Osito vuela a la justicia: La indignación que salvó a un perrito en Quintana Roo
“La crueldad no tiene cabida en Quintana Roo. Invito a la población a denunciar estos actos para que los responsables enfrenten todo el peso de la ley”
Chetumal.- En un acto que desató furia en las redes sociales, un perrito chihuahua, apodado “Osito”, fue amarrado a un dron y elevado a más de cinco metros de altura en Xul-Ha, una localidad del municipio de Othón P. Blanco, Quintana Roo. El video, grabado el 23 de abril de 2025 y difundido por los propios responsables en Instagram y TikTok, muestra al pequeño animal pataleando aterrorizado mientras un grupo de jóvenes, entre risas, lo observa desde el suelo. La crueldad del acto, calificado como “inhumano” por activistas y ciudadanos, desencadenó una rápida respuesta de las autoridades y la gobernadora Mara Lezama, quien celebró el rescate de Osito y llamó a la población a denunciar el maltrato animal para castigar a los culpables. Pero, ¿es este un caso aislado o un síntoma de problemas más profundos en la protección animal en México?
El caso que conmocionó a Quintana Roo
El video viral, que acumuló miles de vistas en pocas horas, mostraba a Osito, un chihuahua de apenas unos kilos, suspendido en el aire, atado con una cuerda a un dron que lo elevaba a una altura peligrosa. Según reportes, el presunto responsable, identificado como Rubén “N”, un joven de la comunidad, había compartido previamente contenido en redes sociales que incluía cacería de especies protegidas, lo que sugiere un patrón de comportamiento violento hacia los animales. Aunque el perrito no presentó lesiones visibles tras el incidente, el trauma psicológico y el riesgo al que fue expuesto generaron una ola de indignación.
Lucio Cruz, director de Bienestar Animal de la Procuraduría de Protección al Ambiente de Quintana Roo (PPA), confirmó que las autoridades iniciaron una investigación de oficio. En Quintana Roo, el maltrato animal está prohibido bajo la Ley de Bienestar Animal del estado, que considera a los animales como seres sintientes y establece sanciones que incluyen multas y hasta dos años de prisión por actos de crueldad. Sin embargo, la aplicación de estas leyes sigue siendo un desafío, con solo un 10% de las denuncias por maltrato animal en México resultando en condenas, según datos de la organización AnimaNaturalis.
La respuesta de Mara Lezama
La gobernadora Mara Lezama, conocida por su postura pública en favor del bienestar animal, se pronunció rápidamente tras el incidente. A través de sus redes sociales, celebró el rescate de Osito, quien fue puesto a salvo gracias a la denuncia ciudadana y la acción de las autoridades. “La crueldad no tiene cabida en Quintana Roo. Invito a la población a denunciar estos actos para que los responsables enfrenten todo el peso de la ley”, declaró Lezama. Su mensaje refuerza una narrativa que ha promovido desde su llegada al poder en 2022, cuando se convirtió en la primera mujer gobernadora del estado, enfatizando un “gobierno humanista” que incluye la protección de los animales.
Lezama no es ajena a casos similares. En 2023, intervino en el caso de un perrito quemado en Solidaridad, exigiendo justicia y destacando la necesidad de sanciones ejemplares. Su administración ha impulsado iniciativas como la Jornada de Adopción Responsable en Playa del Carmen y ha donado recursos, como dos toneladas de alimento para centros de control animal.
La voz de la ciudadanía y el poder de las redes
La viralización del video fue clave para el rescate de Osito y la atención del caso. Usuarios en X, expresaron su indignación y exigieron justicia, mientras que activistas locales organizaron protestas virtuales con hashtags como #NoMásCrueldadAnimal. Este fenómeno refleja el creciente papel de las redes sociales en la defensa de los derechos animales, pero también expone una paradoja: la misma plataforma que permitió la difusión del video cruel fue la que facilitó su denuncia.
¿Qué sigue para Osito y para Quintana Roo?
Osito, ahora a salvo, representa una victoria parcial en la lucha contra el maltrato animal. Sin embargo, el caso deja preguntas abiertas: ¿será este un punto de inflexión para fortalecer las políticas de bienestar animal en Quintana Roo, o quedará como otra noticia pasajera? La gobernadora Lezama tiene una oportunidad para demostrar que su compromiso va más allá de la retórica. Iniciativas como la creación de una Fiscalía Especializada en Delitos Ambientales y Fauna, impulsada por su administración, podrían ser un paso adelante, pero requieren recursos y voluntad política sostenida.
Mientras tanto, la sociedad quintanarroense, indignada pero esperanzada, espera que la justicia no sea solo para Osito, sino para los miles de animales que sufren en silencio. Como dijo un usuario en X, “No es una travesura, es tortura”. La lección es clara: la crueldad no puede normalizarse, y la responsabilidad recae tanto en las autoridades como en una ciudadanía que, con su voz, puede cambiar el destino de seres como Osito.