Taxista desata furia vecinal en Cancún tras accidente con motociclista
Según testigos, el taxista, al volante de la unidad con número económico 6413, intentó realizar una maniobra indebida al girar hacia la avenida Chichén Itzá, impactando de lleno contra un motociclista
Cancún.- Un taxista del sindicato Andrés Quintana Roo estuvo a punto de ser linchado por una turba enfurecida en la región 230 de Cancún, tras provocar un accidente que dejó a un motociclista lesionado y su vehículo destrozado. El incidente, ocurrido en la avenida Leona Vicario, pone bajo la lupa la conducta de algunos conductores de transporte público y la creciente frustración ciudadana ante la impunidad en las vialidades.
Según testigos, el taxista, al volante de la unidad con número económico 6413, intentó realizar una maniobra indebida al girar hacia la avenida Chichén Itzá, impactando de lleno contra un motociclista, un mecánico local cuya identidad no fue revelada. El choque, que dañó severamente el frente de la motocicleta y la llanta delantera izquierda del taxi, desató la ira de los vecinos, quienes, hartos de la actitud prepotente de algunos taxistas en incidentes previos, rodearon al conductor con intenciones de agredirlo.
La rápida intervención de paramédicos de la Cruz Roja, quienes atendieron al motociclista –que milagrosamente no sufrió heridas graves–, evitó que la situación escalara a un linchamiento. Sin embargo, el episodio refleja un problema más profundo, la percepción de que los taxistas, amparados por el sindicato, actúan con imprudencia y poca rendición de cuentas. En 2024, la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) reportó que Quintana Roo registró más de 3,500 accidentes viales, muchos de ellos relacionados con maniobras imprudentes de transporte público, lo que alimenta la tensión entre ciudadanos y conductores.
Las autoridades locales aseguraron ambas unidades y las trasladaron al corralón, mientras se determina la responsabilidad del taxista. Este incidente no solo expone la necesidad de mayor regulación y capacitación para los operadores de transporte público, sino también el riesgo de que la indignación ciudadana derive en violencia. ¿Es este un caso aislado o un síntoma de un sistema de transporte público que necesita una reforma urgente? La respuesta, por ahora, está en manos de las autoridades.