010 a Estados Unidos, donde cumplió una sentencia por lavado de dinero. Tras regresar a México, continuó enfrentando procesos legales, aunque en los últimos años había obtenido prisión domiciliaria por su estado de salud. Este nuevo episodio médico pone en relieve las secuelas físicas y emocionales de una vida bajo escrutinio público y presión constante.
La información disponible, no menciona antecedentes inmediatos que expliquen el súbito agravamiento de su condición. Sin embargo, la edad avanzada y las complicaciones previas sugieren que su cuerpo ha alcanzado un punto de fragilidad extrema. En un sistema de salud como el del ISSSTE, frecuentemente criticado por sus limitaciones, la atención a un caso de esta gravedad será un desafío adicional.
Este episodio no solo es una noticia de salud, sino un recordatorio de las complejidades de la vida pública en México. Villanueva, para bien o para mal, es un símbolo de una era política donde el poder, la corrupción y las consecuencias personales se entrelazan. Mientras su familia y seguidores aguardan noticias, la sociedad quintanarroense y mexicana observa, quizá reflexionando sobre el costo humano de las decisiones que marcan una carrera política.