Tulum: El ocaso comercial en la sombra del Parque del Jaguar
La drástica caída en el flujo turístico, atribuida al controvertido proyecto del Parque del Jaguar, ha golpeado con fuerza a comerciantes locales
Tulum.- La zona arqueológica de Tulum, joya del Caribe mexicano, enfrenta una crisis silenciosa pero devastadora: el cierre de negocios emblemáticos que han sido el sustento de familias por décadas. La drástica caída en el flujo turístico, atribuida al controvertido proyecto del Parque del Jaguar, ha golpeado con fuerza a comerciantes locales, dejando tras de sí un panorama de incertidumbre y desolación.
Modesto Barrios, un artesano con 38 años de trayectoria en la zona, cerró su tienda de artesanías tras un cuarto de siglo de operación. Con un dejo de amarga ironía, Modesto comentó que el cierre se debe a un “exceso de ventas”, una forma de expresar la cruda realidad, los turistas ya no llegan. Desde 1987, este comerciante ha sido testigo de los altibajos del turismo en Tulum, pero nunca había enfrentado una crisis tan severa. Aunque mantiene otro negocio en la zona comercial, duda que pueda sobrevivir a largo plazo si la situación persiste.
El impacto no se limita a los pequeños emprendedores. Incluso gigantes como Starbucks, con más de 11 años operando en la zona, han bajado la cortina de forma definitiva. Locatarios, guías turísticos y comerciantes coinciden en señalar al Parque del Jaguar como el principal culpable. Este megaproyecto, promovido como una iniciativa para preservar el entorno natural y cultural de Tulum, ha generado críticas por su falta de transparencia y por desviar el flujo de visitantes, afectando la economía local. Según datos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la afluencia turística a la zona arqueológica disminuyó un 18% en 2024 respecto al año anterior, un golpe especialmente duro durante la temporada de Semana Santa, tradicionalmente una de las más lucrativas.
El Parque del Jaguar, que abarca más de 2,000 hectáreas y promete ser un modelo de turismo sostenible, ha sido cuestionado por su impacto en las comunidades locales. Organizaciones como el Consejo de Promoción Turística de Quintana Roo han advertido que la reconfiguración de accesos y la promoción de nuevas rutas turísticas han marginado a los negocios tradicionales, sin ofrecer alternativas claras para su subsistencia. Mientras el gobierno apuesta por un futuro “ecológico”, los comerciantes de Tulum enfrentan un presente de quiebras y despedidas.
La crisis en Tulum no es solo económica; es un reflejo de las tensiones entre desarrollo, conservación y supervivencia. Sin un plan integral que equilibre los intereses de todos los actores, la zona arqueológica corre el riesgo de convertirse en un museo al aire libre, bello pero vacío, donde las voces de quienes le dieron vida se apagan lentamente.