Quintana Roo bajo el agua: Onda Tropical Siete sume al sur en el caos y expone fallas estructurales
Más de 300 familias afectadas, 20 comunidades inundadas y 10 mil hectáreas de cultivos perdidas en Bacalar y Othón P. Blanco. Fallas en obras del Tren Maya y falta de prevención agravan la crisis.
Chetumal.- La Onda Tropical Número Siete, combinada con canales de baja presión al sur de Belice, ha dejado un rastro de devastación en el sur de Quintana Roo, afectando a más de 20 comunidades rurales en los municipios de Bacalar y Othón P. Blanco. Con más de 300 familias damnificadas, inundaciones históricas, caminos colapsados y pérdidas agrícolas millonarias, la región enfrenta una crisis que pone al descubierto carencias en infraestructura y prevención.
Inundaciones históricas y comunidades incomunicadas
En Othón P. Blanco, la presidenta municipal Yensunni Martínez reportó saldo blanco desde Pucté, una de las zonas más golpeadas, donde el agua alcanzó niveles no vistos en 18 años, superando los 50 centímetros en menos de una hora. Comunidades como Pedro Joaquín Coldwell, Álvaro Obregón, Cacao, Sabidos y Nachi Cocom sufren inundaciones severas, con evacuaciones en áreas como Ucúm y Sabidos debido al desborde de ríos y escurrimientos.
En Bacalar, la situación no es menos crítica. Familias de Huatusco, Blanca Flor, Miguel Hidalgo, San Román y Río Verde abandonaron sus hogares, buscando refugio en puntos altos ante la falta de operativos de rescate efectivos. La inacción del presidente municipal, José Alfredo Contreras Méndez, ha sido señalada por los afectados, quienes denuncian nula prevención y respuesta tardía.





Infraestructura en entredicho: el caso del Tren Maya
Un punto crítico es el colapso de caminos construidos por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para el proyecto Tren Maya en la comunidad de Carlos A. Madrazo. Los lugareños señalan que la falta de bocas de tormenta en estas obras agravó los deslaves, dejando comunidades incomunicadas. Este hecho pone en tela de juicio la planificación de una de las megaobras insignia del gobierno federal, evidenciando que no se consideraron las condiciones climáticas extremas de la región.
Pérdidas agrícolas y vialidades paralizadas
La Ribera del Río Hondo, corazón cañero de Quintana Roo, reporta más de 10 mil hectáreas de cultivos inundadas. Los drenes desbordados han generado pasos de agua que aíslan comunidades y complican el acceso. En Chetumal, más de 40 vialidades están colapsadas, incluyendo arterias clave como la avenida Chetumal con Insurgentes, Boulevard Bahía y Calzada Veracruz. Calles como Erick Paolo, Constituyentes y Chicozapote son intransitables, afectando la movilidad y el comercio local.
Respuesta oficial y críticas
La Secretaría de Marina activó el Plan de Auxilio, desplegando unidades terrestres y elementos navales en coordinación con Protección Civil para asistir a los damnificados. Sin embargo, la respuesta ha sido insuficiente para las familias de Bacalar, donde la falta de albergues y operativos ha dejado a los afectados a su suerte. El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) anunció el cierre temporal de sitios arqueológicos en la región como medida preventiva, sin precisar una fecha de reapertura.




Un llamado a la reflexión
La crisis desatada por la Onda Tropical Siete no solo evidencia la vulnerabilidad climática del sur de Quintana Roo, sino también la fragilidad de su infraestructura y la falta de políticas preventivas robustas. Mientras las autoridades reportan “saldo blanco”, las comunidades enfrentan pérdidas materiales, aislamiento y un futuro incierto. La pregunta persiste: ¿hasta cuándo se seguirán ignorando las advertencias de la naturaleza en una región cada vez más castigada por fenómenos extremos?