Robo a plena luz: meseros de Cancún desenmascaran a la CROC y la CTM por quedarse con sus propinas
El 70% de los trabajadores hoteleros en la región reportan sentirse desprotegidos laboralmente, y muchos señalan a los sindicatos como parte del problema
Cancún.- En un destino turístico como Cancún, donde el sol, la playa y el lujo son el imán de millones, una polémica ha puesto en el ojo del huracán a dos gigantes del sector: la CROC y la CTM. Meseros de la zona turística han denunciado públicamente a ambos sindicatos, acusándolos de retener las propinas que les corresponden por derecho. Pero, ¿es esto un reflejo de la precariedad laboral en el corazón del Caribe mexicano o una estrategia para desviar la atención de problemas más profundos?
Los trabajadores, muchos de ellos empleados de hoteles de lujo y restaurantes en la Riviera Maya, aseguran que las propinas —una parte esencial de su ingreso— no llegan completas a sus bolsillos. Según testimonios, la CROC y la CTM, sindicatos que dominan el sector turístico en Quintana Roo, retienen un porcentaje significativo bajo el pretexto de "cuotas sindicales" o "administración". Este señalamiento no es nuevo: en 2019, un reportaje ya había expuesto que en algunos casos hasta el 40% de las propinas eran desviadas por prácticas similares. Sin embargo, la novedad ahora es la magnitud de las acusaciones y la presión pública que los meseros han logrado ejercer.
El contexto laboral en Cancún no es precisamente un paraíso para los trabajadores. De acuerdo con datos del INEGI de 2023, el salario promedio de un mesero en Quintana Roo ronda los 6,000 pesos mensuales, mientras que las propinas pueden duplicar o triplicar esa cantidad en temporada alta. Esto significa que cualquier retención indebida impacta directamente en su calidad de vida. Además, la Riviera Maya, que genera el 50% de los ingresos turísticos de México según la Secretaría de Turismo, depende en gran medida de estos trabajadores, quienes enfrentan jornadas extenuantes y una alta rotación laboral.
Por su parte, los sindicatos han salido a defenderse. Representantes de la CROC argumentan que las cuotas son necesarias para mantener servicios como asesorías legales y fondos de apoyo, mientras que la CTM ha calificado las acusaciones de "infundadas" y ha pedido pruebas concretas. Sin embargo, la falta de transparencia en la gestión de las propinas y la histórica opacidad de ambos sindicatos en México —recordemos los escándalos de líderes sindicales como Víctor Flores de la CTM, acusado de enriquecimiento ilícito— alimentan las sospechas de los trabajadores y de la opinión pública.
Un dato adicional que añade leña al fuego: según un estudio de la Universidad Autónoma de Yucatán de 2022, el 70% de los trabajadores hoteleros en la región reportan sentirse desprotegidos laboralmente, y muchos señalan a los sindicatos como parte del problema, no de la solución. Esto pone en duda el papel de estas organizaciones en un sector que, aunque genera millonadas —17.1 millones de turistas visitaron México en 2024, según la Secretaría de Turismo—, no parece priorizar el bienestar de su fuerza laboral.
Entonces, ¿qué hay detrás de este escándalo? Podría ser un síntoma de un problema estructural en la industria turística mexicana, donde la desigualdad entre los ingresos millonarios de las empresas y las condiciones de los trabajadores es abismal. Pero también cabe preguntarse si estas denuncias no son usadas como una cortina de humo para desviar la atención de otros abusos laborales, como los contratos temporales o la falta de seguridad social, que afectan a miles de empleados en la zona.
Mientras las propinas siguen en el centro del debate, una cosa queda clara: en el paraíso turístico de Cancún, los meseros están exigiendo lo que les pertenece. Pero sin una reforma laboral seria y una vigilancia estricta a los sindicatos, este conflicto podría ser solo la punta del iceberg de una industria que brilla para los visitantes, pero deja en la sombra a quienes la sostienen.