Tren Maya en la cuerda floja: Trabajadores paralizan obra por incumplimiento de bono
Trabajadores del tramo 1 del Tren Maya, detuvieron actividades este martes 3 de junio de 2025, exigiendo el pago de un bono compensatorio de 7 mil pesos.
Playa del Carmen.- En un nuevo capítulo de tensiones laborales, trabajadores del tramo 1 del Tren Maya, operado por la empresa francesa ALSTOM en Escárcega, Campeche, detuvieron actividades este martes 3 de junio de 2025, exigiendo el pago de un bono compensatorio de 7 mil pesos. Este incentivo, acordado con el Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana (STFRM), sección 37, buscaba sustituir el reparto de utilidades tras una declaración fiscal de ALSTOM que reportó cero ganancias. Sin embargo, el compromiso, que debía cumplirse el lunes 2 de junio, no se materializó, desatando la furia de los obreros.
La protesta no solo expone las fricciones entre la empresa y sus empleados, sino también un quiebre con el propio sindicato, acusado por los trabajadores de no defender sus intereses. “Nos dejaron solos en esto”, denunciaron algunos inconformes. Esta falta de respaldo ha encendido las alarmas, pues la inconformidad podría extenderse a otros tramos, como el de Playa del Carmen, donde los trabajadores ya evalúan sumarse al paro si no hay respuestas inmediatas.
El Tren Maya, uno de los proyectos insignia del gobierno mexicano, ha enfrentado críticas por retrasos, sobrecostos y problemas ambientales desde su concepción. Con un presupuesto que supera los 500 mil millones de pesos, según datos oficiales, la obra busca conectar cinco estados del sureste mexicano, pero su avance depende de una logística interconectada. La paralización en Escárcega, aunque localizada, amenaza con retrasar el cronograma general, especialmente en un momento crítico donde el gobierno busca acelerar la inauguración de tramos pendientes para 2025.
El conflicto pone bajo la lupa la gestión laboral de ALSTOM y la efectividad de los sindicatos en proyectos de esta magnitud. Mientras los trabajadores exigen transparencia y cumplimiento, el silencio de la empresa y la aparente pasividad del STFRM agravan la crisis. Si la situación no se resuelve pronto, el Tren Maya podría enfrentar no solo un retraso operativo, sino un nuevo golpe a su ya cuestionada imagen pública.