Tulum Bajo Escrutinio: La Hipocresía de Diego Castañón Ante el Abuso Policial
Diego Castañón Trejo, se refugia en comunicados vacíos y promesas de justicia que no llegan
Por: C.C. Mayo
Tulum.- Un nuevo video que circula en redes sociales ha destapado la cruda realidad de Tulum, una policía municipal que actúa con mano dura contra los más vulnerables, mientras el presidente municipal, Diego Castañón Trejo, se refugia en comunicados vacíos y promesas de justicia que no llegan. En las imágenes, agentes municipales forcejean con un menor de edad que vendía productos en la zona de playas, un niño que, entre llantos y gritos, suplicaba no ser detenido. La escena, que ha indignado a miles en plataformas como X, no es un caso aislado, sino la enésima prueba de que la administración de Castañón está más interesada en salvar su imagen que en enfrentar los problemas estructurales que asfixian al municipio.
El Incidente: Un Niño, Víctima del Sistema
El video, grabado en la codiciada zona turística de Tulum, muestra a policías municipales intentando llevarse por la fuerza a un menor que trabajaba como vendedor ambulante. Las imágenes capturan la desesperación del niño y la impotencia de los testigos, quienes intentaron, sin éxito, frenar la actuación desproporcionada de los agentes. Este incidente no solo expone la falta de sensibilidad de las fuerzas de seguridad, sino también la incapacidad de Diego Castañón para garantizar que sus policías actúen con un mínimo de humanidad.
En un comunicado oficial, el Ayuntamiento anunció la suspensión preventiva de los agentes y una investigación interna, todo bajo las “instrucciones” de Castañón, quien se apresuró a declarar: “Aquí no se permitirá que nadie use el uniforme para abusar o actuar con prepotencia.” Palabras que suenan a déjà vu. La realidad es que estas declaraciones son un intento desesperado por apagar el incendio mediático, mientras el historial de abusos policiales en Tulum sigue engrosándose bajo su mandato.
Diego Castañón: Promesas Rotas y una Ciudad en Crisis
Tulum, un paraíso turístico que atrae a millones, es también un municipio donde la desigualdad y la pobreza son palpables. Según el INEGI, el 30.6% de la población de Quintana Roo vive en condiciones de pobreza, y el trabajo infantil es una constante en zonas como las playas de Tulum, donde menores como el del video se ven obligados a trabajar para sobrevivir. En lugar de abordar estas causas estructurales, la administración de Castañón opta por criminalizar a las víctimas, permitiendo que la policía actúe como un brazo represor contra los más vulnerables.
El edil ha prometido en repetidas ocasiones un Tulum donde “los derechos se respeten” y “la justicia sea costumbre”. Sin embargo, su gestión está marcada por escándalos que contradicen ese discurso. Recordemos el caso de Victoria Salazar en 2021, una migrante salvadoreña asesinada por policías municipales en un acto de brutalidad que conmocionó al país. Si bien Diego Castañón Trejo no era el presidente municipal de Tulum en marzo de 2021, cuando ocurrió el trágico caso de Victoria Salazar, sino que el cargo lo ocupaba Víctor Mas Tah, no olvidemos que Castañón formaba parte del gobierno municipal en ese momento, desempeñando un rol dentro de la administración. Tras el fallecimiento de Mas Tah en octubre de 2021, Castañón asumió la presidencia municipal, tomando las riendas de un municipio ya marcado por la controversia y la exigencia de reformas en las prácticas policiales y la protección de los derechos humanos. Lejos de implementar reformas profundas tras esa tragedia, Castañón ha permitido que las prácticas abusivas persistan, limitándose a medidas reactivas como suspensiones temporales que no resuelven el problema de fondo: una policía mal capacitada, sin supervisión efectiva y con carta blanca para intimidar.
Una Respuesta Insuficiente y Cínica
El comunicado del Ayuntamiento asegura que el menor recibió atención del Sistema DIF Municipal y que su madre fue acompañada por las autoridades. Pero estas acciones, presentadas como un gesto de empatía, no borran el trauma infligido al niño ni la desconfianza que este incidente ha sembrado en la comunidad. ¿Dónde estaba la prevención? ¿Por qué los agentes no están capacitados para manejar situaciones con menores de manera humana? Y, sobre todo, ¿por qué Castañón sigue evadiendo su responsabilidad como líder de un municipio donde los abusos son recurrentes?
La retórica de Castañón, que habla de gobernar “con el corazón y del lado del pueblo”, resulta insultante cuando se compara con la realidad. Su administración no ha implementado políticas efectivas para combatir el trabajo infantil, garantizar la educación o reducir la pobreza que empuja a menores a las calles. En cambio, se conforma con gestos simbólicos y discursos que buscan aplacar la indignación pública sin atacar las raíces del problema.
Tulum Merece Más que Palabras
El caso del menor en Tulum es un recordatorio doloroso de que las promesas de Diego Castañón son insuficientes para transformar un municipio donde el abuso de poder es una constante. Los ciudadanos no necesitan más comunicados grandilocuentes; exigen acciones concretas: una reforma policial que priorice los derechos humanos, programas sociales que saquen a los menores de las calles y un liderazgo que no se esconda detrás de excusas. Mientras Castañón siga optando por la retórica en lugar de la acción, Tulum continuará atrapado entre la postal turística y la cruda realidad de la injusticia.
Diego Castañón Trejo, como miembro del partido Morena, se ha alineado con el lema de “primero los pobres”, una bandera que promete priorizar a los sectores más vulnerables. Sin embargo, su gestión en Tulum revela una hipocresía flagrante: mientras predica justicia social, su administración permite que la policía municipal reprima a menores en situación de pobreza, como el niño vendedor ambulante del reciente video viral, en lugar de atacar las causas estructurales que los obligan a trabajar. Esta contradicción entre el discurso de Morena y las acciones de Castañón pone en duda su compromiso con los principios que dice defender, dejando a los más necesitados de Tulum enfrentando no solo la precariedad, sino también la indiferencia de un gobierno incapaz de cumplir sus promesas.
La pregunta no es si habrá justicia para este menor, sino si Tulum podrá librarse del ciclo de abusos bajo un gobierno que parece más interesado en proteger su imagen que en proteger a su pueblo. Diego Castañón, la pelota está en tu cancha, y hasta ahora, solo has demostrado que no sabes jugar.