Elección Presidencial 2012: condición favorable para candidatos que buscan el voto abierto en QR


Una revisión estadística de los últimos 20 años refleja una abrumadora pérdida del interés de los quintanarroenses a la hora de escoger a sus senadores y diputados, pues mientras en 1991 la participación ciudadana fue superior al 50 por ciento, en el 2009, es decir, la elección federal más reciente, el registro de votantes no llegó ni al 40 por ciento. No obstante, este ensayo también muestra que en los procesos en que va a ser electo el presidente de la República –como sucederá este 2012-, la participación del electorado es ligeramente superior que cuando los aspirantes a legisladores van solos a la contienda electoral, lo que podría ser una condición favorable para aquellos candidatos que decidan ir a la disputa por el voto abierto.

Por: Esmaragdo Camaz

La idea de que la gente, entiéndase el voto abierto, ha perdido el interés a la hora de elegir a sus representantes en la cámaras legislativas está sustentado en números duros.

Otro factor es que la participación ciudadana en estas contiendas electorales son apenas superiores cuando los candidatos a legisladores compiten el mismo día en que el ciudadano va a elegir a un nuevo presidente de la República.


Esto demuestra claramente que la figura del candidato presidencial es la motivación del ciudadano para asistir a las urnas y no el aspirante a legislador, pues cuando éste se presenta solo, los resultados son magros, particularmente en los últimos años.

Estas diferencias también confirman que las votaciones, particularmente las intermedias, están prendidas de alfileres y es sólo por el voto corporativo, que han podido subsistir, como lo demuestran los números.


En las elecciones intermedias para elegir a diputados federales y senadores, el voto corporativo, el que se compra a través de despensas, lotes y dinero en efectivo, es el que determina al ganador.

Pero en las presidenciales, los candidatos a legisladores podrían tener aunque escasa, alguna oportunidad en el voto abierto, ya que el ciudadano, al menos motivado por el aspirante a la presidencia del país, logra que los votantes salgan a las calles a sufragar.

Los números son muy claros en este sentido.

Hace 20 años en 1991, la votación para legisladores federales fue intermedia y también la más copiosa desde entonces. Para senadores votaron el 57.03 por ciento de los electores, mientras que para diputados por Mayoría Relativa sufragaron el 56.72 por ciento y el 57.27 por ciento para los de Representación Proporcional.


Pero para 1997 la afluencia de votantes empezó a descender, ese año en que también fue una elección intermedia, la participación ciudadana fue del 48.65 por ciento para escoger a senadores; para diputados federales de Mayoría Relativa fue de 47.71 por ciento y para los de Representación Proporcional, fue de 48.64 por ciento.

En 2003 se registró la votación más escasa en una elección intermedia. Para diputados federales de Mayoría Relativa apenas votaron el 33.26 por ciento, mientras que para los de Representación Proporcional sufragaron el 33.52 por ciento.


Y en 2009, la elección más reciente para diputados federales, la participación ciudadana fue de 36.71 para los de Mayoría Relativa y de un 37.18 por ciento para los de Representación Proporcional.

En las elecciones para presidente de la República, en las que también han sido electos senadores y diputados federales, el nivel de votación es superior en todos los casos, respecto a las contiendas intermedias.
El 1994, el 71.06 por ciento de los quintanarroenses participaron para elegir al presidente de la República; el 70.35 para escoger senadores y el 70.34 por ciento para diputados federales de Mayoría Relativa, así como un 70.56 por ciento para los de Representación Proporcional.


En la siguiente elección presidencial en el año 2000, la afluencia de votantes descendió. Para elegir al ejecutivo votó el 62.07 de los quintanarroenses; para senadores de Mayoría Relativa 59.76 por ciento y para los de Representación Proporcional el 60.57 por ciento; mientras que para diputados federales, 61.71 por ciento para los de Mayoría Relativa y 61.57 por ciento para los de Representación Proporcional.

Y para la presidencial más reciente, la del 2006, la participación ciudadana descendió una vez más. El presidente del País fue electo por el 57.07 de los quintanarroenses; los senadores con el 56 por ciento los de Mayoría Relativa y un 57.18 los de Representación Proporcional; así como un 55.49 por ciento los diputados federales de Mayoría Relativa y un 56.13 los de Representación Proporcional.

Aún cuando el nivel de votación siempre es descendente, la presidenciales, como serán las de este año, pueden ser un factor que favorezcan a aquellos candidatos dispuestos a jugar en el terreno del voto abierto y no sólo en el corporativo.


Es importante hacer notar que en estos 20 años han participado tanto para presidente de la República como para legisladores, personajes de los tres o cuatro partidos más importantes, lo que corrobora el hecho que el votante está desmotivado sin importar de qué instituto político venga la oferta electoral.

En unos días más se conocerán a los candidatos a diputados federal y senadores por el PRD y el PAN, con lo que quedará completo el menú electoral para el próximo 1 de Julio 2012.


Aquí el histórico del comportamiento electoral en cuanto a participación ciudadana en Quintana Roo en los últimos 20 años, de acuerdo a las estadísticas del Instituto Federal Electoral, en orden descendente:

2009
Diputados MR 36.71
Diputados RP 37.18

2006
Presidente 57.07
Senadores MR 56
Senadores RP 57.18
Diputados MR 55.49
Diputados RP 56.13

2003
Diputados MR 33.26
Diputados RP 33.52


2000
Presidente 62.07
Senadores MR 59.76
Senadores RP 60.57
Diputados MR 61.71
Diputados RP 61.57

1997
Senadores RP 48.65
Diputados MR 47.71
Diputados RP 48.64

1994
Presidente 71.06
Senadores 70.35
Diputados MR 70.34
Diputados RP 70.56

1991
Senadores 57.03
Diputados MR 56.72
Diputados RP 57.27
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