¡Se mete con todo y carro al Seven Eleven en Playa del Carmen!
Según los chismorreos oficiales, esta futura piloto de tráilers, acompañada de su fiel copiloto (una amiga con igual talento para la aventura), quiso hacer una entrada triunfal a la tienda.
Playa del Carmen.— ¡Oh, qué nochecita la de este lunes en el fraccionamiento Cataluña! Una intrépida joven, con más entusiasmo que destreza automovilística, decidió que la fachada de cristal de un Seven Eleven en la avenida 28 de Julio necesitaba un rediseño urgente. ¿El arma del crimen? Un humilde Ford Figo gris, "gentilmente" tomado prestado (sin permiso, claro) del pobre rommie que aún debe estar buscando su auto entre los escombros de su confianza.
Según los chismorreos oficiales, esta futura piloto de tráilers, acompañada de su fiel copiloto (una amiga con igual talento para la aventura), quiso hacer una entrada triunfal a la tienda para, suponemos, comprar unas papitas o un refresco con estilo. Pero, ¡ay, la tragedia del novato! En un giro digno de una comedia de enredos, confundió la palanca de velocidades y, en lugar de estacionarse como persona civilizada, puso el coche en drive, pisó el acelerador como si estuviera en una película de Rápido y Furioso y… ¡BAM! Adiós cristal, adiós anaqueles, adiós dignidad. El vehículo se abrió paso como toro en plaza, deteniéndose a un suspiro del área de cajas, donde los cajeros seguro agradecieron no haber sido parte de la demolición.
Por milagro divino, no hubo heridos, aunque el bolsillo del rommie y del dueño del Seven Eleven están llorando con daños estimados en más de 200 mil pesos. ¡Eso es un montón de papitas y refrescos sacrificados! Los valientes elementos de la Dirección de Tránsito Municipal llegaron al rescate, tomaron nota del desastre, mandaron el Ford Figo al corralón (probablemente con una nota de "nunca más te prestamos") y turnaron el caso a las autoridades, que seguro están riéndose mientras redactan el informe.
El caos dejó a empleados y clientes con la boca más abierta que la fachada de la tienda, aunque las autoridades, con su eficiencia de superhéroes, contuvieron el drama rápidamente. Y, por si hacía falta, dejaron un mensajito para la posteridad: "Por favor, señores, no jueguen a ser pilotos de Fórmula 1 sin antes aprender a distinguir entre drive y reversa". ¡Palabras sabias para evitar que otro Seven Eleven se convierta en el set de una película de acción de bajo presupuesto!



