Quintana Roo enfrenta la tosferina con vacunación y control: ¿Es suficiente?
La tosferina se propaga a través de gotículas respiratorias, lo que la hace particularmente peligrosa en entornos concurridos
Cancún.- En medio de una alerta nacional por la muerte de 45 bebés a causa de la tosferina en 15 estados de México, los Servicios Estatales de Salud (Sesa) de Quintana Roo han salido al paso para tranquilizar a la población: el estado cuenta con vacunas contra esta enfermedad y las está aplicando. Sin embargo, con solo cuatro casos confirmados en la entidad, surgen preguntas sobre la efectividad de las medidas preventivas y la capacidad del sistema de salud para contener una enfermedad tan contagiosa en un destino turístico de alta movilidad como este.
La tosferina, o pertussis, causada por la bacteria Bordetella pertussis, es una infección respiratoria que puede ser devastadora, especialmente para bebés y niños pequeños. A nivel nacional, se han reportado 421 casos, y aunque Quintana Roo representa menos del 1% de ellos, la gravedad de la enfermedad –que puede derivar en neumonía, convulsiones o incluso encefalitis– exige una respuesta robusta. Según la Sesa, los cuatro casos locales están "bajo control" y se han activado protocolos para frenar la transmisión. Pero, ¿qué tan preparados estamos realmente?
Un enemigo silencioso y prevenible
La tosferina se propaga a través de gotículas respiratorias, lo que la hace particularmente peligrosa en entornos concurridos. Sus síntomas –tos intensa, vómitos, agotamiento– pueden confundirse inicialmente con un resfriado, retrasando el diagnóstico. En bebés, las complicaciones son especialmente graves: los 45 fallecimientos reportados a nivel nacional son un recordatorio de la fragilidad de este grupo. La vacunación, según expertos, es la herramienta más efectiva para prevenirla, y en Quintana Roo se aplica como parte del calendario nacional, que incluye dosis para niños y refuerzos para adultos.
Sin embargo, el comunicado de la Sesa no detalla cuántas dosis están disponibles ni si la cobertura alcanza a toda la población vulnerable, especialmente en comunidades rurales o marginadas. Además, la mención de que las vacunas podrían estar en "algunas farmacias" genera incertidumbre: ¿quiénes tienen acceso a ellas? ¿Están al alcance de las familias de bajos ingresos? En un estado donde el turismo impulsa la economía, pero también la desigualdad, estas preguntas son cruciales.
Lecciones de una crisis nacional
El panorama nacional no es alentador. Los 421 casos y 45 muertes reflejan fallos en la cobertura de vacunación y en la detección temprana. Estados como Chiapas, Guerrero y el Estado de México han reportado los mayores números, lo que sugiere que la desigualdad en el acceso a servicios de salud juega un papel clave. Quintana Roo, con una infraestructura turística de primer nivel, podría estar en mejor posición, pero no es inmune a estos desafíos. La alta movilidad de personas –turistas, trabajadores migrantes y residentes– aumenta el riesgo de brotes si no se refuerzan las medidas preventivas.
La Sesa asegura que los protocolos están en marcha, pero no especifica cuáles son ni cómo se están implementando. ¿Se está rastreando activamente a los contactos de los casos confirmados? ¿Hay campañas de concientización en comunidades donde la información no llega fácilmente? La falta de transparencia en estos detalles puede minar la confianza pública, especialmente en un contexto donde las enfermedades prevenibles por vacunación, como el sarampión, han resurgido en años recientes debido a la desinformación y el escepticismo.
El camino adelante: prevención y acción
La tosferina no es invencible. Los antibióticos, si se administran a tiempo, pueden mitigar su impacto, pero la prevención sigue siendo la clave. La Sesa debe ir más allá de los comunicados y garantizar que la vacunación llegue a todos los rincones del estado, desde los hoteles de Cancún hasta las comunidades mayas del interior. Además, es fundamental informar a la población sobre los síntomas y la importancia de buscar atención médica inmediata, especialmente para los bebés.
Quintana Roo tiene una oportunidad para demostrar que puede manejar esta crisis con eficacia, pero eso requiere más que vacunas en los anaqueles. Hace falta una estrategia integral que combine acceso equitativo, educación y vigilancia epidemiológica. En un estado que recibe millones de visitantes al año, cualquier descuido podría convertir un problema controlado en una emergencia.
Mientras tanto, las familias deben estar atentas: la tosferina no es un simple resfriado. Si hay tos persistente, vómitos o dificultad para respirar, la atención médica no puede esperar. Quintana Roo está respondiendo, pero la verdadera prueba será evitar que los cuatro casos actuales se conviertan en un número mayor.
Con información de: Quadratín