México impone nuevo impuesto a cruceros: ¿Ganancia o riesgo para el turismo?
La industria de cruceros, representada por la FCCA, ha advertido que cualquier aumento en los costos puede reducir la demanda.
Cancún.- En un movimiento que busca equilibrar ingresos y competitividad, México ha decidido implementar un impuesto a pasajeros internacionales de cruceros a partir de julio de 2025. La tarifa comenzará en 5 dólares por persona y aumentará progresivamente hasta alcanzar los 21 dólares en 2028. La medida, que pretende fortalecer las finanzas públicas sin comprometer el atractivo turístico del país, genera tanto expectativas como interrogantes en un sector clave para la economía nacional.
El contexto de esta decisión no es menor. México es un destino estrella para la industria de cruceros, en 2024, recibió más de nueve millones de pasajeros, y se espera que supere los diez millones este año. La reducción de una propuesta inicial de 42 dólares por pasajero a solo 5 dólares, tras negociaciones con la industria, refleja la preocupación por mantener a México como un puerto competitivo frente a otros destinos del Caribe. Quintana Roo, hogar de puertos como Cozumel y Mahahual, será una de las regiones más beneficiadas, ya que los fondos se destinarán a mejorar infraestructura portuaria, seguridad y prevención de desastres naturales, según un acuerdo firmado con la Florida-Caribbean Cruise Association (FCCA) en agosto de 2024 .
Sin embargo, no todo es optimismo. La industria de cruceros, representada por la FCCA, ha advertido que cualquier aumento en los costos puede reducir la demanda. Un informe de Travel Weekly (diciembre de 2024) destaca que, aunque el impacto inicial de los 5 dólares podría ser absorbido en los precios, el incremento a 21 dólares podría alejar a los viajeros más sensibles al costo. Stewart Chiron, experto en cruceros conocido como "The Cruise Guy", señaló a Fox News que la relación entre México y esta industria ha sido históricamente beneficiosa, generando empleos y divisas. Pero, ¿hasta qué punto este nuevo gravamen podría alterar ese equilibrio?
Por otro lado, la gradualidad del impuesto parece ser un intento de mitigar riesgos, ofreciendo a las navieras un marco predecible para ajustar sus operaciones. No obstante, el éxito de esta medida dependerá de cómo se gestionen los recursos recaudados y de la capacidad de México para seguir siendo competitivo frente a destinos que no imponen este tipo de tasas. Si los fondos no se traducen en mejoras visibles para los pasajeros y las comunidades locales, el descontento podría crecer, afectando la imagen del país como destino turístico.
En conclusión, este impuesto es un arma de doble filo, puede ser una oportunidad para fortalecer el turismo de cruceros en México, pero también un riesgo si no se maneja con transparencia y visión estratégica. Habrá que seguir de cerca cómo evoluciona esta política en los próximos años, especialmente en un mercado global donde cada dólar cuenta.
Con información de: Quadratín