Quintana Roo: ¿Educación en jaque por un nuevo paro magisterial?
A partir del 15 de mayo, unas mil 500 escuelas de preescolar, primaria y secundaria podrían cerrar nuevamente
Cancún.- La educación en Quintana Roo enfrenta otra tormenta. Apenas dos semanas después de que 400 mil estudiantes de nivel básico regresaran a las aulas tras un paro de más de dos meses, los maestros del estado anuncian su adhesión a un nuevo paro nacional indefinido convocado por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). A partir del 15 de mayo, unas mil 500 escuelas de preescolar, primaria y secundaria podrían cerrar nuevamente, dejando en vilo el derecho a la educación de miles de niños y jóvenes.
El motivo de la movilización, según el Comité Central de Lucha de los docentes, es la exigencia de abrogación de la Ley del ISSSTE de 2007, que regula las pensiones de los trabajadores del sector público, y una propuesta que ha generado controversia, la jubilación anticipada para mujeres a los 28 años y hombres a los 30. Estas demandas, aunque presentadas como una defensa de los derechos laborales, han encendido el debate sobre el equilibrio entre las garantías de los maestros y la continuidad educativa de los estudiantes.
El contexto no es menor. Quintana Roo, un estado donde el turismo es el motor económico, enfrenta desafíos estructurales en su sistema educativo, incluyendo carencias en infraestructura y rezagos en el aprendizaje tras la pandemia. El paro previo, que se extendió desde febrero hasta finales de abril de 2025, ya dejó secuelas, estudiantes sin clases regulares, padres de familia desbordados y un calendario escolar trastocado. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2023, el 30% de los estudiantes de nivel básico en el estado no alcanzaron los niveles mínimos de competencia en matemáticas y lectura, una brecha que podría agravarse con nuevas interrupciones.
La CNTE, conocida por su historial de movilizaciones, justifica el paro como una respuesta a políticas federales que, aseguran, precarizan sus condiciones laborales. Sin embargo, la radicalidad de las demandas, como la jubilación a una edad tan temprana, plantea preguntas sobre su viabilidad económica y su impacto en el sistema educativo. Por ejemplo, datos del ISSSTE muestran que el fondo de pensiones ya enfrenta presiones financieras, con un déficit actuarial que podría dispararse si se conceden jubilaciones masivas a edades tan bajas.
Mientras tanto, padres de familia y autoridades educativas locales se preparan para mitigar el impacto. La Secretaría de Educación de Quintana Roo no ha emitido un pronunciamiento oficial, pero en el pasado ha recurrido a clases en línea y ajustes al calendario escolar, medidas que no siempre han sido bien recibidas. “Es frustrante. Mis hijos apenas estaban recuperando el ritmo y ahora esto”, comenta Ana López, madre de dos estudiantes de primaria en Cancún.
El nuevo paro magisterial pone sobre la mesa una disyuntiva, ¿hasta dónde deben priorizarse las demandas laborales sobre el derecho a la educación? Quintana Roo, como otros estados, necesita un diálogo urgente entre maestros, autoridades y sociedad para evitar que los estudiantes sigan siendo los más perjudicados. Por ahora, el 15 de mayo se perfila como un día crítico para el futuro educativo del estado.
Con información de: Quadratín